Encuentros

Daniel Ruiz, la oscuridad visible

Daniel Ruiz acaba de recuperar su partida de nacimiento tras casi un lustro funcionando bajo el apelativo de Weinf. Cinco años en los que ha ido creciendo como persona y como músico, y en los que ha batallado con éxito contra una durísima enfermedad de la cual –escuchándole hablar- ha emergido más sabio, más maduro y más consciente del valor de las cosas y de sus propias capacidades artísticas.

Nacido en Premià de Mar pero instalado desde hace un tiempo en Barcelona, en su haber encontramos varios singles y eps y un par de álbumes de una rara sensibilidad, a descubrir por los adictos a los sonidos menos acomodaticios. Tanto Requiem for Myself (2015), deliciosa y dolorosa miniatura grabada en los momentos más duros, como Purple Bird and Other Strange Songs (2017), ya más ecléctico y esperanzado, son dos obras de autor con mayúsculas, dos títulos imbuidos de rock brumoso y blues noctámbulo regados con cierta lisergia y un indisimulado amor por crooners del descalabro como Mark Sandman, Nick Cave o Tom Waits. A punto de editar un nuevo EP, cuyas canciones –como el resto de su discografía- pueden otearse (y disfrutarse) en las plataforma digitales de rigor, nos sentamos frente a él para que nos hable de su pasado, de su presente y de un futuro que se presenta abierto y diáfano y al que Daniel sólo pide dos cosas: “poder seguir haciendo lo que me gusta…y seguir vivo”.

¿Qué significa Weinf, para empezar?

Weinf fue un nombre que me pusieron los amigos hace años, una especie de apodo. No significa nada, pero cuando llegó el punto de escoger nombre decidí que era una buena opción. Pero hace unos cinco meses decidí cambiar a mi nombre real, Daniel Ruiz, usándolo también como nombre artístico.

Antes de ser Weinf estuviste en Roulotte Roosters. Cuéntanos cómo empezó y terminó.

Roulotte Roosters fue mi primer proyecto. Era una banda que formé junto a mi amigo Joel, también de Premià, y otros dos amigos de Mataró. De hecho todo empezó cuando me compré una guitarra eléctrica y empecé a aprender a tocar dentro del seno mismo del grupo. Hicimos un disco, bastante malo por cierto (risas), y después lo tuvimos que dejar cuando me puse enfermo. El disco no llegamos a editarlo en físico, pero se pueden escuchar cosas por ahí.

¿De qué año estamos hablando?

Hace mil años (risas). No, bueno, era 2013. Visto ahora parece que hace tanto…

He leído que acabasteis un poco hartos de que os compararan con Arctic Monkeys

Sí, bueno, éramos fans de ellos y aunque sí era un poco pesado que siempre te compararan…la verdad es que sí, hay que confesar que sonábamos mucho a Arctic Monkeys (risas)

Tu primera referencia ya en solitario, Demo (2014), la grabaste estando aún con los Roosters…

Sí. Yo llevaba tiempo con el gusanillo de hacer algo como cantante, en un proyecto personal. Al fin y al cabo en los Roulotte Roosters yo no cantaba, era sólo el guitarra. Y poco después vino el diagnóstico.

Requiem for Myself lo grabaste a solas en tu habitación mientras luchabas contra un cáncer. ¿Cómo se plantea uno grabar un disco en esas circunstancias? ¿Llegaste a pensar que tu debut fuera a la vez tu testamento?

Sí, por supuesto. Tras el diagnóstico me encontré, por primera vez en mi vida, sin nada que hacer. Ni estudiar, ni trabajar. Más allá del tratamiento, tenía todas las horas del día para estar en mi habitación y pensar. Siempre había querido hacer un disco, un elepé, y la oportunidad, aunque obligada por las circunstancias, estaba allí. Por suerte hubo un pequeño sello, Aiguamoll Records, que se atrevió a darle salida. De hecho yo fui su primera referencia.

Purple Bird and Other Strange Songs te pilló con la segunda quimio pero ya en un entorno distinto, en un estudio profesional. Cuéntanos cómo llegaste hasta ahí.

Entre las dos quimios estuve viviendo unos meses en Barcelona y aproveché para hacer un pequeño cursillo de producción de estudio. Mezclas y todo eso, en los Akrasonic Studios de L’Hospitalet. Allí conocí a Mariano Toledano y pensé que si algún día grababa algo en un estudio, sería allí, con él. Y así fue.

Purple Bird lo grabé en apenas tres días. El tiempo en el estudio es dinero y hay que economizar. En cualquier caso cuando entré a grabar ya llevaba todas las canciones escritas de antemano, todo el material estaba listo.

Entre ambos publicaste Bury Me With My Money, un EP de tres temas en casete. Y Purple Bird también lo has editado en ese formato, en edición limitada. ¿Es por alguna razón concreta, por temas económicos o por puro romanticismo?

Por una combinación de ambas. Como formato físico es mucho más económico, y me gusta por el tema del diseño. Por otro lado en el momento en que nos encontramos en cuanto a distribución digital, creo que el cd ha quedado como algo un poco obsoleto.

Titulaste una de las canciones de Purple Bird «Kafka On The Shore», como la novela homónima de Haruki Murakami. ¿Qué otros escritores crees que te influencian a la hora de escribir tus letras? Charles Bukowski, Jack Kerouack, Allen Ginsberg…literatura beat, sobre todo, y Haruki Murakami por supuesto. También gente como Jim Morrison, Nick Cave o Tom Waits. De hecho estoy haciendo mis pinitos como escritor y me he autoeditado unos relatos que vendo en los conciertos.

