Encuentros

Zakk Wylde, encontrando el camino a casa (junto a Ozzy)

El próximo domingo puede ser la última vez que Ozzy Osbourne se suba a un escenario de Madrid (Download Festival, 29 a 31 de junio) tal como anuncia en este tour de despedida. La semana que viene lo hará en el Rock Fest en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona (5,6 y 7 de julio). Será esta la definitiva? Por si acaso, recomendamos no perdérsela, los conciertos de Ozzy son la esencia del rock. Aprovechamos la visita de Zakk Wylde, el guitarrista pródigo que le acompaña en esta gira para que nos hable de su carera en solitario y de su reencuentro con Ozzy.

Queda en el aire la última nota del mash up de «Whole Lotta Love» y «War Pigs» y como si cargara un fusil de asalto, sale Zakk Wylde para atronar con «Genocide Junkies» a la audiencia de la sala Razzamatazz de Barcelona. Wylde no solamente toca un volumen ostensiblemente más alto que el de sus compañeros de Black Label Society, si no que el centro del escenario presenta una tarima donde se sube continuamente y lo coloca a medio metro por encima. El bajista John De Servio es un eficiente sargento de armas, pero queda claro que el show de Black Label Society es el show de Zakk Wylde.

En una lectura superficial, puede decirse que el personaje de Wylde ha sepultado al músico – un musculoso e hirsuto Thor uniformado de biker-, pero nada más lejos de la realidad. En primer lugar, el repertorio. Wylde posee una colección de canciones ya clásica a estas altura de carrera, con «Concrete Jungle», «The Blessed Hellride» y «Stillborn» como estandartes, y con «In This River» como probablemente el mejor homenaje existente a Dimebag Darrell. Pero encima de eso, está el intérprete. La ejecución es portentosa, sin fallar una nota, llena de energía y pasión, como quedó claro cuando Wylde se sentó al piano o bajó a tocar con sus dientes y detrás de su cabeza entre el público. Podría parecer que el final, con Wylde saludando subido a la tarima golpeándose el pecho mientras el baterista Jeff Fabb hacía el ritmo de los puñetazos quedase demasiado impostado. Pero en realidad, se ríe de todos estos clichés. Zakk Wylde tiene un condenado sentido del humor.

“Del nuevo álbum tocaremos «Trampled Down Below», «All That Shined», «A Love Unreal» y «Room Of Nightmares». Habrá un montón de baile, un montón de sombra de ojos, un montón de medias de red, y mucho pintalabios. Un montón de cambios de vestuario. Tenemos más cambios de vestuario que Diana Ross”, dice entre risas sobre su show. Le digo que será su momento Elton John de los primeros 70’s. ”Exacto. Y también en estilo Liberace.” Black Label Society están de camino a Portland, Oregon, donde tocarán con Corrosion Of Conformity, Eyehategod y Red Fang. Ya me había prevenido Jean-Paul Gaster, baterista de Clutch, que tocó el año pasado junto a Zakk en su proyecto Zakk Sabbath. “Tocamos un montón de shows y festivales con Zakk, y siempre estoy impresionado por lo amigable y humilde que es. ¡Además, siempre tiene un montón de chistes! Podía dar fe. Zakk estaba de muy buen humor.

Su jocoso “Hello there” auguraba una entrevista muy divertida. Tanto como el último video clip de Black Label Society, «A Love Unreal» donde un hilarante Angel Exterminador se enamora. Varios de los clips del último álbum Grimmest Hits tienen este tono humorístico, en contraste con un ominoso título que se presta a confusión. “La gente cree que es un grandes éxitos, pero para hacer eso, hay que tenerlos”, afirma con ironía. “Nosotros no tenemos ninguno. Es oscuro, crudo como el material, como sus letras. Todos los álbumes de Black Label Society son asuntos oscuros en general, pero Grimmest Hits lo es aún más. La influencia de su gira de su proyecto Zakk Sabbath es notoria, y va más allá de lo convencional, con aires de los trabajos de Sabbath de mediados de los 70’s. “Muy cool, gracias. Nunca habrá nada malo con ello”, dice riendo. “Creo que en todos los discos de Black Label Society hay una influencia de Black Sabbath flotando por encima. Cada artista, en su producción, proyecta la música que ama. Si, este disco tiene una combinación de todo lo que amo: Led Zeppelin, Sabbath, Deep Purple. A la hora de escribir riffs, son Jimmy Page, Tony Iommi, Ritchie Blackmore, esos son los tres tipos. Como músico, esa es tu educación. También hay cosas de Allman Brothers, Stones, Bad Company, Lynyrd Skynyrd, Elton John, The Band, Percy Sledge, Sam Cooke, adoro ese material. La música que digieres todo el tiempo, termina en tu ADN. Lo que haces tiene que generar lo mismo que lo que amas escuchar”.

