Que los Who pre-Tommy en directo eran unos bárbaros es una obviedad. Lo sufrieron en sus carnes hasta los Rolling Stones, cuando Townshend y compañía les eclipsaron en su Rock and Roll Circus. Pero faltaba documentarlo con un álbum que hiciera justicia a esa fuerza de la naturaleza. Este triple (en vinilo) salda con creces la cuenta pendiente. Evidentemente, la energía y destreza plasmadas en su día en Live at Leeds (1970) ya nos tenían sobre aviso, pero a diferencia de entonces, en el Fillmore, en plena resaca de la irrupción de la psicodelia y en ausencia del superventas Tommy para llenar espacios, The Who tenían vía libre total para improvisar desbocados desarrollos instrumentales marca de la casa. Así, “A Quick One…” se revela aquí más larga e igual de explosiva que cuando dejó boquiabierto a Jagger, “Relax” se prolonga mágicamente hasta doce minutos y “My Generation” sobrepasa la media hora a todo volumen. Tres potentes versiones de Eddie Cochran dan carpetazo al forzado dilema mod-rocker, mientras temazos como “Little Billy”, “I’m a Boy” o “Happy Jack” tocan su cielo particular. Y es que, aunque la restauración de las cintas originales no haya logrado salvar dos de los cortes, el resto de este concierto es puro delicatesen.
Xavier Llop
