La irrupción de Lemon Twigs hace unos años nos hizo recuperar la fe en el ser humano. Unos adolescentes que habían crecido escuchando lo mejor de lo mejor de la música de los sesenta y setenta y que, al tiempo que lo aplicaban componiendo canciones y grabando discos, se iban a convertir desde el minuto uno en unos clásicos modernos. Los hermanos D’Addario han conquistado el corazón de gente tan relevante y dispar como Alice Cooper y Elton John y con esa frescura que les caracteriza tanto pueden relatar una de sus épicas peleas de hermano como editar una colección de canciones que te eleve el espíritu. Y reiterando en el esfuerzo de reverenciar épocas pretéritas, en esta nueva aventura han decidido recuperar el formato del álbum conceptual en forma de opera rock que nos remite de manera directa a obras maestras del calibre de Rocky Horror Picture Show, Hair o la inigualable Tommy. En el caso que nos ocupa, el protagonista es Shane, un chimpancé de corazón puro, criado como un humano que debe enfrentarse al mundo con todas las dificultades que comporta su condición de ser diferente. El elenco de colaboradores no tiene desperdicio, ya que Todd Rundgren interpreta el papel del padre del simio; Susan Hall, la propia madre de los D’Addario, interpreta el papel de progenitora de Shane; y también tienen algunos papeles en la obra Jody Stephens (Big Star) y Ronnie D’Addario, el padre de las criaturas. El resultado del experimento, lejos de ser una anécdota es emotivo, divertido, nostálgico y estimulante, siendo ya Shane un candidato serio al título de simio del año.
RUBEN GARCIA TORRAS
