Dijo alguien alguna vez que lo peor de perseguir sueños es llegar a conseguir hacerlos realidad. Con 26 años, Víctor Ramírez ya ha conseguido realizar algunos de ellos. El último, tras descubrir a Marc Jonson y quedar fascinado por su música, era el de grabar un disco con él. ‘Young Is The New Old’, su segundo disco en solitario, es la prueba viviente. Al margen de cualquier tipo de escena en España, no resulta difícil imaginar a Ramírez cogiendo un avión para irse a grabar a Nueva Jersey con Jonson o Richard Lloyd. Justamente con Marc Jonson está de gira por nuestras salas estos días. Todavía puedes alcanzarle en Dabadaba San Sebastián mañana martes 29 de mayo, o en Bilbao el 20 junio o en el Vértigo Estival 4 agosto…
El resultado es un disco de pop de la vieja escuela que debería servir para abrirle las puertas del mercado anglosajón.
¿Estás satisfecho con el resultado de ‘Young Is The New Old’?
Creo que estas canciones son emocionantes. Es un disco hecho desde el corazón, eso seguro. Sentir satisfacción por mis propias canciones es algo que ocurre con muy poca frecuencia.
¿Qué objetivos te marcaste antes de grabar y cuáles crees que has conseguido?
Quería hacer un disco que fuese una puerta abierta al tipo de sonidos pop que siempre me han entusiasmado. El proceso de creación fue totalmente orgánico y muy sui generis, y estuvo repleto de pequeños accidentes bien dispuestos que hicieron que el disco casi terminase teniendo vida propia y gestándose según iba pidiendo el momento.
¿Has dejado un poco de lado el lo-fi de tu primer disco en pos de un pop más arropado y clásico?
Bueno, para mí era completamente necesario y puedo decir que lo he sentido casi como un impulso vital. Me fascinan las armonías vocales y las buenas melodías, así que para este disco debía incluir paisajes sonoros más elaborados y arropados para poder obtener el efecto deseado en cada canción. Las producciones de Phil Spector han sido una gran influencia, al igual que el sonido de grupos como The Beach Boys, The Cowsills o Sagittarius.
Imagino que en eso ha tenido mucho que ver Marc Jonson. ¿Cómo descubres a Marc Jonson y cómo surge la colaboración?
A Marc Jonson lo descubro por accidente, que es como suelo descubrir las cosas más valiosas. Escuché su música, que me dejó completamente fascinado, y en ese momento decidí que quería que fuera el productor de mi próximo disco. Yo no tenía ni idea de dónde estaba ni si seguía en activo, pero para llamar su atención, se me ocurrió hacer una versión de una de sus canciones más redondas, “Suddenly Sunshine”, junto a Ken Stringfellow. Buscando por internet di con él y le mandé la versión acabada. A Marc le encantó lo que habíamos hecho Ken y yo con su canción, así que me tiré a la piscina y le hice una doble propuesta: que grabáramos un disco juntos y que luego viniera a España de gira conmigo. Para mi sorpresa, él me dijo a todo que sí, y me invitó a grabar el disco en su estudio, así que me subí a un avión y me fui a Plainfield, NJ, que es donde vive.
Gracias a él intervienen en el disco músicos como Richard Lloyd, ¿no?
Sí. Marc me propuso que Richard colaborara en el disco una noche mientras cenábamos spaguetti ¡y casi me atraganto! Me aterrorizaba pensar que no le molara la canción y no quisiera colaborar, pero el tío nos mandó no una, sino ¡cinco versiones diferentes del tema! Me hubiera encantado poder incluir todas las tomas, porque sus riffs son alucinantes. Richard es un viejo amigo de Marc, al que conoció en pleno apogeo de la escena neoyorquina de los años 70, probablemente una de las mejores escenas que ha dado la historia de la música.
¿Lo de Ken Stringfellow viene de Oh, Libia!? ¿Cómo es vuestra relación?
Ken es casi como un mentor. Cuando le conocí yo era un adolescente que apenas sabía tocar bien su instrumento, pero él me ayudó mucho a descifrar mis pequeñas virtudes y eso me dio mucha fuerza para seguir haciendo música. Es curioso que el primer disco de Oh, Libia! es una de las cosas que más me gustan de todas las que he hecho. En ese grupo estábamos en momentos vitales muy diferentes y el mío pasaba por plantearme una serie de cuestiones acerca de hacer música. De algún modo Ken es en parte el culpable de que yo siga haciendo música y de los derroteros que he tomado, porque me conoció en plena adolescencia y eso me marcó mucho. Él me introdujo en el universo de Big Star y Alex Chilton. Seguimos manteniendo muy buena relación.
¿Cómo te encuentras en la escena nacional con respecto a tus incursiones en Estados Unidos? Desde fuera se te percibe un poco al margen.
Supongo que me encuentro un poco desubicado, como en tierra de nadie, y no sé muy bien por qué. No debo de encajar dentro de los parámetros establecidos, o vete tú a saber. No es que pretenda ir de outsider, para nada, pero a veces me siento un poco así. Tampoco es que me suponga ningún problema, porque me ayuda a no acomodarme y a seguir creciendo en la dirección que quiero
¿Quieres hacer festivales el año que viene?
Por supuesto que quiero hacer festivales y que la gente pueda seguir descubriendo mi música. Creo que volveremos al SXSW y empezaremos a hacer más conciertos fuera de España.
Texto: Jorge Salas
Foto: Miss Loop
