El nombre de Roine Stolt debería resultar familiar a cualquiera interesado en el rock de las últimas décadas, incluso a aquellos poco o nada curtidos en la escena progresiva. Ya sea al frente de su banda madre, The Flower Kings, o en el puente de mando de Transatlantic junto a otras luminarias del estilo como Neal Morse, Mike Portnoy o Pete Trewavas (amén de otros proyectos menores), el de Uppsala es nombre recurrente cuando de prog actual hablamos.
Ubicuo e incansable, lo encontramos ahora en The Sea Within, una nueva banda con un debut homónimo a punto de salir de fábrica editado por InsideOut. Junto al guitarrista, una pléyade de nombres que incluye a su compañero en los Flower Kings Jonas Reingold, al batería de The Aristocrats Marco Minneman y al cantante de Pain Of Salvation Daniel Gildenlow así como a Tom Brislin a los teclados y Casey McPherson como segundo vocalista.
En pleno proceso de promoción del disco, suena el teléfono un lunes por la mañana y una voz suave y cordial saluda: good morning, this is Roine Stolt from Sweden. How are you?…
¿Por qué empezar este proyecto en este momento, Roine? ¿Cómo nació The Sea Within?
La verdad es que estaba buscando algo diferente, un nuevo reto. Durante los últimos veinte años he estado en muchas bandas. Algunas las conocerás, otras tal vez no (risas). Las más conocidas por supuesto The Flower Kings y Transatlantic, y con estas bandas he hecho tantos álbumes y tantas giras que en ocasiones aparece un nuevo proyecto, con el que te apetece hacer tan sólo conciertos locales.
Con The Sea Within en concreto surgió hablando a finales de 2016 con Thomas Waber, el jefe de InsideOut Music, con quien llevo trabajando muchos años. Hablamos sobre hacia donde movernos, y le mencioné que estaba intentando hacer algo nuevo, ensamblar una nueva idea. Yo llevaba un tiempo de gira con Steve Hackett, al mismo tiempo trabajando en el álbum que hice con Jon Anderson, estaba en medio de muchas cosas, no había estado en casa durante meses. Y cuando estás en la carretera no puedes centrarte mucho, puedes encerrarte en tu habitación de hotel y escribir canciones, claro, pero…Así que al terminar fue cuando quise empezar algo distinto. No quería en aquel momento retomar a los Flower Kings así que empecé a hablar con Jonas y el resto para este nuevo proyecto.
¿Piensas en The Sea Within como algo esporádico o crees que puede tener continuidad?
Creo que es demasiado pronto para decirlo. Desde mi punto de vista fue algo diseñado para poder salir a la carretera y ver cómo podía crecer, cómo nos sentíamos los unos con los otros una vez nos subiéramos a los escenarios. Pasar tiempo juntos es como el test ácido para ver si podemos coexistir y también para ver cómo crece la música en directo.
Es decir que la puerta, en ese sentido, está abierta…
Oh, absolutamente. Como sabrás haremos nuestro debut en julio, en el marco del Night Of The Prog Festival en Loreley, Alemania y después participaremos en el Cruise To The Edge en febrero del próximo año, y a partir de ahí veremos. Tenemos una agencia de contratación que está trabajando para conseguirnos fechas en Europa y esperamos que también en Estados Unidos. En cualquier caso repito que es demasiado pronto para ver cómo irán las cosas, cómo se irán desarrollando y si habrá un segundo álbum. El tiempo lo dirá.
Hablando sobre el disco en concreto, me ha sorprendido que aparte del nivel de virtuosismo que se le supone, es muy accesible, suena fresco y repleto de ganchos melódicos ¿crees que es un disco que puede llegar a una audiencia mayor, más amplia que la exclusiva del prog?
Es difícil de decir. Nosotros, desde la perspectiva del músico, hacemos música ya sea prog muy accesible o muy complicado por el placer de hacerla, de interpretarla. Puedo tener una cierta idea pero me es difícil imaginar cómo la audiencia –digamos- no progresiva puede reaccionar al respecto. De algún modo nosotros estamos en nuestra burbuja y esta sería una pregunta para alguien fuera de la escena.
