Por razones que ahora no vienen al caso, Ondas de Calor (Ondas del Espacio, 2.016) disco de debut de Éter, uno de los trabajos que con más elegancia hilaban la tradición pop española y la sicodelia de alcurnia, pasó sin pena ni gloria en el momento de su edición. El grupo en desbanda y por tanto escasas presentaciones en directo no ayudaron a enmendar tal situación, a pesar de haber cosechado notables parabienes por parte de algunas de las plumas más finas del periodismo rock patrio. Agua pasada no mueve molinos, debe pensar David A. Fraile, factotum de aquella formación, que junto al percusionista Alberto Valero se embarcan en esta nueva aventura que recupera de la vaporosa formación su fijación por los sonidos que invitan al viaje neuronal, aderezados con nuevos ingredientes que los catapultan a superiores y más intrincados niveles. Amén de colgarse su preciosa Rickenbacker, David se multiplica ahora retorciendo botones y sampleando bizarras bandas sonoras, mientras que Valero machaca inmisericorde ritmos cuadriculados de inspiración Dusseldorf que toman cuerpo en temas como “Amigos Bandidos” o “Wanna Be”. A pesar de encontrarse en estado embrionario, su propuesta conforma un reto tan arriesgado como sorprendente.
Texto: Manuel Borrero
Foto: Eva Fraile
