Estos chavales se juntaron en Villaviciosa (Asturias) y mezclaron todas las influencias negras imaginables con cierta formación clásica y una juventud tan bien entendida como insultante, así con una maqueta (Sublimity) y, sobre todo, un segundo puesto en el XX Concurso de Rock Ciudad de Oviedo, conocido como “Alejando Blanco Espina” desde el fallecimiento del irrepetible bajista de Ilegales, les ha sido más que suficiente para grabar un disco (Singularity, Boomerang, 2018) sorprendente ya no por su frescura, que se les supone como el valor al soldado, sino por su calidad y solvencia al componer y al ejecutar, contando en la producción nada menos que con Igor Paskual. Definitivamente, apetece que se queden, y quedarse.
¿Cómo os encontráis vosotros y, lo que es más importante, cómo os tropezáis con la música negra?
Somos un grupo que emerge en Villaviciosa, donde, con tan solo 14000 habitantes en todo el concejo, es casi imposible no relacionarse con el resto de gente que toca música en la zona. De igual forma nos topamos con la música negra, a través de la influencias del blues, soul, funk, etc. que traíamos de casa. Todos venimos de hogares muy musicales, y nos pasamos años rebuscando entre colecciones de vinilos y CDs, escuchando todo lo que podíamos desde Muddy Waters hasta Steve Jordan. Es emoción, fuerza, groove, seducción… No deja indiferente a nadie.
Si os dicen R&B pensáis en…
Ray Charles, Nina Simone, Aretha Franklin, Curtis Mayfield, The Temptations, por un lado. Michael Jackson, Prince, Bruno Mars, Kendrick Lamar, por el otro. La magia del R&B es insistente e indiscreta, y trasciende el tiempo.
Bebemos de sus influencias gospel para el sonido del Hammond, de sus raíces de soul para implementar la trompeta, y de las armonías del jazz para crear los ambientes que para nosotros son sinónimos de rhythm and blues.
Acabaréis agotados de esto, pero sois escandalosamente jóvenes ¿no habíamos quedado en que vuestra generación pasaba de los instrumentos y del local de ensayo?
No lo vemos como una cuestión generacional. Los medios para hacer música son cada vez más, y más accesibles, y se podría discutir que es esa accesibilidad la que hace que más gente prefiera la comodidad del ProTools antes que pasar horas en un garaje con una guitarra y una grabadora de cuatro pistas. Pero no estamos tan lejos de eso. Crear un grupo es algo casi instintivo, sea con los instrumentos que sea. Quizá vemos menos bandas hoy en día porque el nivel de ruido y saturación musical en el que vivimos no nos deja escucharlas. Hay muy buena música joven ahí fuera, porque el rock es el eterno adolescente, y no morirá jamás.
Habéis pasado por el largo y tortuoso camino de los concursos y logrado la posibilidad de grabar un disco ¿cómo ha sido el proceso de composición y rodaje de las canciones?
Para nosotros, componer siempre es una experiencia efervescente, y para un disco debut, todas las canciones van con extra de burbujas. Absorbemos todo lo que podemos, como auténticas esponjas. Escribimos sobre lo que somos y sobre lo que nos gustaría ser. Este es un álbum que quiere mostrar qué es Staytons y presentar su paleta de colores.
Al ser nuestro primer trabajo discográfico, tuvimos la posibilidad de rodar muchas canciones en directo, que siempre proporciona una idea inalterada de lo que realmente funciona o no con la gente. El público siempre será más listo que tú, y te hará saber cuándo está contigo y cuándo no. Además, pudimos contar con Igor Paskual antes de entrar en el estudio para preparar una breve preproducción que anticipase el resultado final de los temas que llevaban sonando en nuestras cabezas tanto tiempo.
Debutáis además con un tipo curtido y apasionado como Igor Paskual produciendo y parece que habéis sobrevivido ¿cómo llegáis a él y cómo fue el trabajo en el estudio?
Llegamos a Igor a través de nuestro sello Boomerang y partiendo de una idea de nuestra oficina de management que buscaba un artista de confianza que supiese dirigir la confluencia creativa del grupo para crear un Staytons sólido y concreto. Enseguida conectamos con él: en inclinaciones musicales y a la hora de modelar los temas. En el estudio, además de impulsar una grabación ágil y fresca, Igor es un productor absolutamente dedicado a la causa, de ideas concretas, mente abierta, y oído atento. Haciendo equipo con nuestro técnico Dani Sevillano, reformó y afinó canción a canción con geniales pinceladas hasta obtener el cuadro que hoy tenemos como debut.
En Asturias tradicionalmente están la escena de Oviedo, generalizando, algo más cercana al Rock o el Soul clásicos y la de Gijón, generalizando, más afín al tema alternativo o indie, vosotros no estáis en ninguna ¿ventaja o inconveniente?
Oviedo y Gijón nacieron para ser distintos, y Staytons, que nació en Villaviciosa, naturalmente no acaba de encajar en ninguno de los dos panoramas musicales. Y puestos a buscarle la ventaja antes que el inconveniente a todo este asunto, nos centramos en no dejar de formar parte de ninguna de las dos. Nos interesa nutrirnos con lo mejor de ambas ciudades, resultando en un sonido más difícil de encasillar en una escena concreta.
Ahora el disco está a punto y la gira también ¿que se os pasa por la cabeza? ¿qué planes tenéis?
Se nos pasan por la cabeza imágenes de escenarios, luces, gente, sonidos de barullo y olor a verano. Llevamos una temporada en hibernación preparando el disco y poniendo las canciones a punto para los directos de presentación del proyecto y la energía es cada vez más difícil de contener. El plan es el de un joven conquistador. Como Alejandro Magno. ¡Hasta la India!
El verano del amor terminó cuando los chicos y las chicas que estaban en las calles y los parques volvieron a clase ¿Staytons vienen a jugar un rato o quieren quedarse?
Siempre que existan el verano y el amor, existirá la música que impulsa Staytons, y Staytons viene para permanecer.
Texto: Jorge Alonso
