Cada vez que les veo de nuevo me da la sensación de que son mejores que la anterior. La Gibson SG de Jack Sharp se complementa a la perfección con la Firebird de Joe Hollick y suenan siempre absolutamente demoledores, pero es que en esta ocasión se les añadía además su colega nórdico Reine Fiske, empuñando una Stratocaster blanca y en algún tema a los teclados y el bolo fue una orgía sónica de principio a fin. Lo comentaba Chris Robinson hace poco en una entrevista: “Están las jam bands y luego las bandas que hacen jams. Lo que las diferencia es que las segundas tienen buenas canciones”. Wolfpeople están en la segunda categoría y es un auténtico placer ver como se pierden en desarrollos instrumentales en el medio de temazos como “All Returns”, “Ninth Night”, “Rhine Sagas” o “When The Fire Is Dead In the Grate”. No conozco una banda actual que suene más inglesa que esta.
Y no hablo del sonido inglés reciclando el blues americano. Hablo de Fairport, Pentangle…. Melodías folk con unas guitarras tan afiladas y robustas que hacen que te tiemble hasta el bazo. Y la voz de Jack Sharp, súper cálida y personal. La base rítmica es brutal también. Cada concierto que da el batería Tom Watt se puede considerar como un maratón en toda regla por la cantidad de redobles que llega a hacer. Y no sobra ni uno. Su fusión con Dan Davies, bajista y a los coros, es solidísima y crea un colchón sonoro perfecto para los desarrollos instrumentales. Os recomiendo sus cuatro discos encarecidamente, pero esta es sobre todo una banda a la que ver en directo.
Texto y foto: Javier H. Ayensa