Hasta Los Ángeles nos desplazamos esta semana para buscar un forastero, no solo aquí sino también en esa ciudad. Porque Sam Morrow nació en Houston aunque vio en la meca del cine el lugar en el que su música podía crecer más.
Este tejano de Houston es a sus 27 años una de las grandes esperanzas del rock de raíces. Hace cuatro años se daba a conocer con su disco de debut, Ephemeral, al que siguió en 2016 There Is No Map y ahora Concrete And Mud, probablemente su mejor trabajo.
Trasladado a Los Ángeles, en un intento de tener más oportunidades para su carrera Morrow, que ha sido músico de bandas de gente como Sam Outlaw o Jade Jackson, ha grabado su nuevo trabajo bajo la producción de Eric Corne. En él demuestra la esencia de su música: una mezcla de country –rock y rock sureño con un claro faro como guía en este caso, los Lynyrd Skynyrd. Morrow tiene mucho de sureño, pero también mucho del country outlaw y el honky-tonk vacilón. Incluso el Sweetheart of The Rodeo de The Byrds podría considerarse una de sus grandes influencias. Y es que el tejano es una auténtica esponja musical, que asume todas las influencias que le llegan para convertirlas en parte de su sonido. Morrow, en una muestra de su remarcable personalidad asegura que prefirió Los Ángeles a Nashville porque “odio ese country. No hay cosa que me guste menos que canciones pop que no dicen nada”. En Los Ángeles Weekly lo definieron como una mezcla entre Steve Earle y Uncle Tupelo, algo que a él no le desagrada. El propio periódico norteamericano señala que “Morrow sabiamente pensó que estar en LA le permitiría sobresalir. Puede que solo haya adoptado el sonido de hace unos años, pero su enfoque combina ingeniosamente la pedal steel y el sonido sureño con rock psicodélico, góspel y rock clásico. Está sobrio, pero aún hace referencia a fiestas llenas de whisky y cocaína. Es un country moderno que tiene sentido en una gran ciudad”.
Eduardo Izquierdo