En tu música hay influencias bastante reconocibles. ¿Cuáles dirías que son las principales? Por un lado Doors, Cave y Waits, de nuevo, el blues, la música americana de los setenta por un lado, y luego bandas de los noventa para acá, y coetáneos como The Strokes o los propios Arctic Monkeys.

Como comentabas al principio, tras Purple Bird decides cambiar y usar tu nombre real. ¿A qué se debe?

Ha sido una decisión en base a que lo que hago últimamente lo considero un proyecto más personal. No es que anteriormente no lo fuera, pero durante la época con la quimio el nombre de Weinf llegó a suponer un distanciamiento, un nombre para mi yo como artista respecto a mi yo como persona, que era el que estaba allí en el hospital entrando y saliendo.

Hay un reconocible componente psicodélico en algunas de tus canciones y en tu forma de componer y cantar. ¿Siguen siendo las drogas una ayuda a la creatividad en algunas circunstancias?

Sin duda. Quizás no tanto para componer –aunque en ocasiones también- sino a la hora de interpretar. Cuando te sientas a escribir el componente racional es muy importante pero ciertas drogas hacen que cuando llega el momento de tocar te liberes y aparezca tu vertiente instintiva, que te atrevas a dejarte llevar y afloren cosas que de otro modo permanecerían ocultas.

Tienes un interesante estilo a la guitarra. ¿Plenamente autodidacta o pasaste por alguna escuela?

Soy totalmente autodidacta como guitarrista. En su momento tomé un par de lecciones de guitarra de un amigo, lo suficiente para conocer los acordes básicos, y nada más. Del mismo modo, deseché la guitarra acústica casi desde un principio. No tardé en ver que no era lo mío, ni lo que andaba buscando. No pasó mucho tiempo, por suerte, hasta que conseguí una eléctrica, una Les Paul Epiphone por cien euros, una ganga, y en cuanto me puse con ella pensé “esto sí”.

Tienes una tendencia, cada vez más acusada, hacia los títulos largos y descriptivos. ¿Es algo consciente?

Cada vez me gustan menos los títulos cortos, que se limitan a reproducir el primer verso del estribillo de la canción y poco más. Pero creo que aparte de eso viene dado por mi mayor implicación en la escritura de relatos, como te comentaba, que a su vez se manifiesta a la hora de titular mis últimas canciones.

Desde finales del año pasado has ido editando una serie de singles digitales, con una cadencia casi mensual. ¿Hay planes de que conformen un próximo disco o de momento sólo es un goteo de temas a los que quieres ir dando salida?

De hecho sí hay planes de editarlos como un nuevo EP en breve. Lo he ido haciendo de este modo porque me he dado cuenta de que con las herramientas actuales un artista puede ir componiendo de manera paulatina y presentando esas canciones. Si tienes el modo y tienes el tiempo, ¿por qué limitarte a grabarlo todo de una tacada en unas sesiones contrarreloj? Ahora mismo me queda un tema más por colgar y antes de verano saldrá el EP con los seis temas, eso sí masterizados en estudio, obviamente. Lo editará Custom Made, un pequeño sello americano que ya me editó Purple Bird. Saldrá en casete pero también, esta vez, en cd. Así habrá más cosas que poner en la mesa del merchandising aparte de mis escritos.

¿Qué método e instrumento usas principalmente a la hora de componer? ¿Escribes antes letra o música?

A veces ha sido primero la música y luego la letra o viceversa, pero de un tiempo a esta parte tiendo a escribir primero la letra y luego tratar de encontrar la música que ha de acompañarla

En cuanto al instrumento, depende de la letra, muchas veces. En ocasiones la guitarra, en ocasiones los teclados. O el bajo. Sé que si compongo con el piano la canción resultante tenderá a ser una balada, o como mínimo un tema más íntimo, y que si lo hago con las cuatro cuerdas nacerá un tema más movido y dinámico. Últimamente estoy relegando un poco la guitarra a la hora de componer; la he usado mucho en el pasado y lo que ocurre es que tengo la sensación de estar repitiéndome, usando estructuras que ya he utilizado con anterioridad.

¿Tiene ahora Daniel Ruiz una banda estable respaldándole en estudio y en directo o sigues contando con músicos esporádicos?

Desde hace tiempo tengo una banda estable. Júlia a la batería, la mejor que podría haber encontrado, junto a Narek, un músico armenio afincado en Barcelona en los teclados, y Ana como bajista son ahora mismo mi banda, mis músicos. Son grandes instrumentistas y los músicos en los que confío para subirme a un escenario.

Has girado por España y también por varios países de Europa e incluso Estados Unidos. Cuéntanos cómo han sido esas fechas. ¿Fueron giras como tales o shows puntuales?

Fue muy interesante. Hice algunas fechas esporádicas en Nueva York y en Francia. Por el resto de la península he tocado en Bilbao, Madrid, Valencia…

Planes a corto plazo…

A nivel discográfico, otro EP aparte del inmediato que te he comentado, que saldrá después de verano y para el que ya está todo el material compuesto. Lo editará un sello americano que también dispone de un blog propio.

A nivel de directos, estamos cerrando una serie de fechas por España, en formato solo. De hecho me lo planteo como un viaje para pensar y aprender. Yo, mi guitarra y una tienda de campaña, nada más.

 

Texto: Eloy Pérez

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda