Encuentros

El Petit de Cal Eril, Ensoñaciones de pop metafísico

El Petit de Cal Eril estará presentando Triangle el próximo jueves 22 de marzo en la sala Apolo de Barcelona (junto a Ferrán Palau), dentro de la programación de Curt Circuit. Triangle es el disco que le ha dado un impulso a todos los niveles, en lo creativo y en el alcance. Está en boca de todos. Este mes publicábamos uan entrevista en nuestra versión papel. Ahora tenemos el gusto de reproducimos la entrevista íntegra porque hay mucho de lo que hablar y reflexionar a través de su música, pero también de sus palabras.

Joan, alma mater de El Petit de Cal Eril, habla igual que sus producciones: inocente y elocuente, relajado pero atento, dichoso pero incisivo, cómodo pero travieso y siempre creativo. Invoca el incierto y circula espontáneo, eso si, siempre mirando por el retrovisor. Como acompañante uno se tiene que dejar llevar. Hurgar en el paisaje y hacer preguntas que generen serendipia. Aquí no hay respuestas franquiciadas de una promo habitual. Aquí se trata de disfrutar de la lógica cósmica.

La misma que brilla en el disco que nos presenta y que se titula Triangle, una colección de canciones surgidas mientras giraban con La Força, su anterior disco. Ha sido grabado en tres sesiones diferentes, en tres lugares distintos: Sant Feliu de Pallerols, Guissona y Brooklyn, New York. Todo esto nos lo cuenta en exclusiva para el Ruta en la que para mi es la primera entrevista de pop metafísico. Considérense unos privilegiados de asistir a su acto fundacional. Lean y lo entenderán.

Todas las noticias que me llegaban de la gira de tu anterior disco La Força, eran de mucha intensidad y de grandes experiencias en directo. Explícame como la has vivido tu.

Ha sido la consolidación de una cosa y el inicio de otra. Con La Figura del Buit empecé una nueva etapa con una nueva banda que ha acabado de cristalizar en La Força. En este disco, con la incorporación de Jordi a la segunda batería, todo empezó a encajar y de repente todo tenia su propio peso, la perfecta grosor. A partir de ahí todo parecía como nuevo y emergió una sensación de placer, y tocar se convirtió en una experiencia muy agradable. Hablo por mi, pero podría asegurar que también les pasó a los demás. Juntos tocando todo molaba mucho y no es que tenga mucha experiencia, pero no creo que esta sensación suceda muy a menudo. Durante la gira ha habido mejores o peores conciertos, es inevitable, pero ninguno que hayamos bajado del escenario cabreados o enojados por algo, todo lo contrario yo me sentía abrigado y arropado, en comunión y con la sensación de estar haciendo lo que me gusta. Y puede parecer una tontería pero yo lo considero un reto muy difícil de conseguir y algo de lo que estoy muy orgulloso.

Esta emoción que tu explicas como artista es algo que se puede palpar como oyente. A mi La Figura del Buit es un disco que me gusta pero pienso que La Força tiene algo especial. Se puede degustar esta química de la que hablas, sentir este enamoramiento musical y notar esta voluptuosidad emocional.

Puede que tengas razón. Creo que La Força está mejor acabado, es más sintético y sabíamos más lo que funciona y lo que más nos gusta. Yo no sé si veo un cambio tan sustancial como tu, pero si creo que vamos avanzando en pequeños detalles, que somos capaces de alisar poco a poco para poder quedarnos con lo esencial. Y trabajar con lo esencial mola mucho. A mi siempre me han gustado las producciones minimalistas, casi panorámicas, de esas que puedes escuchar y detectar todos los elementos por que cada uno tiene su espacio.

Siempre digo que hay buenos afinadores de silencio y pienso que tu eres uno de ellos.

