Encuentros

Fastball, three hit wonders de vuelta

Foto: Gabriel Cristóver Pérez

El trío de Austin retorna a España tras casi tres lustros de ausencia para celebrar el vigésimo aniversario del más exitoso de sus álbumes. Miles Zuniga, parte junto a Toni Scalzo del binomio creativo que impulsa a la banda tejana que completa Joe Shuffield, responde a nuestras preguntas con motivo de la gira que les tiene de actualidad estos días en nuestro país: 28 de febrero en Nave Museo Marítimo, Bilbao; 1 de marzo en El Sol, Madrid; 2 de marzo en Garufa, A Coruña; A Coruña; 6 de marzo en Sala X, Sevilla; 8 de marzo en Microsonidos, Murcia y 9 de marzo en Loco Club, Valencia.

A finales de la década de los 90, las radiofórmulas y canales televisivos musicales estadounidenses propulsaron a una serie de grupos provenientes del underground, que aprovecharon la oportunidad colándose en millones de hogares y subconscientes, en un potente pero a menudo breve estrellato. El trío de power pop Fastball dio de lleno en la diana con The Way, un memorable sencillo de poso latino, melodía infecciosa y letra agridulce.

Vuestro segundo album, All The Pain Money Can Buy, alcanzó ventas millonarias y os hizo merecedores del éxito masivo, incluyendo nominaciones a los Grammy. ¿Cómo vivísteis su gran repercusión?

Fue un torbellino que duró dos años. Ni estuvimos en casa ni dormimos demasiado entre 1998 y el 2000. Todos los días me levantaba en una ciudad extraña, visitaba una emisora de radio, luego iba a tocar en una tienda de discos y, finalmente, al concierto.

A pesar de que fueron varios los temas del disco que funcionaron muy bien en la radio y la televisión musical de por entonces, ¿hasta qué punto os sentís en deuda con The Way?

 The Way cambió nuestras vidas. Esa canción ha sido muy, muy buena para nosotros. Es divertida de tocar en directo y tiene una progresión de acordes curiosa.

¿Habéis escuchado la versión en español que hicieron Los Cucas en 2001?

 Sí, la he oído. ¿La letra es fiel a la original?

 No demasiado, la verdad… En 2000 volvísteis con un single tremendo, You’re An Ocean. ¿Qué crees que sucedió para que el álbum que la contenía, The Harsh Light Of Day, tuviera un recibimiento tan tibio?

No todos los temas pueden ser hits, a menos que seas Elton John. Sólo sé que han pasado 20 años y seguimos tocando.

 ¿Qué ajustes tuvísteis que hacer a la nueva situación, alejados del mainstream?

 Fue como el despertar después de un subidón de setas de los buenos… «Guau, eso fue interesante, ¿dónde he estado?».

 Vuestro disco de 2017, Step Into Light, es espléndido. ¿De qué manera se gestó el retorno de la banda después de casi 8 años de separación?

 En realidad nunca nos separamos, simplemente nos tomamos descansos prolongados. Más o menos como en un matrimonio abierto: «Te quiero cariño, pero voy estar con Marisa una temporada».

Foto: Sandra Dahdad

En un grupo con dos compositores y cantantes, ¿cómo gestionáis el reparto de los temas que acaban siendo grabados?

 Solía haber mucha tensión, me sorprende que no me haya salido nunca una úlcera. Aunque nunca discutimos sobre las canciones, siempre gana la mejor.

¿Qué diferencias hay entre los Fastball de 1998 y los de hoy?

 Somos mucho mejores músicos. Y un poco más viejos y sabios.

 ¿Cómo habéis vivido la transformación de Austin en epicentro musical y lugar de moda para la creación en general?

 Ahora mismo hay unos restaurantes estupendos y vienen a tocar artistas de primera categoría. Echo de menos los tiempos en los que era una ciudad pequeña. Austin solía ser muy barata para vivir. Pagaba 150 dólares de alquiler y la vida era realmente fácil… sin tráfico, relajada.

 ¿Sentísteis algún tipo de vindicación cuando Machine Gun Kelly y Camila Cabello tuvieron un hit en 2016 con Bad Things, que incluía el estribillo de Out Of My Head?

Oh sí, fue estupendo tener otro éxito con la misma canción veinte años después.

 Volvéis a España conmemorando el vigésimo aniversario de All The Pain Money Can Buy. ¿Qué esperáis de esta visita después de tantos años de ausencia de los escenarios de nuestro país?

 Nunca olvidaré cuando actuamos allí en 2005. Es un país hermoso, y me encantan su estilo de vida, su comida, su vino y su gente. Soy de ascendencia española, así que siento que vuelvo a casa.

Texto: Pepe Velasco

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