El ciclo “Momentos Alhambra en Flamenco” logró convencer, si es que fue necesario, a dos artistas, heterogéneos pero convergentes, para deleitarnos con dos tardes consecutivas de duende rockero (o, si se prefiere, rock jondo) en la mítica Casa Patas, templo capitalino del flamenco, ante un reducido auditorio compuesto por alrededor de cien personas.
Jota, acompañado por el capo Florent, y El Niño de Elche formaron un dueto de voces y triplete de guitarras en el que desgranaron temas propios y ajenos. Sin menospreciar la valentía del ilicitano, la exposición y desnudez vocal de Jota, a estas alturas de la película, es digna de alabanza. Quizá los amigos de Alhambra le prometieron birra gratis de por vida, quién sabe.
Pese al dueto oficial, el de Granada protagonizó en solitario el setenta por ciento del show, prolongando sílabas más allá de lo habitual y siempre envueltas en los mágicos acordes eléctricos de Florent. Versionaron indistintamente (y con pocas explicaciones) bulerías de los años 30, saetas y a Manolo Caracol (“Romance”). Un recuerdo especial fue para Enrique Morente, amigo de Jota, con el que, según confesó, pasó buenos momentos en el local. Fue una cita valiente y emocionante que esperemos se repita pronto.
Texto: Pepe Maza
Foto: Alfredo Arias