Nosotros damos mucha importancia al espacio. Damos espacio para que cada elemento pueda tener su momento y que todo se pueda escuchar. Esto con La Força lo he notado mucho en la voz. Yo no acostumbro a proyectar demasiado con mi voz sino que soy más de chorro fino e introspectivo. Pero al disponer de este espacio me ha permitido cantar mucho más a gusto y con mucha más energía. Esta vez mi voz tenia su propio hueco para llenar y estaba arropada por los arreglos y el resto de instrumentos y no atacada y empujada hacia un torrente sonoro.

¿Qué hace tener una buena banda?

Las personas.

A eso me refería, al hecho de que muchas veces no son los mejores músicos los que forman la banda perfecta, sino que es una constelación emocional muy determinada la que propulsa el arte hasta límites desconocidos. ¿Piensas igual?

Totalmente. El componente emocional es lo más importante. En el disco lo es mucho. Pero en los directos pasa a ser algo fundamental. La emoción es el paso de hacer una cosa banal a hacer algo importante. Si en el directo no hay emoción, no hay ningún interés, ni para el músico ni para el oyente. Y la emoción solo se puede conseguir creando un ecosistema que permita que aflore y que la energía fluya libremente. Y esto no es nada fácil, porque muchas veces hay impedimentos; un mal sonido, un escenario incómodo, un regidor de la sala con mala leche, un problema personal de alguien de la banda, etc. Pero al final cuando tocas, cuando estas arriba del escenario, estás comunicando y tiene que ser bajo una influencia emocional y a través de una conexión comunal porque entonces es cuando surge todo. Como banda nunca hemos trabajado demasiado el hecho de ensayar y mejorar técnicamente, pero si que nos cuidamos personalmente, trabajamos nuestra relaciones y procuramos que, pase lo que pase, cuando estemos encima del escenario estemos en la dirección emocional propicia para expresar nuestra música. Al final te expones mucho en un concierto y creo que es interesante arriesgarse en este sentido. Reo que salir a escena muy relajado o sobrado te hace perder este punch, esta tensión o alerta necesaria para emocionar al público.

Hablando de emociones y estar alerta, te quería preguntar sobre el último concierto de la gira. Creo que fue un día muy especial. Era un 4 de octubre en Girona, justo con los altercados del 1 de octubre aún frescos en la memoria de todos. Se preveían grandes lluvias y el ambiente era eléctrico. Desde la distancia se palpaba un ambiente de apocalipsis y catarsis, pero quería que me explicases cómo lo viviste tu personalmente.

Fue increíble. Cayó una gran tormenta y nos sorprendió como el público aguantó estoicamente y más siendo un concierto gratuito. Desde el escenario era emocionante ver aquella marea de paraguas.

¿Y cómo se respiraba el ambiente en una plaza tan claramente independentista como Girona, después de esos días post referéndum tan intensos?

Todos lo vivimos muy a flor de piel. Pero déjame decirte que un grupo no es un individuo y que nosotros no somos un grupo político somos un grupo poético. Yo cuando hablo en un concierto lo hago en calidad de persona y como tal tengo mis opiniones, pero intento que como grupo no tengamos opinión en este sentido. Tal y como yo concibo El Petit De Cal Eril no creo que se tenga que posicionar políticamente, porque es un grupo de música. Esto sí, yo como Joan Pons, como persona, si que puedo. Esta es la diferencia.

La pregunta derivada es si creías que en un momento como este es necesario comprometer tu arte políticamente.

Yo creo que mi arte está comprometido 100%. Yo soy yo y digo, hago y deshago en función de lo que veo, toco y siento.

Ya, pero me refería políticamente

Les canciones las hago como me salen y al final yo no tengo tanto poder de decisión. Puedo decir, esta si o esta no. Pero no puedo escoger el tema. Yo no trabajo así. A mi salen unas melodías, unas frases y a partir de esto hago una canción, pero ya está. No me digo a mi mismo, ahora voy a componer una canción sobre un tema determinado. Esto no lo puedo hacer. No lo sé hacer. Lo único que puedo es establecer relaciones con ciertas cosas, pero siempre a posteriori, una vez ha salido la canción.

