Parece que la fórmula chica carismática con voz privilegiada más chico creativo al mando del cotarro creando atmósferas está bastante de moda. Beach House o María Arnal y Marcel Bagès podrían corroborarlo. En este contexto no parece descabellado que una artista de la talla de Laura Marling, que ha cosechado en la última década una carrera sólida y plagada de triunfos, haya elegido circular por estos cauces y con más razón si cabe cuando descubrimos que su maestro de armas es el reputado músico y productor Mike Lindsay. Ambos coincidieron en el aftershow de un concierto de Neil Young y Lindsay prometió a Marling cubrirla de extraña y delicada música si unían fuerzas. Y quedaron, y tras la primera sesión la cita parecía un sueño, como si no hubiera existido en realidad. Y se sucedieron repetidamente esas sesiones oníricas hasta que este Lump rompió la barrera de lo etéreo para caer en nuestras manos. «Late to the Flight» nos recibe con una gaseosa capa de sintetizadores, loops, flautas y con una Marling gatuna, sofisticada… Se suceden los cortes y la dimensión del sueño se expande. A momentos la diva nos recuerda a Joni Mitchell («Curse of the Contemporany») y en otros pasajes nos vienen flashes de la Chan Marshall más marciana («Hand Hold Hero») pero lo que no podemos negar es que tras todas esas capas de dream-pop Marling conserva su personalidad en un experimento con resultado más que satisfactorio.
RUBÉN GARCÍA TORRAS