Para su nuevo trabajo, Will Oldham propone nada más ni nada menos que revisarse a él mismo —o a su alter ego-Bonnie Prince Billy— con la interpretación de selecciones de su amplio catálogo bajo su propio nombre. Lo hace con tan solo la ayuda de su guitarra acústica y su voz, dando como resultado un curiosos disco de folk muy intimista, tan solo apto para los incondicionales de este hombre, aunque dudo que gane más adeptos con su edición. La cuestión es ¿realmente vale la pena la jugada? Como capricho personal está bien, pero dado la constancia de este tipo, uno espera con más ganas gozar de temas nuevos que un refrito de algo que ya hemos oído. Más bien su lanzamiento responde al apoyo del libro del mismo titulo que el de Kentucky ha puesto a la venta y en el que podemos encontrar recopilados los textos de su cancionero. Si esa es su finalidad, no me parece mal la jugada, puesto que es el mejor ejemplo para reivindicarse como compositor. Si no, se trataría de un álbum poco relevante en la carrera de un artista a quien le podemos exigir bastante más. Quizás un recopilatorio al uso hubiera sido más acertado para redondear la maniobra de marketing. Como curiosidad está bien darle una escucha a «I See a Darkness», «Ohio River Boat Song» o «Big Friday», pero poco más. Una versión de «Strange Affair» de Richard y Linda Thompson es la única novedad de esta colección de quince canciones. Anecdótico, sin más. Un pequeño aperitivo a la espera del día en que tengamos nuevo material.
JORDI DEL RIO
