El nuevo trabajo de Remate, “an off-kilter Sufjan Stevens” como le definió The Sunday Times, es un disco con 10 piezas de música electrónica con nombre de anti-heroínas de películas contemporáneas. Los temas se desencadenan tras la concentración de sucesos alucinantes que se producen cuando se generan acordes con sintetizadores monofónicos sobre los que después se construyen temas que a menudo son muy cinematográficos.
KITASATO es música evocadora, un cosmos y sus armonías inherentes, un universo y su propia atmósfera. El título hace referencia exacta, pulcra, al proceso de trabajo de composición y de experimentación de las piezas. Al interés del autor en el sonido, en radiografiar las células musicales, en la disección de la música como componente emocional indispensable de la inteligencia artificial (1). A la concentración en los sucesos alucinantes que se producen cuando se generan acordes con sintetizadores monofónicos, en las antípodas del supuesto componente inventivo de un laboratorio, sino respetando las reglas de la pesca y anhelando el descubrimiento de especies desconocidas aunque ocultas en el fondo del mar desde tiempos remotos. La música y su (des)composición es la protagonista absoluta, pero también hay un trasfondo, un hilo invisible que indica una dirección para entender el camino, para discernir la entrada y la salida de este bosque exuberante.