Encuentros

Blitzen Trapper, salvajes e insensatos vuelven 10 años después

Tras una década sin pisar nuestro país, Blitzen Trapper vuelven a lo grande con una excelsa trayectoria que les avala. No los dejes pasar el domingo 29 de abril en Rocksound (Barcelona), el 30 en Loco Club – Son Estrella (Valencia) y el 1 de mayo en El Sol (Madrid). Presentan «Wild & Reckless», una buena ocasión para que nos pongan al día.

Hay artistas que explotan con un primer trabajo fresco y sorprendente. Puede que incluso sea tan maravilloso que termine eclipsando al resto de su carrera, una sucesión de álbumes que acaba convertida en un vano intento de repetir esa mágica y efímera inspiración, esa conjunción astral que no volverá a darse. No es el caso de Blitzen Trapper, una banda que ha ido creciendo y madurando disco a disco, concierto a concierto. Cierto es que fueron agraciados con la “lotería Pitchfork”, esa sobrevalorada web a la que unos cuantos periodistas vagos y sin criterio han tomado como brújula y erigido en oráculo musical de lo molante; es lo que ocurre cuando no te gusta realmente la música y te basta con estar a la última.

El caso es que Sub Pop les envió “Wild Mountain Nation” (2007) y el millenial al que le correspondió reseñarlo se deshizo en halagos. Me alegro por la banda de Portland, pero las palabras mayores realmente llegaron con “Furr” (2008), su soberbio cuarto trabajo. Comenzaron a apuntalar su sonido a la par que Eric Earley se destapaba como gran compositor y orfebre de la melodía. La Rolling Stone americana se deshizo en elogios e incluso les dedicaron un par de páginas. Tuvieron la miel en sus labios, pero no llegaron a saborearla: el destino disfrazado de crisis discográfica (la última, la definitiva) les devolvió al suelo y les relegó al estatus de irreductible banda de culto.

Afortunadamente han seguido en activo, girando sin parar y grabando álbumes estupendos, cargados de grandes canciones. Obviamente son merecedores de una repercusión infinitamente superior, pero que ellos lo han encajado con más deportividad que resignación. Eric aceptó un intenso cruce de emails para hablar del presente, de “WIld & Reckless” y también de distintos capítulos de la historia de la banda.

Este nuevo trabajo ha dado lugar a una ópera rock. ¿Lo escribiste pensando en esta posibilidad o es algo que vino cuando el álbum estaba ya terminado?

En realidad ni una cosa ni otra, porque las canciones estaban ya escritas -e incluso las maquetas grabadas- cuando surgió la idea de la producción, pero no habíamos terminado “Wild & Reckless”. Acabé cogiendo todo el material que encajaba, aunque a algunas canciones tuve que modificar las letras. Finalmente el nuevo trabajo tiene la mayoría de las canciones de la obra, aunque también utilizamos temas antiguos.

¿Cuál es el argumento?

Cuenta la historia de un chico de la calle que se se lía con una chavala que es adicta a un opiáceo llamado “lightning dust” [algo así como “polvo relampagueante”, NdA]. Básicamente es una historia de amor que redunda en las adicciones y cómo usar incorrectamente los recursos naturales del planeta.

¿Por qué sólo habéis interpretado esta ópera rock en Portland?

Para ponerla en escena hace falta una gran cantidad de personal y material, y es imposible amortizar el desplazamiento de tanta gente y materiales. Así que nos tuvimos que conformar con hacerla durante un par de meses en nuestra ciudad.

El videoclip de “Rebel” funciona como un cortometraje y es parte de la historia. Supongo que la solución sería ir haciendo algo parecido con cada canción.

Nos encantaría, pero el problema sigue siendo el mismo: el dinero. Es muy caro hacer este tipo de vídeos y hoy en día su rentabilidad como herramienta de marketing es más bien pequeña.

En “Wild & Reckless” has vuelto a demostrar tu habilidad para crear melodías, aunque sigues en la senda del rock clásico, con guiños al country y al folk, pero lejos del barroquismo de “Destroyers Of The Void” (2010), por ejemplo. ¿Es una decisión consciente esta evolución hacia sonidos más accesibles para el gran público?

