Hacer el mono es una de las cosas que mejor sabemos hacer. Extenderlo durante todo un fin de semana es algo para lo que estamos sobradamente preparados y esta revista fielmente lo acredita. Ahora, cuando una viaja al Puerto nos encontramos con los veteranos profesionales, solo ellos quienes este año celebrarán en Sevilla el décimo aniversario del espectacular escaparate Monkey Week, pueden poner en marcha este hermano pequeño, conexión sincera con la localidad que vio nacer toda su propuesta, festejo sublime por encima de etiquetas musicales.
Así sin barreras de género podemos disfrutar del blues crudo, certero y emocionante que ha hecho grandes a Guadalupe Plata, acercarnos a la psicodelia turca impregnada de free jazz que sirve de punto de partida a los inquietos Mohama Saz y bailar con la cumbia de grandes bodas y banquetes organizadas por Esteban & Manuel. “Ela Namoroume” se clava en el subconsciente y el auto-tune te atrapa, uno no puede dejar de bailar con estos “Hombres del Siglo XXI”. Van sonando una tras otra las tonadas de La Banda Sonora de Tu Día a Día, debut del grupo editado por La Melona, y el castillo de San Marcos se convierte en el dance floor perfecto. En comunión con el resto de humanos que habitan la fortaleza, de la misma manera que un servidor vivía los bolos de hardcore con quince años, el show termina y lo bueno continua ahora en la bodega.
Atravesando un estrecho pasadizo de piedra, rodeado de barricas centenarias uno se encuentra a los platos a un viejo conocido, hoy se hace llamar Betty Miserías pero tras el haz de luz que sale de su frente se encuentra Daniel Rejano, una de las tres patas de los Little Cobras. Dejando caer la aguja sobre plástico negro avanza la noche entre surcos de música electrónica. Y es que podrán cambiar las formas pero las intenciones son las mismas. Así lo corrobora Bronquio al día siguiente en el mismo espacio, su lenguaje recuerda al techno más duro, sus orígenes e intención como las del pequeño cobra las más punk.
El día acoge otras propuestas en otros espacios y enfrente del bar Bugalú – háganse un favor y prueben las chacinas ibéricas de este mágico rincón – descubrimos a J.G.G., colores exóticos pintados desde sus sintes y pedales. Colores radiantes que se tornan negros cuando entramos en la vieja Casa Monkey Week para ver a Los Ataúdes, sucio punk-blues con lirismo heredero de la tradición Parálisis Permanente. Moviéndonos por las calles del Puerto de Santa María nos topamos con la frenética actuación de King Cayman, el hombre orquesta que ha demostrado que a la guitarra y batería pueden tocarse más cosas que las que otros se empeñan en repetir, los boleros hipnóticos de La Big Rabia, el fenómeno fan que despierta Carolina Durante, las espeluznantes historias de Fee Reega quien defiende sin dudar que Nacho Vegas suena mejor en alemán, las pegajosas melodías de Club del Rio atacando “Remedios” desde el escenario más grande del festival. Tablao montado en la plaza Alfonso X El Sabio, que a base de kinkidelia conquistan Derby Motoreta´s Burrito Kachimba, son ellos sin dudan un revulsivo necesario ante tanto psicodelia clonada de discos malos.
En el sur resiste la revuelta, terminar el fin de semana viendo al Pájaro presentar el Gran Poder nos lo recuerda.
Texto: Daniel Acirón
Fotos: David Pérez Marín
