Discomático

Hot Snakes – Jericho Sirens (Sub Pop-Popstock!)

‘’Meada fresca y caliente, embotellada y vendida como lubricante’’, es la simbólica frase estrella que acompaña al flamante material de Swami John Reis y Rick Froberg. Tras catorce años sin pisar un estudio con la piel de Hot Snakes, el tándem californiano vuelve al redil haciendo gala de una manifiesta falta de interés por sojuzgar su temperamento.

Como si apenas hubiesen pasado dos noches en vela desde la publicación de Audit in Progress (2004), lo nuevo de esta institución hard-punk es puro ‘’heavy metal thunder’’, una apisonadora ‘’sludge’’ que solo manifiesta pleitesía a su propia sombra, viscosa y alargada como un esputo teenager en mitad de una revuelta skater. La pasmosa facilidad con la que Reis y Froberg han sido capaces de replicar sus tics habituales una década después de la disolución de su proyecto más temido se antoja todo un logro. Vale que no hay nada nuevo bajo la piel de la serpiente, pero su veneno sigue supurando ponzoña, como un antiguo mejunje destilado a mala leche por el mismísimo Rasputín. Genuina alegoría del ocaso del hardcore norteamericano, Jericho Sirens es un álbum que resuelve la ecuación planteada por la banda tras su celebrado regreso a los escenarios en 2011: señoras y señores, preparen el bicarbonato porque la bilis aún fermenta en el estómago de la bestia, parece que anuncien.

«I Need a Doctor», el corte que abre el disco, ya despeja cualquier duda per se, con apenas un riff asesino y esa narración que se diría compuesta por el mismísimo Frank Gallagher en el peor episodio de Shameless. Porque vaya si suenan fieros y aguerridos, crecidos en un estallido de epiléptica energía mutante apenas condonada por las limitaciones físicas que imprime cualquier estudio de grabación. Haciendo gala de un manifiesto sustrato white trash, los Hot Snakes de 2018 florecen a golpe de gatillo a través de diez cortes que se dirían diseñados para deflagrar en plena jeta del oyente. Temas como «Having Another», «Why Dont It Sink In?» o «Death Doula», con su fulminante inmediatez, establecen desde la primera escucha una relación confrontacional con el oyente. Es pura energía desatada. Aunque tal y como sucedía con sus adorados Wipers, es precisamente en los momentos de relativa contención («Six Wave Hold Down», «Death of A Sportsman») cuando los nuevos Hot Snakes demuestran cómo su capacidad compositiva sigue manteniendo la llama viva. Auténticos corredores de fondo dopados hasta las trancas.

 

EMILIO R. CASCAJOSA

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter