Si no voy errado su primera aparición por estas tierras fue teloneando a los ya consagrados Blues Pills. Ahora el quinteto noruego se presentaba liderando su propia gira y congregaron a bastantes fans en un día tan poco agradecido para un concierto como es la noche de un lunes. Abrió la velada el dúo Powder for Pigeons, cuya enérgica propuesta de explosiva distorsión cosecho una respuesta muy positiva entre la audiencia presente en la sala de Poble Nou.
Tras ellos subieron a escena Pristine y al poco rato tenían a la platea comiendo de su mano. La poderosa presencia escénica de su vocalista Heidi Solheim con su larga melena roja, sus magnéticos movimientos y su increíble rango vocal tuvieron al personal cautivado desde el principio hasta el final del pase. Presentaban su último álbum, Ninja (Nuclear Blast, 2017), que es el cuarto de su carrera y en el que continúan apostando por revisitar el más clásico blues rock setentero añadiendo gotas de psicodelia y algún que otro desarrollo lindante con el progresivo.
Sus acompañantes demostraron efectividad en la ejecución, mención para las seis cuerdas de Espen Elverum Jakobsen y el excelente trabajo del teclista, pero quedan totalmente eclipsados en vivo por la vocalista. Que no solo canta de manera excelente si no que exhibe una abrumadora personalidad. Y en estos tiempos en que la escena a la que están afiliados está, digamos, que algo saturada, es necesario poseer algún as bajo la manga para destacar y ganarse al público. Pristine lo tienen. Tanto por su fantástica cantante como por unas canciones muy bien construidas que atrapan perfectamente tanto al aficionado curtido como al más joven que se esté introduciendo en estos terrenos musicales hoy en día. Notable concierto.
Manel Celeiro
Foto: Edzo Fuzz Photo