Creo que ha sido una evolución natural, consecuencia de haber estado girando, porque las canciones más barrocas son las más complicadas de llevar al directo.

Es un camino que parece que emprendisteis con “American Goldwing” (2011), aunque fue mucho más evidente en “All Across This Land” (2015)…

Es un disco bastante consistente. Sus canciones las escribí en un periodo de tiempo bastante corto, me vinieron todas las ideas de una manera bastante rodada. En realidad estoy casi siempre escribiendo canciones, pero esta vez estaba bastante centrado en este material, convencido de que podía funcionar ese aroma a los setenta, el rock con el que crecí: James Gang, Eagles, Tom Petty…

Tras la sorpresa de “VII” (2013), la verdad es que en ese momento no sabíamos muy bien qué esperar.

Bueno, “VII” fue una especie de experimento…

Al escucharlo por primera vez me recordó un poco al “Odelay”, de Beck, sólo que casi veinte años después y más cercano al hip hop.

Sí, fue un intento de mezclar hip hop y country en un solo recipiente y bueno, no todo el mundo conectó con él… Quiero decir que el disco está bien, pero es muy difícil llevarlo al directo junto a nuestras otras canciones y más si tenemos en cuenta que “Furr” (2008), “American…” y “All Across…” es como si fueran discos en directo.

Veo que te estás saltando intencionadamente el maravilloso “Destroyers Of The Void”…

Sí, porque fue otro experimento. Aunque en otra dirección, pero también muy difícil también de llevar al directo: demasiados arreglos, demasiado complejo. Así que al final creo que tenemos nuestros discos más raros y otros que representan lo que somos de verdad, lo que podéis ver sobre el escenario.

Pero hablas de vuestra música como si fuera algo inamovible, cuando lo que yo veo es una evolución muy clara, desde un comienzo más ruidoso -y quizá indie- hacia un rock americano de corte clásico, setentero.

Entiendo lo que quieres decir, pero incluso en nuestros primeros discos también puedes encontrar algunos elementos de los que hacemos ahora. Canciones como “Texaco” o “Reno” encajarían en cualquiera de nuestros discos; pero me gusta pensar en nuestra música en término de canciones: las hay que se desvían de lo que hacemos generalmente, aunque siempre hemos hecho música americana de guitarras.

A veces lo habéis disimulado muy bien…

En algunas ocasiones la producción ha despistado a la gente o incluso dictado cómo se deberían encarar algunos de nuestros discos. Por ejemplo, “Wild Mountain Nation” (2007) tiene una producción al estilo de Guided By Voices, pero las canciones por sí mismas, en el fondo, están cortadas por el patrón clásico de Blitzen Trapper. Son cuatro elementos de los que siempre han de contener al menos uno, generalmente varios: una historia, slide, harmónica y sintetizadores vintage. Podríamos decir que ésta es la base fundacional de nuestro sonido, siempre lo ha sido y lo será. Así es incluso en “VII” y “Destroyers…”, donde no faltan esos elementos aunque ciertamente incluímos otros que no son habituales en nuestras canciones. Yo diría que exploramos en diferentes direcciones dentro de los confines de la Americana, que en nuestra opinión va de Pavement a Dylan, pasando por Joe Walsh.

Pese a haber sido una especie de extravaganza, mi debilidad es “Destroyers…”, un disco para el que rescataste incluso canciones de Garmonbozia, vuestro proyecto previo a Blitzen Trapper.

Eran canciones más progresivas, escritas en una época en la que tocábamos mucho en la ciudad, pero casi ni teníamos un nombre definitivo para la banda. Pero sí que había un par de canciones que me seguían gustando y al final las rescaté.

Tengo entendido que hubo muchos descartes en ese disco.

“Destroyers…” nació con veinticinco canciones y es así porque elegimos éstas, pero podría haber sido muy diferente. Podríamos haber hecho en realidad dos discos bastante diferentes.

Bueno, podéis sacarlo algún día con vuestro sello, como habéis hecho para reeditar vuestro debut.

Más bien sería Sub Pop quien podría hacerlo.

¿Qué tal acabasteis con ellos?