El disco es muy ecléctico dentro de los parámetros conocidos. ¿Fue una decisión a priori, o algo que surgió mas o menos espontáneamente a lo largo del proceso de grabación?
Bueno, primero he de decir que fuimos cinco personas escribiendo este disco y cada uno venimos de un background distinto. Yo soy el de más edad, crecí en los sesenta y pasé en los setenta por el rock progresivo, la fusión y todo eso, ha sido un largo camino. Los miembros más jóvenes del grupo como Daniel o Tom han crecido acompañados de otro tipo de música, Jonas incluso. Él empezó a introducirse en la música de la mano de otras escenas, más metálicas, con bandas como Judas Priest o Iron Maiden mientras yo lo hice con los Beatles, los Stones, Jimi Hendrix, ese tipo de material. Y Marco, que creció en Alemania escuchando en parte punk y new wave. Así que tener cinco personas escribiendo significa que nuestros estilos serán distintos, pero nunca hubo un acuerdo diciendo “vamos a hacerlo diverso”, no formaba parte de un plan. Cuando tocas con grandes músicos siempre puedes improvisar e intentar cosas nuevas en el momento.
¿Pensasteis en algún momento en contar con un productor o autoproduciros fue algo que teníais claro antes de empezar incluso?
Bueno, no estuvimos de acuerdo al cien por cien, en un principio. Recuerdo que Daniel quería traer a un productor y pensé “vamos a hablarlo”. Marco no dijo nada, pero Jonas y Tom dijeron “no, no, dejemos al productor fuera de esto”. Pensamos que lo primero era que si traes uno, habrá que pagarle, y preferimos quedarnos ese dinero (risas) pero el otro argumento fue que éramos cinco personas en un proceso para hacer crecer una idea y si traes a una persona más, ¿qué ocurre si no nos entendemos? Estábamos ahí en Londres, en el estudio, pensando ¿qué pasa si no es el adecuado para la banda?. Nos preocupaba lo que pasaría si no funcionaba del modo en que queríamos. Es una nueva banda, y sí, nos conocíamos unos a otros pero no lo suficiente. Es cuando empiezas a trabajar juntos y a girar que empiezas a conocerte. Para los Flower Kings o Transatlantic puede ser una buena opción un productor externo, pero no para una banda que está empezando, con su primer álbum.
Daniel no podrá acompañaros en directo por compromisos con su banda. ¿Va a encargarse Casey de toda la parte vocal o habéis pensado en alguien para que le eche una mano en ese aspecto?
Aún es un poco pronto pero la idea es que Casey asuma en directo el papel de Daniel en el disco, que se encargue de las canciones que Daniel canta en el álbum. Casey ya se encarga de cantar en algunas partes del disco así que esperamos que asumir más partes en directo sea una transición lo más suave posible.
Por otro lado yo mismo canté en las demos alguna de los canciones que acabó interpretando Daniel, así que es posible que en uno o dos temas me encargue yo de las voces.
Habéis tenido algunos invitados muy especiales en el disco. ¿Se unieron a vosotros en el estudio o grabaron sus partes por separado y luego os las hicieron llegar?
No, fue más un proceso de enviarse archivos. Para el solo de saxo se lo pedimos a Rob Townsend, el cual grabó su parte y nos la envió, con Jordan (Rudess, invitado al piano, N. Del A.) otro tanto. Con Jon Anderson, bueno, yo le envié un email diciendo “sé que estás muy ocupado ahora mismo, girando con Yes y con la grabación del disco en directo pero si encuentras algo de tiempo tal vez podrías…”. Debido a la diferencia horaria entre California y Suecia no abrí ya mi email hasta la mañana siguiente y Jon no me había contestado, pero me había enviado como diez archivos con partes vocales (risas). Es una persona que no es nada complicada, y con la que es muy fácil trabajar.
Los músicos de progresivo creáis nuevas bandas y proyectos como quien lava. Colaboráis unos con otros con una naturalidad que no se encuentra en otros estilos. Desde fuera se percibe un fuerte sentimiento de comunidad, casi de familia en la escena. ¿A qué crees que es debido?
