Todavía colea el efecto de …For the Whole World to See, el disco perdido de Death, la banda de Detroit. Es tal la combustión sónica que la leyenda del grupo ha dado para un documental, dos discos de rarezas, varios singles, un libro y un trabajo nuevo con la formación actual. En cuanto a The 4th Movement, son de nuevo los hermanos Hackney reinventando la rueda. Si el disco arriba mencionado avanzaba una especie de precuela al punk americano, combinado con el hecho de que los hermanos son afroamericanos —y esto lo hace aún más especial—, The 4th Movement es al gospel rock lo que …For the World es al punk. Después de la aventura con la muerte, los Hackney se trasladaron a la apacible Burlington, dejando atrás la peligrosa Detroit. Montaron esta banda en la que le cantan a Jesús, pero la particularidad es que las texturas instrumentales son igual de inclasificables que las de Death. Leñe, qué personalidad gastan. Y la voz de Bobby Hackney, en algún mundo justo paralelo al nuestro debe estar ahí arriba, entre los grandes del soul y el rock. Desdichadamente seguimos en la tierra, aunque The 4th Movement vuelve a cobrar vida y con sonido mejorado. En 1980 fue publicado para desaparecer poco después, tal y como lo hizo su sucesor, Totally, pero la música de estos tipos fue creada para descubrirse en cualquier era. Solo hay que darle una escucha a esa especie de opereta cristiana-punk con la que se inicia el álbum: «Revelation’s Eve». Y luego enciendes una candela y dejas que la mente vuele a su antojo con «The Christ in You», «The Build Up» o la épica «He Even Reigns Today/Don’t You Think Your Life Is Worth It». En el nombre de Cristo, voy a pasarme un tiempo en este álbum.
SERGIO MARTOS
