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Getxo Sound Fest – Getxo (Bizkaia)

Dead Bronco

Getxo, el costero municipio vizcaino, con su reconocida tradición musical, siempre ha tenido gran reconocimiento a nivel nacional. Sus tres festivales internacionales, Getxo Folk, Getxo Blues y Getxo Jazz, sus Habaneras y Corales, y sus escuelas de música municipales forman parte de su acreditada identidad cultural. También en los años 80 surgió un gran abanico de formaciones pop-rock, punk e indie con gran repercusión a nivel estatal; Los Clavos, Rufus, Inquilino, los Bonzos y muchas más bandas a las que se les etiquetó como el movimiento “GETXO SOUND”. La tradición continúa y actualmente en Getxo hay más de 140 bandas de pop, rock e indie, muchas de ellas girando tanto nacional como internacionalmente.

GETXO SOUND FEST nace con la misión de dar valor a todo este talento local y con el fin de conseguirle mayor difusión y repercusión mediática. Para ello invita muy acertadamente en su primer año a bandas estatales de primer nivel, y hay que reconocer que ha conseguido estar a la altura de los festivales más reputados. El GETXO SOUND FEST, celebrado en la plaza de la estación de Las Arenas, cerró su primera edición con un tremendo éxito de asistencia debida sin duda a la popularidad del jugoso cartel reunido por la organizadora Stereosonik, la colaboración del ayuntamiento de Getxo y la facilidad para llegar al recinto gracias al metro de Bilbao, a escasos metros de la ubicación del mismo. El cartel fue una mezcla de bandas ya consagradas y con tirón, como los burgaleses La M.O.D.A, Iván Ferreiro y Viva Suecia y bandas locales de Getxo y alrededores como los electrizantes Smile, los genuinos Dead Bronco, Los Brazos, Tulsa, MC Enroe y El Inquilino Comunista. En total fueron nueve bandas a las que hay sumarles Rufus, Marban y Larry Bird, que actuaron en las fiestas de presentación del festival en Fangaloka Azkorri y The Pippers Irish Pub respectivamente.

Pocas opciones se me ocurren mejores para empezar el Getxo Sound Fest que con los míticos El Inquilino Comunista. Los getxotarras son una institución de culto que da conciertos esporádicamente, así que verles en directo es todo un acontecimiento. La formación está liderada por los hermanos Álvaro y Santi Real, quienes intercambian las voces entre canciones y ponen su magia a la guitarra. Se complementa con Javi Letamendía «Leta» a la batería y Ricardo Andrade al bajo. Con la puntualidad que caracterizó a la organización salieron en cuarteto para hacer un recorrido por lo más fascinante de sus composiciones. Canción tras canción, los getxotarras exprimieron ese sonido marca GetxoSound como sólo ellos saben, con gran recibimiento por parte de un público que iba paulatinamente en aumento y entrando en calor.

Los Brazos

Los Brazos fueron los siguientes en subir al escenario. Desde la primera canción se hicieron dueños y señores de un recinto completamente entregado. El power trio venía con su exitoso nuevo disco bajo el brazo, el directo “Live” grabado durante la gira Gas Tour. Y ahora tocaba presentarlo en casa. Este trío de ases sabe plasmar brillo, sudor, energía y frescura en cada canción. Encadenaron temas como las rockeras “What Should I´ve Done” y “Boogie”, que hicieron bailar a gran parte de los presentes. Willy (cantante) y Txemi (bajo) demostraron sin lugar a dudas con sus potentes riffs que son pura adrenalina encima del escenario.

Turno para Dead Bronco, liderados por su showman Matt Horan, y con un plantel renovado compuesto por Jowy Bruña al banjo, Adán Gómez a la guitarra y mandolina, Guille Peña a la batería y Adrian López al contrabajo. Presentaron su último disco, “Driven by Frustation”, ofreciendo uno de los mejores conciertos del festival, donde la brillante combinación de punk con country de raíces que ellos denominan “Americana Sludge” hizo las delicias de los presentes.

Pasado el ecuador de la primera jornada, ahora tocaba el turno de los dos cabezas de cartel del día, Viva Suecia y La M.O.D.A. Arrancaron los primeros, uno de los nuevos grupos del momento, y la gran sensación actual del indie nacional. Contundencia arrebatadora en cada canción, sonido sobresaliente y actitud en el escenario son las bases del éxito de los murcianos. A pesar de ser un grupo joven con dos discos solamente, poséen un gran bagaje profesional ganado en incontables salas de conciertos y festivales, y saben ejecutar su setlist sin perder un ápice de naturalidad. En la traca final interpretaron dos de las razones por las que se encuentran en plena cresta de la ola: “Bien Por Tí” y “Hemos Ganado Tiempo”. Un cierre espectacular donde el punto álgido lo pusieron las salvas de confeti lanzadas al finalizar el concierto.

La M.O.D.A.

Para terminar el día, se subió La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A), septeto burgalés que mezcla música acústica con acordeón, banjo, mandolina y saxofón, y toma sus influencias del folk, country y blues, aunque con espíritu punk y RN’R. Han arrasado en todos los festivales que han recorrido este verano. Consiguen contagiar al espectador su energía desde la primera escucha y eso es de agradecer. Tienen un repertorio realmente potente, y lo demostraron en el escenario, donde no faltaron canciones como: “Los hijos de Johnny Cash”, “Flores del mar “, “Nómadas”, “Hay un Fuego”, que hicieron vibrar a todos los presentes. Al terminar la noche con “Héroes del Sábado”, gran parte del público coreaba acompasado todos sus estribillos.

La segunda jornada del Getxo Sound Fest dio la bienvenida a la banda McEnroe, liderada por el cantante, guitarra y compositor Ricardo Lenzo, y completada los hermanos Guzmán, Pablo Isusi y Gonzalo Eizaga. Con puntualidad suiza, el quinteto formado en 2002 expuso su rock melancólico y elegante. El hecho de tener tres guitarras no impidió en ningún momento un sonido limpio y de bella factura a medida que iban desglosando material como “Mundo marino”, “Tú nunca morirás”, “Las orillas” o los más recientes “Rugen las flores” y “Quiero pensar que aún queda tiempo”. La banda recibió una entusiasta respuesta del público a su estilo introspectivo y a la grave y emocionante voz de Lenzo desgranando sus poéticas letras. El colofón a su actuación fueron dos bises, el primero de ellos “La cara noroeste”, interpretado en solitario por Ricardo Lenzo y coreado por el público. En total, fue una hora de concierto impecable, que dejó un agradable sabor de boca a los asistentes.

A continuación, y con apenas un cuarto de hora de espera, apareció sobre el escenario el quinteto Tulsa, liderado por la hondarribitarra Miren Iza, exElectrobikinis. El grupo desarrolló durante la siguiente hora su repertorio ecléctico, en ocasiones experimental, que iba del post punk al blues pasando por el indie rock. Letras y arreglos originales interpretados por Gabriel Marijuan, Miguel Guzmán, Alberto Rodrigo y Charlie Bautista, con Miren cantando, saltando, bailando y marcando su impronta en canciones como “Bilbao” o “Centauros“. En tres temas, Tulsa fueron acompañados en el escenario por Alfredo Niharra, primero a la armónica y más tarde a la guitarra y coros. Ya que sin Niharra, en palabras de Miren Iza, tal vez Tulsa no hubiera existido jamás.

Smile

Para cuando Smile apareció en el escenario, a las 20:45, la noche ya había caído casi por completo fuera de la carpa, pero los getxotarras salieron con la intención de traer al festival un sol radiante gracias a su sonido colorista, luminoso y festivo. Dos grandes sombrillas colocadas a los dos lados de la batería decoraban el escenario. Comenzando con la sintonía de “Verano Azul”, el quinteto liderado por John Franks durante la primera mitad del concierto ofreció un sonido surfero con influencias californianas de temática playera y festiva. Aparcando parcialmente la vertiente que caracterizaba sus comienzos, la banda se lanzó a su repertorio más bailable, invitando incluso a bailar al escenario a todas aquellas chicas que quisieran hacerlo. Con la audiencia desatada, Smile terminó su actuación con una bailable versión del clásico “Sister Golden Hair” de la banda America, y con Franks bailando y mezclándose entre el público.

Quien pensara que Iván Ferreiro lo iba a tener difícil para mantener la energía de Smile se equivocaba. El gallego, convertido en un clásico del rock y el pop a medio camino entre lo alternativo y el mainstream, desplegó su impecable repertorio acompañándose, como siempre, por una banda de músicos excepcionales, entre los que se encuentran su hermano Amaro Ferreiro, el mítico Pablo Novoa o el siempre enérgico guitarrista Emilio Saiz. Llama la atención que, a lo largo de la hora y media de actuación, Iván Ferreiro no interpretara ninguno de los temas de Golpes Bajos incluidos en el álbum que acaba de publicar como homenaje al mítico grupo gallego. No le hizo falta. Con temas como “Casa”, con el que abrió la actuación”, “Tupolev” o “Turnedo” entre otros muchos, Ferreiro consiguió hacer saltar, corear y poner la piel de gallina a buena parte del público. No faltaron celebradísimos clásicos de Los Piratas como “Años 80”, “El equilibrio es imposible”, “Promesas que no valen nada” o “M”. Al final del concierto, acompañó a la banda Charlie Bautista al saxo. En resumen, un concierto intenso, divertido, emocionante y lleno de energía. Nada nuevo en un artista que ya no tiene que demostrar nada para ser uno de los grandes.

Por nuestra parte, habiendo disfrutado enormemente ambos días, esperamos impacientes la siguiente edición del Getxo Sound Fest.

 

Texto: Andeka Rekakoetxea y David Mars.

Fotos: David Mars

 

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