Cuando seguimos intentando asumir la pérdida de alguien tan grande como Aretha Franklin, gracias a la gentileza de sus autores, ambos colaboradores de esta ruta, y de la editorial Amaniaco Editores, recuperamos como homenaje el texto de Toni Castarnado incluido en el volumen ilustrado Songbook 2, de nuestro dibujante rutero Joaquín Ladrón.
Aretha Franklin: la Reina del Soul
“No podrán pescarnos, estamos en una misión de Dios” (Elwood Blues). Cierto, hemos soñado un millón de veces con las secuencias y persecuciones de Granujas A Todo Ritmo. También con ese momento perteneciente a tan desenfrenada película, con Aretha Franklin como protagonista de esa escena icónica en una cafetería típicamente americana, con taburetes fijos en la barra y mesas en paralelo al otro lado. Junto a las siluetas eternas y reconocibles de los Blues Brothers, con ese aroma a café recién hecho, y esa conjunción sabrosa de tostadas, mantequilla y beicon, surgen de la nada tres coristas que bailan como si fuesen demonios con cara de angel, y un saxofonista que toca en cada rincón del local, incluso se sube allá dónde comen los comensales. Como culmen a la acción, el baile final con Dan Aykroyd y John Belushi con cara de póquer bailando junto a clientes enloquecidos al son canalla del rock n´roll. Aretha Franklin se ganó un trozo de los corazones de todos los que disfrutaron del film con “Respect” como himno popular, como incombustible plegaria. Un escenario que también podría ser el de American Graffiti o Grease, lugares comunes para nostálgicos del estilo, de la estética macarrónica; con el rock como única forma de vida. En la versión del año 2000 de los Blues Brothers solo hay una parte de los protagonistas, con diferente glamour y compostura, esta vez se desarrolla en un concesionario, y ella, la Reina del Soul, se adapta al medio. Ya no hay delantal, se impone un elegante conjunto de falda y chaqueta. Por alguna razón sus compañeros la votaron para la Rolling Stone edición americana como la mejor cantante de todos los tiempos. También encabezó en 2014 una ceremonia (“Women Of Soul”) con Barack Obama como primera espada y portavoz en la Casa Blanca, a esa cita le acompañaron mujeres de su misma generación como Patti Labelle, y otras más actuales, caso de Jill Scott o Janelle Monae. La interpretación en el tramo final de la gala de “Amazing Grace” de Aretha Franklin confirma lo evidente: quien tuvo retuvo. Sin importar la fecha de nacimiento y el estado actual de las cosas, quien reinó antes también lo puede hacer ahora, a pesar de las circunstancias y el entorno. Ella celebra cada ocasión como mejor sabe, de igual modo que en los tiempos en los que cantaba en la iglesia, levantando al personal de sus butacas, con una amplia sonrisa, dando palmas y moviendo los pies como un auténtico remolino. Aretha siempre fue paciente, estuvo durante sus primeros cinco años de vida artística sujeta a la pauta que marcaba su sello discográfico y a quienes manejaban sus hilos, hasta que en 1967 registró I Never Loved A Man The Way Love You para culminar la hazaña poco después con Lady Soul, obra maestra del género soul. Acostumbrada a saltar obstáculos y a reinventarse cuando la situación lo precisa, cuando filmó con los Blues Brothers no estaba en su época de máximo apogeo. A partir de entonces, tras ese ejercicio beligerante de talento natural, Aretha Franklin no ha necesitado de muchas más gestas como esa para seguir tocando el cielo con ambas manos.
Texto: Toni Castarnado
Ilustración: Joaquín Ladrón
