Velada de mucho nivel para los aficionados al death metal. Dos bandas que son referentes por méritos propios. Por un lado los locales Moonloop que se están transformando a base de esfuerzo y trabajo en una de las instituciones más sólidas del estilo a nivel nacional, y por otro los históricos Pestilence. Todo un puntal del género en su vertiente más pura y también menos ortodoxa.
Puntualmente salieron al escenario Moonloop y comandados por el guitarrista y cantante Eric Baulenas ofrecieron un recital para enmarcar. Si su propuesta en disco ya me parecía atractiva en directo me acabaron de capturar. Usan el mismo concepto de death metal progresivo, pero sobre las tablas -aunque ejecutado a la perfección- todo gana en agresividad y contundencia. Es decir, no permiten que la técnica se imponga sobre el sentimiento. Así con sapiencia y ferocidad nos obsequiaron con tres cuartos de hora de death metal de altos vuelos y sonido pristino. Así, y de esta guisa canciones de su último y aclamado Devocean como «Megalodon» o «Gallery Of Diminished Nightmares» sonaron oscuras y más que aguerridas. También le dieron cancha a material más antiguo que sonó a las mil maravillas y es que a medida que iba transcurriendo el concierto los aplausos eran cada vez más efusivos. Llegamos al final de este corto pero intenso recital con una versión del «Suicide Machine» de Death, -en honor a Chuck Schuldiner el padre de todo lo que escuchamos esta noche- y la densa pero corrosiva «Medusa». Moonloop llegaron, vieron y vencieron, y por la reacción de los asistentes poco les faltó para salir a hombros de la sala.
Y si lo de Moonloop fue de traca ¿qué se puede decir sobre Pestilence? La leyenda deathmetalera de los Paises Bajos venía a reclamar su parte en el panteón del género y se puede dar fe de que lo lograron. Curiosamente venían con disco nuevo bajo el brazo, el estupendo Hadeon, del cual se permitieron prescindir para enfocarse en un repertorio añejo basado en sus cuatro primeras obras de estudio. Y hay que reconocer que lo llevaban todo estudiado al dedillo. La misma cantidad de canciones de cada álbum y tocadas en orden cronológico, lo que no impidió que nada más iniciarse el recital con «Malleus Malificarum/Antropomorphia» se desatará el pandemonio en la sala con un salvaje mosh pit que no cesó durante los setenta y cinco minutos del recital, mientras estos reformados Pestilence iban ejecutando sus clásicos con una precisión extrema y uno detrás de otro, sin pausas. Y es que esta nueva formación, de la que sólo queda el guitarrista y cantante Patrick Mameli como remanente de tiempos pretéritos, funciona como un tiro con los nuevos miembros más que integrados. Como hemos dicho fueron cayendo perlas del más clásico death metal (con influencias de Slayer o los primeros Metallica) como «Dhydrated», «Twisted Truth» o «Prophetic Revelations», y que al seguir un orden cronológico podía uno percibir claramente la evolución técnica a medida que avanzaba el concierto. Se llegó al final con la banda sorprendida de la efusiva respuesta del público asistente y regalando un bis con la rotunda «Out Of The Body». Ninguna pega, la vieja escuela sigue muy en forma, ahora lo que toca es que vuelvan para presentar su reciente Hadeon, espectacular álbum que muestra que Pestilence tienen pasado, pero también mucho presente.
Texto: Xavi Martínez
Fotos: Josep Mª Llovera
(Moonloop)