No existiría duda a la hora de posicionar a Aurora & The Betrayers en cabeza —respecto a calidad— de la actual escena soul surgida en nuestras fronteras si no fuera porque cada vez, y como ratifica su nuevo disco, su concepto es más ajeno a dicha etiqueta. Con, eso sí, la siempre robusta voz de su cantante, heredera de esas raciales intérpretes clásicas —de Etta James a Amy Winehouse—, sus estructuras sonoras sin embargo siguen avanzando bajo pautas menos lineales y absorbiendo diversas influencias, ni mucho menos delimitadas al origen negro. Ambientes y un trabajo eléctrico en el que es imposible no ver el reflejo de Jack White («Time Machine»), reconocer el homenaje a Bowie («Spiders») o asistir a la inmersión en la psicodelia californiana («Bloody Eyes»). Sumado a la capacidad de lograr texturas envolventes, incluso silenciando las guitarras como en «There Will Come a Time (Hey, You!)», o arreciar en «Tune out the Noise» bajo un espíritu a medio camino entre The Bellrays y The Kills, la banda madrileña sigue expandiéndose en todas las direcciones y consolidando un excelente proyecto que solo acepta una definición: la suya propia.
KEPA ARBIZU
