Operando en alturas creativas a las que solo ellos pueden escalar, Clutch sobrepasan los disparos directos que fueron Earth Rocker y Psychic Warfare para proponer esta vez un viaje ecléctico, siempre exigente, a veces extraño, pero con acogedores refugios de montaña que refieren musical y líricamente a casi toda su carrera, en lo que es en rigor un álbum doble. Book of Bad Decisions pone sobre la mesa quince canciones, varias de ellas trabajo de genio, como «How to Shake Hands», «In Walks Barbarella», «Give Me the Keys» o «Hot Bottom Feeder». Hay mucho de mérito en el productor Vance Powell (The White Stripes, Arctic Monkeys), que hace brillar a cada miembro de Clutch en varios momentos clave, así como animarles a experimentar (los vientos en «In Walks Barbarella», el piano en «Vision Quest», el órgano en «Emily Dickinson»). Es verdaderamente difícil escribir con el freno de mano puesto y no caer en excesos —Phisical Grafitti, Exile on Main St., ya sabéis— pero Book of Bad Decisions es un manifiesto artístico mayúsculo, un Olimpo desde donde Black Sabbath, James Brown y Jimi Hendrix lanzan rayos de aprobación, otra cumbre para una banda que ya supo coronar cimas de la misma magnitud con Blast Tyrant. Fallon, Gaster, Sult y Maines, cuatro apellidos que deberíamos saber de memoria todos, hace mucho tiempo.
DANIEL RENNA