Discomático

The Pretty Shirts – A Few Seconds (Clifford Records)

La manida sentencia de Jagger-Richards, “It’s only rock ‘n’ roll, but I like it”, sería un resumen perfecto y conciso para este segundo disco de The Pretty Shirts. Publicado por Clifford Records el pasado mes de octubre, parece hermanarse directamente con algunas de las propuestas más rabiosas del sello (véanse Little Cobras, Superfortress o Beautiful Señoritas) y así los gallegos ofrecen un disco directo y musculoso, con aroma a chupa de cuero, a nocturnidad y a escenario, a energía de pub y a ese ambiente que parece reinar en los Beasts of Bourbon de Little Animals cuyo recuerdo acude a la mente en varios pasajes de este A Few Seconds.

Concebido como disco conceptual, ésta rock and roll story que proclama el subtítulo, consta de once temas entendidos como once capítulos en una ambiciosa y un tanto innecesaria intención literaria. Si bien la lectura del LP como novela se antoja un propósito excesivo, el álbum goza no obstante de una apabullante uniformidad stoniana y sí es posible establecer, a la antigua usanza, una cierta diferencia entre la cara A y la cara B. Mientras que la primera rinde entusiasta pleitesía a la noche, la fiesta y el sexo y se mueve por ello entre ritmos garajeros en la onda Nomads, la segunda abraza la resaca, la penitencia y el desamor y las canciones adoptan un aire más bluesero, algo en la línea Soledad Brothers, pero siempre dentro de una atmósfera rebosante de energía que no deja tiempo para el respiro y en la que apenas hay hueco para una balada, la sentida Memories.

Porque bajo el esquema básico de voz, guitarra, bajo y batería, todos los temas se construyen en torno a riffs contundentes y ajustados solos que se acompañan de puntuales ornamentos como las acertadas segundas voces para los estribillos (amables en Madrid City Lights, femeninas en My Girl o A Few Seconds), la armónica en I Sink The Mud, los toques beat en la línea de The Woggles en Big Muscles, Little Brain o ese twang casi bluesero en el arranque de Smoke. Lo cierto es que desde My Girl, el tema que abre el disco y que fue su primer single, hasta What I Am, el corte final que cierra el álbum con el veredicto “I can’t scape from what I am”, los once capítulos no cambiarán la vida de nadie pero el sudor que rezúman consigue despertar cierta maravillosa euforia en el oyente y eso, no nos engañemos, es algo que no tiene precio. Lo dicho, “It’s only rock ‘n’ roll but I like it.”

Texto: Miguel Sáez Martín

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