Encuentros

Tachenko, «nos sentimos cómodos en el lugar que ocupamos»

Hay dos o tres cosas de las que se puede estar seguro, que al fin de semana sigue un lunes otra vez, que decían los Futura. Puede que sea la más dolorosa de todas, que el nuevo disco de Tachenko va a ser un muestra de pop brillante y contenido, seguramente una de las más hermosas. «El Don del Vuelo sin el Arte Hermano del Aterrizaje» (Limbo Starr, 2018) es un maravillosa muestra de ello.

Ya sé que estaréis hartos de esta pregunta pero, sinceramente ¿no cansa o agobia un pelín ser una banda de Pop brillante y no ser reconocidos al nivel económico popular que deberíais? Se me ocurren varios nombres que vagan por los festivales con muchísimo menos de lo que ofrecéis.

Siempre hemos dicho que nos sentimos cómodos con el lugar que ocupamos; nunca nos oirás quejarnos por eso. Evidentemente, nos gustaría tener más repercusión, llegar a la mayor cantidad de gente posible, no tenemos ninguna intención de ser un grupo minoritario ni «de culto», pero las cosas se han dado así. Nosotros trabajamos para que el grupo funcione: si eso se acaba traduciendo en un mayor reconocimiento, económico o de público, mejor, claro. Pero no lo tenemos en mente a la hora de abordar las canciones, porque si lo hiciéramos estaríamos perdidos. Así que no es algo que nos canse ni nos agobie. Siempre hemos funcionado así.

¿El el Pop orfebre la única forma de que, por ejemplo «Domingo de resurrección» no suene a tragedia y desespero?

No la vemos como una canción trágica ni desesperada, sino más bien como una canción sobre una pareja que concibe la vida –el paso del tiempo, sobre todo– de distinta manera. Y ahí surge un choque inevitable: pero no hay tragedia ni desesperación, se encuentran en el cine, es una situación cotidiana que creemos que le resta dramatismo. Otra cosa es que sea triste, que lo es.

En esta onda hay más de un tema ¿es este un disco exorcista o es que habéis recurrido al oficio? Por vuestra salud sentimental espero que sea lo segundo…

Algunas canciones sí que parten de situaciones personales; pero ahí es donde entra el oficio, hacemos uso de recursos, «literarios» por decirlo de alguna manera. A mí, personalmente (Sebas) componer canciones me sirve a la hora de superar malas épocas; pero igual que me ayudan tantas otras cosas. Es ese sentido, no es que las canciones supongan una liberación ni un «exorcismo». Como siempre decimos, son parte de nuestro día a día.

Esto casi no es una pregunta, pero me tiene preso «Suave conmigo» ¿de dónde sale?

Sale, sobre todo, del «escenario» en el que vivimos, o desarrollamos gran parte de nuestra actividad diaria; de nuestro paisaje cotidiano, en Zaragoza, junto a la basílica del Pilar y al puente de piedra, sobre el río Ebro. Ahí se enmarca una historia concreta, pero lo que más nos interesaba era reflejar ese espacio. Por otra parte, ahí hay un buen ejemplo de recurso literario: en la vida real jamás le diríamos a nadie «suave conmigo», a no ser que fuese en tono relajado. Pero dentro de una canción puedes tomarte alguna que otra licencia.

Vosotros que estáis en lo que Elle Belga llama La Trinchera, y que vivís a todos los lados del negocio ¿cuándo y cómo se encuentra tiempo para ir construyendo un disco como este?

Tachenko es muy importante para nosotros: entonces, siempre sacamos tiempo. Como te decíamos, es algo que tenemos muy integrado en nuestras vidas, y tratamos de ser regulares a la hora de sacar discos.

¿Son malos tiempos para cierta lírica o siempre lo han sido? Se me viene a la cabeza la poca repercusión del proyecto Mostaza Gálvez ¿hemos creado un circuito que en realidad es un bucle?

La cuestión es que nosotros siempre hemos estado en esa Trinchera de la que hablan nuestros amigos de Elle Belga, así que los malos tiempos para nosotros son relativos. Creo que nos adaptamos bastante bien a los tiempos: por otra parte, como no vamos a dejar de hacer lo que hacemos, tampoco depende mucho de nosotros. Intentamos controlar, eso sí, lo que está en nuestra mano, mejorando como grupo y tratando de hacer buenas canciones, buenas producciones, buenas letras.

«Los Santos Protectores» parece un canto al hedonismo amable, o un modo de señalar con dulzura el sufrimiento amanerado, o igual nada de esto…

Nosotros la asociamos más a «Suave conmigo», a un escenario (Zaragoza) y a la importancia de ese escenario en nuestra vida. Como vivimos aquí, no nos damos cuenta del poso que todo eso va a dejando en nosotros. Pese a no ser creyentes hemos integrado en nuestra vida todas esas calles con nombres de santos, las mil iglesias por las que pasamos cada día. Igual que las murallas romanas, cuyas ruinas atravesamos a diario. Nos pusimos a pensar en eso, y había mucho material. Y, además de interiorizar ese paisaje, hay una crítica más bien ligera a la gente que se toma todo eso tan en serio –más bien, que vertebra su vida en torno a ello–: tanto la religión como a las herencias históricas.

Texto: Jorge Alonso

Foto: Gustaff Choos

One Comment

  1. Jose Maria Vinade Casale

    Adelante chicos todo lo que hacéis esta bien hecho

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