Nada mal para un disco compuesto en apenas 3 semanas. “Cuando volvimos de la carretera de hacer Zakk Sabbath, mi esposa me dijo, “ Zakk, cuando acabemos con esto, hacemos otro disco de Black Label Society”, y dije, “OK, ¿cuánto tiempo tengo para escribirlo antes de que volvamos a salir? “Tienes 21 días o así.” Y yo dije, no hay problema. Apenas llegué a casa, comencé a escribir. Lo escribí casi todo en el gimnasio de mi casa. Me levantaba, hacía ejercicio, tomaba algo de café y me ponía a escribir riffs. Y cuando me cansaba de los riffs, cogía la guitarra acústica.

Tenía los riff de «Trampled Down Below» «Seasons Of Falter» y alguna cosa de «The Only Words», el resto prácticamente es todo nuevo. El solo de «The Only Words» viene de la Universidad de Dickey Betts, definitivamente. Fuimos construyendo todo en 3 semanas, y cuando tuve clara la base, hice una grabación de prueba, con la idea de que el solo fuese creciendo y continuando. Quería que el solo fuera súper largo.

Estoy muy contento con el resultado. JD (bajista de BLS) hizo un gran trabajo en la mezcla, haciendo que en términos de sonido el resultado fuese excelente. Me gusta mucho escucharlo. En cada álbum que hago intento estar entusiasmado. Estoy tan excitado con Grimmest Hits, como cuando hice No Rest For The Wicked”.

No Rest For The Wicked, el mítico debut de Zakk Wylde con Ozzy Osbourne, con apenas 20 años. En aquella la audición con Ozzy –el Madman estaba más nervioso que Zakk- Wylde temía que lo mandaran de vuelta a su casa tras la prueba. “Fue increíble. Aún me siento de esa manera. Un gran honor, un sueño hecho realidad”. El debut con Ozzy fue el 28 de Julio de 1987, en la Wormwood Scrubs Prison en Londres, en el que sería el único show ese año. Al año siguiente, estaba recorriendo el mundo por primera vez. Jean-Paul Gaster pudo comprobarlo en directo entonces. “Zakk es jodidamente brillante. La primera vez que lo vi fue en la gira de No Rest For The Wicked. Geezer Butler tocaba en esa gira también. Me volaron la cabeza. Zakk es el guitarrista más bestia que jamás he visto”.

30 años después, y tras muchos encuentros y desencuentros, Zakk vuelve a estar con su mentor Ozzy Osbourne, a quien llama afectuosamente Jefe. “Aunque no haya estado tocando el Jefe, siempre hemos estado en contacto. El año pasado, tuvimos una cena con Mamá (Sharon Osbourne) y el Jefe, y nos reímos mucho. Ozzy me preguntó si quería hacer shows con él, ya que Gus (G) estaba con su nuevo álbum de Firewind y su discos solista. Fue regresar, y todo volvió al mismo lugar donde empezamos. Todo son risas ahora. 5 minutos con Ozzy y te mueres de la risa.”

Tras su visita con Black Label Society, Zakk Wylde regresará a España con Ozzy Osbourne, en su gira de despedida, No More Tours 2. Broma de Zakk sobre Ozzy, pero es muy buena. “La gente dice, ¿que pasa con esta gira de despedida? La razón por la que estamos de gira, es que el año pasado Ozzy me dijo: “Zakk, todo el dinero que has hecho trabajando para mi estos años, coge todo ese dinero, y apuesta a Connor Mc Gregor. Tengo información de adentro de que va a ganarle a Floyd Mayweather. Yo le dije, “¿estás seguro Ozzy?”. Me dijo, “ponlo todo”. Lo hicimos…y por eso estamos de gira hasta 2020.” ¿Y la salud? Zakk Wylde está sobrio desde hace años por un serio cuadro de coágulos en sus arterias. “Está todo OK. Al comienzo de la gira me hago análisis de sangre para ver cómo está el tema, y todo está bien.”

