La cantautora británica Lucy Rose volvía a Barts, donde ya actuó en julio de 2016 en el marco del Grec. Esta vez en Barts Club, precedida por AJIMAL, nombre artístico de Fran O’Hanlon ,que a los teclados y acompañado de la electrónica de otro músico, creó atmosferas sugerentes y minimalistas, con un tono de voz que recordaba puntualmente a Anthony.
Con el público sentado en el suelo y con un respetuoso y desacostumbrado silencio, solo roto por las peticiones de los asistentes, Lucy, comunicativa y con voz frágil y sugerente, arrancó con Intro y Is This Called Home, de su último álbum Something Changing , rasgando la guitarra eléctrica y secundada por un bajista y guitarrista y por un violinista y multinstrumentista, ambos también a los coros. Cambió luego a la acústica y a los teclados nord stage en la parte central del show. Atendió varias solicitudes de temas de sus inicios como Nebraska , canciones tristes, según ella misma comentó y otras que no suele tocar como Gamble, así como inéditos con título provisional (Treat Like a Woman). Folk pop preciosista con momentos deliciosos como Moirai, con algún desajuste en el tono vocal que obligaron a reiniciar Suck It Up. A destacar la complicidad con el público y la invitación a Gemma , una chica de 15 años, a cantar con ella. Concierto intimista de unos 70 minutos al que siguió un bis de casi 15 minutos más con Red Face y Floral Dresses y un tema nuevo sin título aún.
Texto: Joan Corbera