Explícame esta imposibilidad de intervención sobre tu arte.

La canción está aquí, yo lo único que hago es abrirle puertas. Un día sale por los ojos, el otro por las orejas, otro por la mano, otro por la guitarra. Yo lo que hago es abrir canales de salida y las canciones salen. La canción decide por si sola y yo lo que hago es escoger: esta me gusta, esta no. Y ya está. Pero si pretendo hacer una canción sobre…mm, no sé, sobre, pongamos esta oliva que me estoy comiendo. Entonces soy incapaz. No puedo. Lo he intentado y siempre me he estrellado. Lo máximo que hecho alguna vez es musicar alguna poesía, pero raras veces me ha pasado y para hacerlo tengo que estar muy implicado emocionalmente con ella y sentirme cómodo. Lo hice con las Decapitacions de Pere Quart pero creo que ha sido la única vez.

Es la primera vez que te entrevista el Ruta 66, ¿verdad?

Si tío y me preocupaba que no hubiera pasado antes, pero sabia que alguna vez tenía que suceder, más tarde o más temprano. En este sentido tengo que decirte que antes estaba muy preocupado en cómo los estereotipos afectaban a mi grupo porque nosotros somos muy dispares y un día estamos tocando en el Primavera Sound y al siguiente en el Festival de Poesía de Matadapera o un día estamos en una escuela del Pallars y el día siguiente en el Vida Festival. Al principio no me gustaba nada porque pensaba que no se nos entendía. Me preocupaba y pensaba, ¿dónde nos tenemos que ubicar? Pero ahora lo veo claro, cada uno nos tiene que ubicar donde quiera y lo recibo como algo guay y sobretodo lo veo como una ventaja. Y lo que me pasa ahora, y me permito disfrutarlo, es que tanto me puede entrevistar Ruta 66 como una radio católica como Radio Estel poner mi música. Radio Estel! Esto me parece cojonudo. Y lo que me dice todo esto es que nosotros no hacemos una música circunscrita a un estilo concreto, sino que hacemos música a la cual se puede llegar desde muchos lados diferentes. Otra cosa es que es evidente que yo me sienta mucho más cercano al Ruta que a Radio Estel, pero tiene su gracia. Al final me conecta con mi infancia porque yo de pequeño hice de monaguillo.

 ¿En serio?

Claro. Me daban 25 pelas por misa y me podía comprar chicles Boomer y patatas chips. 25 pelas daban para mucho.

25 pelas eran una fortuna y te permitía lograr una verdadera despensa chucheril. Vamos a enfocarnos con Triangle, la obra que acabas de sacar. Yo tenía la sensación que después de los 90 bolos de la gira de La Força llegaba el momento perfecto para descansar, reflexionar, meditar…y va y tu haces todo lo contrario.

Es que lo otro es lo que he hecho siempre. Esto va relacionado con lo que te explicaba antes y el hecho de que no tengo poder decisión sobre muchas cosas, pero en otras si. Por ejemplo, puedo intervenir en los títulos, o cuándo voy a grabar las canciones, o como crear el ecosistema de una grabación. En el caso que nos ocupa, me vi a mi mismo mirando por una cámara de fotografía, pero no digital, no, analógica, de las que cuando haces un clic te lo tienes que pensar bien, porque cada fotografía vale una pasta. Divisé un encuadre perfecto, uno de esos en los que ves claramente que hay que apretar. Observé que estábamos tocando como nunca, que quedaba gira por delante, que la energía era buena y comprendí lo inevitable: teníamos que hacer otro disco. Primero porque no lo hecho nunca y segundo porque era el momento ideal de hacer la foto. Apreté el clic y ya está. Quería que grabásemos todos al mismo tiempo, me refiero a estar todos juntos en el proceso de grabación, decidiendo cooperativamente. Las canciones estaban listas dos días antes de cada sesión, sin pensarlas demasiado. Y como tenemos todos unas agendas complejas, pensé en hacerlo en tres sesiones y hacer tres canciones en cada sesión y así dejar aire entre cada una. Al principio la idea es que salieran en tres EP’s por separado, pero lo cambiamos porque comercialmente era un desastre.