Yo no diría que acabamos mal, bueno, no sé. En realidad nosotros tuvimos buena parte de culpa porque éramos jóvenes y supongo que algo estúpidos y arrogantes. La industria musical estaba cambiando y las cifras de ventas iban a la baja y no encajamos bien pasar de las 75.000 copias vendidas de “Furr” a veinte o diez mil. Ahora ya da igual, porque nadie vende nada y llegar a los 3.000 ya está bastante bien, pero en ese momento no nos lo parecía y pensamos que podían haber hecho más por nosotros. No nos dábamos cuenta de que la industria estaba cambiando, o más bien derrumbándose. Así que creo que tuvimos buena parte de culpa en la ruptura.

Intuyo cierto arrepentimiento.

No sé si ésa es la palabra, pero puede que algo haya, porque era un gran sello. Aunque ahora es un momento muy duro para las discográficas, también para las bandas…

Ya no podéis dejar de tocar si os queréis seguir ganando la vida con la música.

Sí, básicamente…

La verdad es que muchos os conocimos gracias al prestigio de Sub Pop, que seguro que ayudó, pero mucha otra gente llegó a vosotros gracias a lo que Pitchfork escribió acerca de “Wild…”. ¿Qué opinas de ellos?

Su influencia fue grande en EEUU, pero en el momento en el que la industria fue fracturándose y orientando hacia nichos de mercado ellos también acabaron convertidos en otro nicho, el del indie oscuro y nosotros con ese disco encajamos allí, porque su sonido tenía mucho más que ver con Guided By Voices o Pavement que con lo que hacemos ahora. Pero en ese momento fue importante para nosotros, porque nos dieron un buen empujón.

Pese al éxito cosechado con discos como “Furr” también lograsteis una gran repercusión gracias a la grabación en directo del “Harvest” de Neil Young. ¿Cómo surgió la idea de hacerlo?

Tocamos un montón en nuestra ciudad y nos apetecía hacer algo diferente para los fans que han estado siguiéndonos todos estos años. Así que nos pusimos a pensar en qué hacer, y cuando alguien propuso hacer íntegramente un álbum nos dimos cuenta de que nos sabíamos casi todo el “Harvest”. Además son canciones bastante fáciles y con las que habíamos crecido. Decidimos hacerlo, en principio para un único show como parte de nuestra gira, pero lo grabamos y sonaba bastante bien, así que lo mezclamos y lo editamos para el Record Store Day de 2015. Pero ha despertado cierta expectación y lo hemos acabado haciendo de vez en cuando.

Asistí hace un par de años al concierto especial de Amsterdam y me encontré con un montón de señores mayores emocionados, a los que se les caía la lagrimilla con las canciones de Young, pero que no conocían las canciones vuestras que tocasteis después. Me pareció que interpretar “Harvest” puede resultar una buena publicidad para vuestras canciones, ¿estás de acuerdo o piensas que no son más que una especie de audiencia prestada que ganáis exclusivamente para esos conciertos?

Te aseguro que hemos ganado muchos fans gracias a esos conciertos de “Harvest”, pero también es cierto que la mayoría de nuestros seguidores han llegado a nuestra música a través de nuestros conciertos y conectando con nuestras canciones.

En las redes sociales se os ve posicionados políticamente de una manera muy evidente. ¿Creéis que hay alguna esperanza para poder escapar a corto plazo del nefasto Trump?

Supongo que no lo podremos comprobar hasta las próximas elecciones de mitad de legislatura. Y Trump es un monstruo, por supuesto, pero no es más que el reflejo de la estupidez americana, de nuestro deseo de conseguir todo sin reparar en las consecuencias.

Hace unos meses Daniel Romano nos dijo que pensaba que EEUU era un país tan grande y heterogéneo que debería ser gobernado por varias personas, nunca por una sola.

Como giramos mucho tenemos la oportunidad de ver y discutir sobre esto en un montón de sitios y sí, es como si fueran un montón de países distintos: la costa este, el sur, las montañas del oeste…

El problema es que toda la riqueza y recursos se concentran sólo en un par de zonas y si se intentara dividir al país acabaría siendo un baño de sangre. No estamos lo suficientemente educados como para coexistir de esa manera, imagina los líderes que podrían surgir en el sur, en Texas. Empezarían a fabricar armas y a invadir el resto de los territorios.

 

Texto: JF León

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