¿Es posible que un joven austríaco cuya primera lengua no es el inglés haya grabado un álbum de country que rinde a un nivel similar al de consolidados vaqueros americanos? Pues sí. El tipo en cuestión responde al nombre artístico de Prinz Grizzley —en realidad se llama Chris Comper— y ya está en boca de los cazatalentos más versados en la materia. Quienes lo vieron en la pasada edición del Kilkenny Roots, uno de los mejores festivales de música de raíces del Reino Unido, hablaban maravillas de él y su debut no hace sino ratificar el potencial. Plagado de muy bien escritas y ejecutadas canciones, Come On In se escucha con algo más que agrado. Sorprende por la personalidad de unas melodías que nunca suenan a copia y la creatividad de unos arreglos que, partiendo de la steel guitar, se expanden hacia otros territorios sonoros. Aquí no solo hay honky-tonk de corazones rotos. También hay folk para la clase trabajadora, rockabilly y algunas gotitas de blues sureño. Si a todo esto le añadimos que Comper posee un bonito timbre de voz y que cuenta con una eficiente banda de acompañamiento, los Beargaroos, pocos peros se le pueden poner.
JORDI PUJOL NADAL