Cuando leí la noticia que sacabas un nuevo disco, intenté imaginar como serían las canciones y se mostraban urgentes, vertiginosas y aceleradas. Supongo que lo pensé por el ajetreo de la gira, el hecho que estaba grabado en tres sitios diferentes y el golpe emocional de los conciertos. Pero me he encontrado algo totalmente opuesto. Un disco relajado, casi líquido, esponjoso. Yo lo veo como un colchón sónico cómodo y apacible, de esos que te apetece dejarte caer y relajarte.

Te doy un poco la razón en que se podía esperar un disco más vertiginoso. Pero al final yo lo veo como algo muy espontáneo. Al haberlo hecho tan rápido las cosas las hemos pensado mucho menos y en consecuencia el resultado es mucho más fresco. Una cosa que me obsesiona de mis discos es que sean muy agradables de escuchar y esto va muy relacionado con lo que dices del colchón sónico. Me gusta que te puedas pinchar un disco en casa y disfrutarlo. No me gustan los discos estridentes o rápidos. Los conciertos son otra cosa y en un momento dado me puede gustar que sean mucho más hacia fuera, mucho más explosivos, pero el disco me gusta que sea…agradable, esta es la palabra. Que te lo puedas poner en casa o en el coche y todo se entienda perfectamente. Yo creo que Triangle es un disco perfecto para conducir.

Y siguiendo con lo que decías sobre tu arte pero ahora desde una perspectiva diferente. Porque al final tu tampoco tienes poder sobre como el público va a recibir o interpretar tus canciones.

Cuantas veces me ha pasado que se me ha acercado alguien y me ha dicho: me encanta esta canción porque va de esto. Y tu piensas: pero si es todo lo contrario. Pero tampoco se lo puedes decir, porque para él tiene todo el sentido del mundo y al final todos vivimos muchas veces en realidades paralelas y yo no soy nadie para desmentir nada. Hablando de realidades paralelas, has visto la serie Dark? Habla del tiempo y de cómo el pasado el presente y el futuro van en paralelo y se afectan uno al otro, no como los concebimos hasta ahora uno detrás del otro sino en paralelo, de manera tridimensional, es una locura.

Nos vamos acercando a la metafísica…

Ja ja ja. Con mi colega Ferran Palau, con el que toco la batería en su grupo, y con el que tengo muchos puntos en común a nivel artístico, siempre hablamos de que hacemos pop metafísico, y creemos que es el estilo que nos define estrictamente. De hecho ahora estamos escribiendo un decálogo del pop metafísico. Pero no somos los únicos circunscritos ahí. Los Germans Aire también lo practican y Isaac Ulam, aunque no lo sabe, también está metido en el ajo. De hecho quien lo bautizó sin saberlo fue Sisa. Una vez hace tiempo un amigo le dejó escuchar uno de mis discos y más tarde le envió un sms que me lo dejó leer que decía: “Esto es folk metafísico”. Me pareció una definición brutal que se quedó grabada en mi memoria e incluso pensé en cambiar el folk por el pop y titular un disco mío como Pop Metafísico, pero al final no salió. Pero a cambio vamos a escribir este manifesto y el día 22 de marzo, que tocamos juntos en Barcelona, creo que va a ser el acto fundacional del pop metafísico.

Volviendo otra vez a Triangle. ¿Por qué seguir con lo de los EP’s si ya se había decidido que no se publicarían por separado?

Quería que fueran tres sesiones muy diferentes entre si, grabados en tres lugares diferentes y ver cual era el resultado. Es el clic que te decía antes. Así lo pensé y, como en esto si que puedo intervenir, así lo he hecho.