Es sabido que Ozzy estuvo trabajando con Billy Morrison y Steve Stevens, guitarristas de Billy Idol en al menos 8 ideas de canciones, y que al menos dos tienen nombre tentativo: «Crack Cocaine» y «Mr. Armaggedon » . Según Wylde, no han ido más lejos de eso con el nuevo material. “Si, Ozzy ha estado improvisando con sus amigos, y tiene varias ideas de canciones. El Jefe y yo no nos hemos sentado a trabajar con eso. No aún.”

Ozzy Osbourne puede ser su jefe, mentor y padrino de uno de sus hijos – pero los padres musicales de Zakk Wylde son tres: Jimmy Page, Ritchie Blackmore y Tony Iommi, a los que siempre Wylde llama los Bach, Beethoven y Mozart de nuestra era en una inspirada definición. Zakk Wylde ha estado en tributos a Led Zeppelin, a Deep Purple, y hace al tratamiento completo a Iommi con Zakk Sabbath. Alguna oportunidad de revisitar otras eras de Black Sabbath? “Tengo amigos que hacen lo de Dio, y lo hacen realmente bien, pero yo sigo con la época de Ozzy, si me entiendes»

Generacionalmente, a sus 50 años, Zakk Wylde es quien lleva la antorcha de los maestros ahora ¿Quiénes serán los siguientes? “Creo que los tipos en Avenged Sevenfold están haciendo un gran trabajo, inspirando que chicos jóvenes cojan una guitarra y se pongan a aprender y querer estar en una banda. Son buenos tipos, buena gente. Están haciendo un muy buen trabajo con eso.” Que un guitarrista que tocó con el Les Paul Trio (“fue brillante. Todo fue risas y chistes. Les Paul fue increíble, sin lugar a dudas”) y es parte de Experience Hendrix, el tributo oficial del maestro de Seattle (“lo que él tocaba, su tono, sus trucos, las notas que elegía, son marcas de agua que ves en otros guitarristas, si escuchas a Uli Jon Roth, Robin Trower, Stevie Ray Vaughan, el sonido está allí”) diga eso de uno es todo un elogio.

Su colega Jean-Paul Gaster tiene una petición personal para Zakk. “¿Quizás podrías preguntarle que significa SDMF? En Clutch lo decimos todo el tiempo. Suena muy canalla, pero ¡no tenemos idea de lo que significa!” Zakk lo aclara rápido: “Strength Determination Merciless Forever”, pero remata riendo. “Pero cuando estás muy borracho puede significar Stupid Dumb Mother Fucker.”

DISCOGRAFIA SELECTA

 

No Rest For The Wicked (Ozzy Osbourne, 1988)

Atronadora carta de presentación, en la que un Zakk Wylde de 21 años se sienta con autoridad en el trono desde el que antes reinaron Randy Rhoads y Jake E.Lee. No Rest For The Wicked es un asunto pesado, en el que Ozzy vuelve a aggiornarse con un guitarrista técnico y salvaje a la vez. Hay varias piezas de gran tonelaje, como «Miracle Man», y «Crazy Babies», de gigantesco y memorable riff. En la brillante «Bloodbath In Paradise» -sobre los asesinatos de la Familia Manson- un comienzo a lo Iommi enseña los genes de Wylde, que con sus pinch harmonics y su sexto sentido rítmico, establece los cimientos del groove metal de la siguiente década.

Pride & Glory (Pride & Glory, 1994)

El chico no sólo es un pistolero rápido, puede cantar, tocar el banjo, el piano y la mandolina, y componer muy bien. Además, agrega otro registro a su paleta de colores. Es ampliamente sabido que Pride & Glory se llamaban originalmente Lynyrd Skynhead. Zakk viaja al sur con músculo y fidelidad al género. «Losin’ Your Mind», «Find A Friend» y «Hate Your Guts» lo dejan claro. Al igual que haber sustituido a su héroe Dickey Betts en los Allman Brothers por una noche, y participar en After The Reign de Blackfoot. Medallas confederadas para un yankee de New Jersey.

