O en cuatro. O cinco. Inspirados, los mallorquines La Granja parecían haber sido absorbidos por un vórtice multicolor que les empujaba a escribir e interpretar pegadizas canciones que alternaban las sagradas líneas maestras del pop de raíz británica con la tradición folk-rock norteamericana que tan bien representaron los Byrds, por poner un gráfico ejemplo. Melodía y musculosas guitarras, nada mínimamente original pero trampa mortal en la que han caído miles de bandas, ya que lo que parece sencillo no lo es en realidad. De lo sensible al ripio empalagoso hay pocos centímetros de distancia, y ceñirse al guión preestablecido no garantiza buenos resultados. Ellos los consiguieron, logrando un sonido impecable que se mantiene vigente transcurridas tres décadas y componiendo temas infalibles como «¿Por Quién Doblan las Campanas?», «Lo Bueno Siempre Acaba Mal» o la popular «Los Chicos Quieren Diversión», un single redondo. Y sabían defenderlo en vivo, talón de Aquiles de muchos de sus compañeros de promoción. Lo demuestra la media docena de tomas en directo incorporadas a esta reedición junto a las demos de cuatro de las piezas, complemento perfecto del que posiblemente sea su mejor álbum y salvoconducto que les condujo directamente a Azul Eléctrica Emoción, producido por su admirado Paul Collins, y al multiventas Deliciosamente Amargo, paradójico inicio del fin de la primera etapa del grupo.
ALFRED CRESPO
