Kenyon Lockry acaba de publicar su quinto disco. Cinco pasos en una carrera avalada de inicio por una leyenda como Mel Tillis. Un nuevo forastero en la ciudad.
Coges la lista de artistas que han recurrido a Kenyon Lockry para abrir sus conciertos y te encuentras con los nombres de Charlie Daniels, Dolly Parton, Toby Keith, Marty Stuart o Randy Travis. Entonces empiezas a pensar que algo debe tener su música, y más aún cuando investigas y conoces sus inicios. A principios de 2006, una demo con cinco canciones llega a los oídos del legendario Mel Tillis. El tipo que arrasó las listas con «I Ain’t Never» o «Coca Cola Cowboy» rápidamente ve en aquel tipo un diamante en bruto y le firma un contrato de grabación. “Fui a cazar con un amigo mío aquí en Florida, Mike Parton. Él tiene un rancho fuera de Disney World, como 80.000 acres. Estábamos sentados alrededor de la hoguera, 4 o 5 de nosotros, y Mike dijo: «Oye, tengo a alguien que quiero que escuches». Le dije: «No quiero escuchar a nadie aquí en el bosque. Estoy pasando un buen rato con vosotros «. Él me dijo:» De todos modos, lo vais a escuchar «. Fue a buscar su camioneta y se acercó al fuego, y puso este CD que contenía cinco canciones. No podía creer lo que estaba escuchando. Pensé que aquel tipo era realmente bueno”. Gracias a eso, Lockry grabará tres discos y acabará con sus huesos encima de los escenarios del Ryman o el Grand Ole Opry. Es evidente que el nombre de Tillis empuja mucho, pero si las canciones de Kenyon no estuvieran a la altura, la cosa no hubiera cuajado.
Su último disco responde al título de Honky Tonk Noir, e igual que en el caso de su admirado Johnny Cash, Lockry se lanza de lleno a un trabajo conceptual basándose en las figuras de las mujeres fatales del cine negro. En él colaboran gente como Kenny Vaughn o Chris Scruggs, aportando su granito de arena a una terna de temas perfectamente definidos en su título o en las palabras del especialista en música country DC Larson. “No puedo imaginarme a nadie más capaz de convertir el lado salvaje de la vida en canciones, explorando de primera mano sus tentaciones, tristezas y alaridos”. Motivos más que justificados para que este forastero visite nuestra ciudad.
Eduardo Izquierdo