 

 

Ozzmosis (Ozzy Osbourne, 1995)

Por supuesto que el estrellato para Wylde llegó con No More Tears de 1991 -otra de las cumbres comerciales de Ozzy Osbourne- pero Ozzmosis, tras un fallido proyecto del Madman con Steve Vai, muestra a un Wylde en un rol distinto y artísticamente más arriesgado. No pueden faltar vivisecciones como «Perry Mason» y «Thunder Underground», pero es en canciones como «I Just Want You», «Denial» o «See You On The Other Side» donde Zakk Wylde brilla en una faceta diferente, agregando texturas y ambientes oníricos, en un trabajo que evoca a Ward One: Along The Way, disco solista de Bill Ward, donde Wylde y Ozzy participan, y en el que Black Sabbath se encuentran con Roger Waters en un universo paralelo.

 

 

 

Book Of Shadows (Zakk Wylde, 1996)

Tras escarceos con Guns N’ Roses para disgusto de Ozzy – que lo sustituiría por Joe Holmes, antiguo alumno de Randy Rhoads- llega el manifiesto de Americana según Wylde, en su primer disco solista. Más acústico y pastoral que Pride & Glory, The Book Of Shadows muestra a un Wylde más oscuro e íntimo, con trazas estilísticas que lo conectan con los Eagles, Lynyrd Skynyrd, Elton John -«Too Numb To Cry» lo muestra como un delicado pianista- Jimmy Page o Neil Young. «Throwin’ It All Away» fue dedicada a su fallecido amigo Shannon Hoon. La esperada secuela de Book Of Shadows apareció en 2016.

 

 

 

 

The Blessed Hellride (Black Label Society, 2003)

Tiempos de polinización cruzada con Ozzy Osbourne. Varias canciones de Wylde habían sido presentadas para el nuevo álbum de Ozzy, fueron rechazadas por sonar demasiado da Black Label Society y terminaron en 1919 Eternal. Tanto ese disco, como el cuarto trabajo de BLS, The Blessed Hellride son mejores que sus discos con Ozzy en ese período, pero Ozzy le regala una aparición estelar en la espectacular «Stillborn». Considerado por muchos como el primer álbum clásico de Black Label Society, canciones como «Suffering Overdue» y «The Blessed Hellride» son desde entonces momentos centrales en el set list de BLS.

 

 

 

Shot To Hell (Black Label Society, 2006)

Con la brillante «Concrete Jungle» abriendo el juego, es difícil de contradecir a quienes piensen que este es el mejor disco de Zakk Wylde con Black Label Society. Puede ser. Quizás Shot To Hell sea el más representativo y redondo en cuanto a aglutinar sus registros, que van desde la bellísima pieza «The Last Goodbye, «Blacked Out World» es Aerosmith tras una temporada en el infierno, el riff a lo Ozzy de «Hell Is High», al extenso uso del wha-wha, herencia anabolizada de su adoración por Jimi Hendrix. Nota: Junto a Buddy Guy, Wylde es el más notorio miembro de Experience Hendrix Live. Respeto.

 

 

 

 

Live In Detroit (Zakk Sabbath, 2017)

EP de sólo tres canciones de Black Sabbath, «War Pigs», «Supernaut y «Fairies Wear Boots», señal inequívoca del que el círculo comienza a cerrarse. Aquí Black Sabbath no se trata de un requisito formal como para la mayoría de las bandas de stoner, si no que forma parte del ADN y del currículum de su ejecutante. Incandescente, con el gran Joey Castillo en la batería. Suena a Zakk, suena a Sabbath, y tras la retirada de estos, quizás sea una de las mejores aproximaciones a su legado. Pareja contemporánea de aquel poderoso EP Just Say Ozzy de 1990, en el que estaba Geezer Butler, hacían «War Pigs» y «Sweet Leaf», y Zakk Wylde era quien aparecía en la portada.

 

 

 

 

Grimmest Hits (Black Label Society, 2018)

Es casi imposible sustraerse de la influencia del proyecto Zakk Sabbath escuchando canciones de Grimmest Hits como «All That Once Shined», «The Betrayal», «Trampled Down Below», «Disbelief» o «A Love Unreal». Aires de Sabbath Bloody Sabbath y Sabotage permean estas composiciones, y eso siempre será algo artísticamente elevado. De hecho, varias de las decisiones tomadas por Wylde en este álbum son más canónicas que algunas de 13, el último disco de estudio de Black Sabbath. Compendio de muchas de sus influencias – las bellas «The Only Words» y «The Day That Heaven Had Gone Away» honran a Dickey Betts – Grimmest Hits muestra a un Zakk Wylde pleno, con mayor estatura artística y bagaje vital, regresando tras 30 años de carrera a la casa de Ozzy Osbourne.

 

Texto: Daniel Renna

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