Explícame lo de Nueva York, porque yo siempre me pregunto; con lo caro que es ir allí y los buenos estudios que tenemos aquí ¿Qué sentido tiene?

Porque es brutal y existe Norwegian. Sin esta compañía low cost no hubiéramos ido, pero un día hurgando por internet vi unos vuelos súper baratos y empecé a enviar mails a la banda con una pregunta era muy concreta: Nos vamos a Nueva York, tiene que ser de este día a este día y me lo tenéis que decir ya. ¿podéis? Y empezaron a caer las respuestas afirmativas por mail, uno a uno, fueron cayendo como moscas. Entonces compré los billetes sin tener ni las canciones ni el estudio. Nueva York es muy excitante y provoca muchas cosas positivas. Y de alguna manera u otra, en cada sesión de las tres, he buscado influir en el estado mental de los músicos. Por esta razón casi todos los músicos en el Petit de Cal Eril no tocan sus instrumentos principales. El bajista es en realidad guitarrista, el otro batería es guitarrista. El hecho de tocar un instrumento que no es el suyo comporta estar en un estado mental diferente. La cuestión es que en Nueva York fueron unos días acojonantes, vimos algunos conciertos que nos influenciaron mucho, estuvimos en unos estudios geniales y arriba estaba Bill Frisell del cual muchos de la banda somos fans. En definitiva lo pasamos bomba y esto queda muy reflejado en la grabación.

¿Normalmente no te lo pasas tan bien?

¿Sabes qué? Si te digo la verdad esta vez también me quería tomar la grabación como un regalo. Era importante poder disfrutar, porque normalmente las grabaciones se respira más tensión y preocupación. Para mi es la primera vez que grabo un disco y que de los nueve días de grabación y los tres días de mezcla me lo paso muy bien en todos. He dormido poco, he hecho mucho trabajo, pero lo he disfrutado mucho y esto ha sido una bendición. Cogimos un cocinero para las sesiones que hicimos en Cataluña y fue increíble. Puede parecer una tontería pero comer bien y beber bien es media vida y para mi el cocinero fue casi el productor del disco.

Es increíble como el contexto emocional y físico se acaba filtrando en los surcos de un disco de una forma tan evidente, ¿no?

Totalmente. Esta vez no tenía ningunas ganas de hacer un disco conceptual, como en el caso del Vol i Dol o La Força, que son más cerrados y rígidos. En definitiva quería estar más relajado y no ser tan esclavo del peso narrativo de la parte lírica. Quería experimentar mucho y creo que esta parte de laboratorio se puede percibir claramente.

Cuando dices experimental entiendo que lo calificas así respecto vuestra propia música, pero en todo caso, si advierto un sonido mucho más basado en los sintetizadores, que no es tan evidente en ninguno de tus otros discos.

El sonido de los sintetizadores es una evolución que va haciendo el propio grupo y que en los directos ya venía pasando y nos gustaba. El hecho de que Artur haya pasado de ser un arreglista a ser un instrumento principal era algo que nos motivaba y complacía. A parte piensa que es un disco sin estribillos. Todas las canciones están resueltas de la misma manera, con una intro instrumental, una parte A que es una estrofa y una aparte B que debería ser un estribillo pero que no lo es, no hay voz, y esto ha provocado que los teclados tengan su momento para llenar esta parte que le correspondería normalmente al estribillo con voz. Al final hay otra estrofa, otra parte B y una outro. Todas con el mismo patrón: idénticas. Y todos los estribillos los llena Artur con sus sintes.

Yo escuchando el disco me imaginaba a Artur como una especie de Garth Hudson de The Band.