Realmente no lo sé. Tal vez sea debido a…no sé, yo nunca he estado en una superbanda a nivel comercial como U2, Muse u otras del estilo, con lo que ello conlleva en términos de producción, dinero, objetivos. Todas las condiciones son distintas. Dentro de la escena en la que nos movemos nosotros creo que tenemos que trabajar juntos, es una comunidad sensiblemente más pequeña que mueve menos dinero y cuyos miembros decidieron hace tiempo “no, no voy a meterme en el pop, no voy a entrar en el lado más comercial del negocio, voy a seguir un cierto criterio que me haga sentir feliz con la música que hago”. Y eso creo que es lo que marca la diferencia, lo que hace que en la escena prog rock tengas músicos realmente dedicados al estilo de música que tocan. Añadiré que la mayoría de gente que me he encontrado en la escena son muy buena gente, aunque seguro que también hay algunos gilipollas (risas) pero en general se trata de una comunidad muy dedicada a su estilo.
Volviendo al disco, ¿cuánto tiempo empleasteis en el proceso hasta terminarlo?
Realmente fue un proceso muy largo, debido a muchas razones. Recuerdo que cuando empezamos a hablar de reunir al grupo fue a principios del año pasado, a principios de 2017. Entonces Jonas y yo comenzamos a enviarnos demos, archivos, ideas, hasta que un par de meses después Marco y Tom se unieron. Fue un largo proceso incluso antes de alquilar el tiempo de estudio en Londres y encontrar el momento en que todo el mundo estuviera disponible. Entramos en el estudio en septiembre, y a partir de ese momento nos llevó seis meses terminarlo. Lo cual es mucho tiempo para mi, personalmente. Hubo mucho trabajo, muchos periodos de espera. Momentos en los que cada miembro trabajaba por separado añadiendo un solo de piano, overdubs en partes de guitarra, la orquestación en algunos temas. Y luego el proceso de mezcla y que todo el mundo estuviera de acuerdo. Todos debían aprobar las mezclas porque el hecho es que la banda es una democracia, en la que la opinión de cada uno cuenta igual que la del resto: sobre el sonido de la batería, de los sintetizadores, de las voces y cómo mezclarlas. Sobre cualquier cosa. Así que sí, fue un largo proceso, pero ya ha terminado .
The Sea Within es un bonito a la par que enigmático nombre. ¿A qué se refiere, en concreto?
Es un nombre con el que me quedé hará cosa de un año, viendo una película islandesa (Innsaei / The Sea Within, 2016. N. Del A.). Creo que la idea básica que subyace bajo el nombre es como si tuviéramos un universo dentro de nosotros, que llevamos con nosotros. La idea del alma, nuestros pensamientos, nuestras limitadas posibilidades como seres humanos. Era un nombre que me pareció interesante y fue uno de los que puse dentro de una larga lista que nos llevó a largas discusiones (risas) que se alargaron semanas y meses, hasta que al final decidimos acortarla a diez nombres, votar y The Sea Within quedó el primero.
Es decir que empezasteis a grabar sin tener un nombre decidido…
Así es. Escoger un buen nombre es una de las partes delicadas cuando empiezas un proyecto. Con The Flower Kings tenía el nombre, pero con Transatlantic teníamos también muchos nombres distintos encima de la mesa a priori. A veces es difícil.
Para terminar, planes para el futuro más inmediato…
El álbum saldrá al mercado el 22 de junio, luego el festival en Alemania y después, en realidad no creo que vayamos a hacer gira o más conciertos este año. Hablamos mucho al respecto, y mucha gente nos aconsejó que dejáramos que el disco cuajara entre los fans. Haremos Loreley porque nos lo propusieron y pensamos que sería una bonita presentación del disco y la banda, pero cuando hablamos de hacer una gira alguien dijo “mejor dejar que la gente se haga con el disco, que lo escuche muchas veces y se formen su opinión sobre si les gusta o no”. Y tal vez empezar a girar al cabo de seis meses más o menos. Ya veremos.
Texto: Eloy Pérez
