Encuentros

Melenas, «defendemos la importancia de las canciones, aunque sean simples»

El cuarteto de Pamplona Melenas espera que 2019 sea su año. De momento, han confirmado para el próximo Primavera Sound y seguro que las fechas van aflorando conforme avance el año. El próximo fin de semana (viernes 14) participan junto a Hinds, Mourn y Estrogenuinas en la primera edición del “She Rocks Fest” en Donostia, un festival que nace con la intención de dar más visibilidad a la mujer en el rock. El grupo lo forman Oihana (guitarra y voz), Leire (bajo), María (teclas) y Laura (batería). En su currículum aparecen nombres como Fuzztones, Shivas y festivales tan cercanos como Santander Music Fest, BIME Bilbao y otros tan lejanos como SXSW de Austin. De momento, sólo han publicado un lp que ha sido coeditado por Elsa Records, El Nébula Recordings y Snap! Clap! Club. Melenas tienen claro que la canción es lo más importante por eso cuidan las armonías y las melodías hasta su último detalle. Sus influencias son dispares pero su sonido transita el pop, el garage y el punk con mucho protagonismo del fuzz y del teclado. Con la vista puesta en la grabación y publicación de un segundo disco, las pamplonesas afrontan su momento más decisivo. Pero antes, charlamos con ellas…

¿Cuánto tiempo lleváis tocando?

Comenzamos hace dos años y nuestro primer bolo lo dimos poco después. Este año 2018 hemos tocado bastante y también hemos aprendido a tocar (risas). La idea de formar una banda era para pasarlo bien pero sin muchas pretensiones. En Pamplona acudíamos al Nebula y al Txintxarri, dos salas donde hay música en directo, y allí nos conocimos. Oihana tenía estudios de música y había empezado a componer canciones con la guitarra. Se pone en contacto con María y bueno, Lauri tocaba la batería, Leire sabía algo de bajo y entonces, decidimos probar.

Tomando como referencia a grupos actuales americanos como La Luz, que llevan un formato parecido, guitarras limpias, melodías pop, sonidos fuzz, ¿era esta la intención?

No, para nada. Hemos hecho lo que nos ha salido en base a lo que nos gusta y escuchamos.

Entonces, ¿qué escucháis?

Buah. Escuchamos cosas muy variadas, desde grupos ingleses de los 80 como pueden ser Marine Girls o Television Personalities, música garage de los 60, e incluso rap. Pero La Luz también nos gustan. Sí que es cierto que hay un punto en el que conectamos todas pero hay influencias muy distintas y eso se nota en el disco donde hay canciones muy dispares, una más punk, otra más pop, y algunas con más fuzz.

Hasta ahora la única referencia discográfica que se ha publicado ha sido en lp y en cassette. ¿Tenéis pensado publicar algo pronto?

Sacamos el lp en noviembre de 2017 y se agotó muy rápido. Entonces se nos ocurrió la idea de hacer cassettes para Austin porque era un formato fácil de llevar. Después hicimos otra tirada de lp’s y en breve sacamos un nuevo single pensando en un nuevo disco.

Como grupo de pop, cuidáis mucho las melodías. Veo que hay una fuerte presencia del teclado. ¿Qué importancia tiene cada parte en la construcción de estas melodías?

Nos gusta mucho hacer bonitas armonías y las melodías premian bastante en todas nuestras canciones. En base a esto, creamos estructuras sencillas pero adornadas con bonitas armonías. Las teclas hacen de coros. Y sí, tiene mucha importancia el teclado. Ahora mucho más que al principio. Cuando comenzamos el teclado cumplía un papel de acompañamiento y cada vez tiene más protagonismo. El teclado hace de colchón y, otras veces, de coro, porque complementa la armonía vocal y luego tiene sus partes de desarrollo.

Hay un tema que se titula “Alfajarín”. ¿Se refiere al pueblo zaragozano?

Sí, totalmente. Cuando vamos a la playa, a Tarragona, hacemos parada en Alfajarín. Y esta canción suena un poco desértica, en relación con el paisaje que rodea a Alfajarín. Para nosotras es una especie de “road trip” al atravesar el desierto de Los Monegros.

¿Cómo surgió tocar en SXSW de Austin?

En Pamplona tocaron Holy Wave, que son una banda de psicodelia de Austin, y nos hicimos colegas suyas. Mantuvimos el contacto y surgió la idea de ir a Austin. Nos apuntamos el último día al festival y nos seleccionaron. La experiencia fue muy guay porque se organizan muchos conciertos y fiestas al margen del festival, y ahí es cuando la gente te puede ver. Y puedes conocer muchos otros grupos de otros lugares como unos chicos de Glasgow que nos permitió tocar después allí. Pero en general, la sensación que nos transmitió este festival es que es un evento muy abierto donde hay gente de todo tipo y de todas las edades.

Habéis tocado varias veces en el extranjero y ya os habéis recorrido una buena parte de la geografía española, tocando en salas y festivales. De todo esto se aprende, pero ¿qué es lo más importante para vosotras salir a tocar fuera?

Pues lo más importante es adquirir seguridad a base de tocar. Por ejemplo, Austin fue una maratón de tocar porque en siete días dimos nueve conciertos. Fue como nuestro máster. A partir de ahí, salimos a tocar con mucha mayor seguridad.

¿Qué opináis del aumento de la presencia femenina en el rock and roll?

¡Menos mal! Hasta ahora han faltado referentes. Nuestra mayor satisfacción sería que más mujeres se animaran a tocar. El rock ha sido un terreno muy masculino. Pero fíjate en nosotras, apenas sabíamos tocar, pero trabajando y a base de constancia, hemos conseguido demostrar que es posible. Además, no hay que ser un virtuoso para hacer una canción. Defendemos la importancia de las canciones, aunque sean simples.

Y… Melenas, ¿por qué?

Hubo maratón de nombres. Fue Lauri la que propuso Melenas. Mi aita me decía “¡qué pelos llevas!”, y me llamaba “melenas”. Y luego las referencia a películas de quinquis. Sonaba femenino pero al mismo tiempo rebelde.

Texto: Rubén Vela

Fotos: Dani Cantó

 

 

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