Hombre, The Band son una gran influencia para nosotros, sobretodo por esta manera tan comunitaria de concebir la música. De todas maneras lo que estamos pensando es en comprarle dos teclados iguales. Porque el nuevo formato de directo irá con dos baterías exactamente idénticas. La razón es que en la gira pasada la gente se confundía y nos preguntaba: ah, ya veo, lleváis dos baterías con dos afinaciones diferentes ¿verdad? Y claro, me tocaba desmentirlo y desinflar el mito y explicar que son dos baterías haciendo lo mismo. Así que, para para no alimentar más rumores, hemos decidido llevar dos sets de batería exactamente iguales. A parte de bromas, si que es verdad que teníamos ganas de dar un paso adelante con los sintes, de que tuvieran más presencia y esto también ha sido producto de estar todos juntos haciendo las canciones.

¿Cómo ha sido producirlo entre los cinco?

Cada uno ha cogido un rol muy particular. Por ejemplo el de Ildefons ha sido el de productor de los redobles y el Groove. Y Artur, ha acabado produciendo todas las voces. Soy un poco detallista con las voces y hago bastantes tomas, no tanto por temas de afinación sino para escoger las que tienen más emoción y más carácter. Y la verdad es que él nunca había tenido este rol en el grupo y se ha revelado como un productor de voces magnífico, que me guió y me supo encaminar con mucha maestría hacia donde más lo necesitaba. Yo me lo pasé muy bien junto a él y he aprendido un montón.

Siguiendo con Triangle y las tres partes, también habéis grabado tres videoclips escritos por Martí Sales que narran muertes sin resolver. De alguna manera siempre he pensado que la finalización de un disco es también una muerte sin resolver. ¿Lo ves igual? ¿De dónde viene esto de las muertes sin resolver?

Lo que nos pasaba hasta ahora es que sacábamos el disco y al cabo de un tiempo hacíamos un videoclip, pero entonces ya estaba como pasado de moda o ya muy lejos del espíritu del disco. Esta vez lo planificamos con tiempo y en paralelo al proceso de grabación. Hemos seguido con la chaladura del disco y las tres partes y hemos hecho un video clip de cada parte como si fuera una triología de videoclips. Entonces se me ocurrió llamar a Martí Sales porque me apetecía que fuera algo muy narrativo y que tuviera una historia. Me gustaba mucho la idea del contraste entre unas letras que son más un poco más alocadas y espontáneas con una narración más concreta en la parte viual. Es como si fuera una serie de Netflix en la que salimos nosotros cinco y otra gente que es importante para la banda, y nos van pasando cosas. Es apasionante.

Y ya para acabar, Joan. Escuchando tus tres últimos discos se evidencia una forma de hacer canciones, una gramática muy propia del Petit de Cal Eril. Tienes una manera muy particular de entender la expresión musical que como oyente se identifica rápidamente. ¿Te preocupa quedar preso de tu propio mundo musical?

¡Ahora que lo dices si! El día a día no (ja ja ja). Acabas de despertar la bestia. Yo tengo una manera de escribir y hacer música que es El Petit de Cal Eril y esto es lo que hay, y no puedo forzarlo. Yo creo que me esfuerzo mucho para que mis discos no suenen igual y que todos tengan sus particularidades. De todas formas los músicos que más me gustan también tienen un patrón muy definido que van reelaborando y que los identifica y en ningún caso me cansa. Por ejemplo Bill Callahan o Bonnie Prince Billy, que son dos de mis referentes, siempre hacen un poco lo mismo y nunca me cansan. Al contrario, siempre me flipan y el pequeño cambio que hacen ya me rompe el corazón. Y en ningún caso me quería comparar con estos dos artistas pero al mirarme en ellos si que creo que hay una esencia que repito, y no le veo tanto inconveniente. Al final acabamos como empezábamos, y es que no se si seria muy capaz de modificar mi manera de expresarme. Yo cambio lo que está en mis manos pero hay ciertas cosas en las que no puedo intervenir.

Texto: Andreu Cunill Clares

Fotos: Romá Yñán

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