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Pulpofest – Santana/Fever (Bilbao)

 

Cuando el Rock´n´Roll te homenajea es porque le has servido bien. Y cuando un guitarrista fallece y sus compañeros se lanzan al objetivo de rendirle un merecido y eléctrico recuerdo no queda otra más que estar presente. Porco Bravo cambió el nombre de su Porcofest por Pulpofest para despedir a su fallecido guitarrista Asier Martínez Mintegi y junto a ellos estuvieron presentes cuatro bandas más: The Riff Truckers, Motociclón, Kaótiko y Desakato, además de varios artistas invitados amigos del Pulpo. Durante cinco horas se sucedieron las muestras de cariño, tanto desde un público que colgó el “No hay billetes” en la sala y no paró de corear su nombre, como sobre las tablas en una velada de puro Rock´n´Roll incendiario. The Riff Truckers fueron los primeros en subirse a las tablas, un grupo de Urdaibai (de donde era el Pulpo) que abandera un sonido americano más que reconocible, deudor de ZZ Top entre otros (no faltó la versión del “Sharp dressed man”) y que ya saben lo que es tocar ante grandes audiencias como la del BBK Live o imponerse en el famoso Villa de Bilbao.

Nadie mejor para calentar un ambiente que pedía electricidad y la tuvo sin descanso. Motociclón, grupo de Madrid que se volvía a reunir para este homenaje, fueron los siguientes en mostrar sus respetos. Liderados por Robertez, bandera del crapulismo madrileño, facturaron en su momento un EP a medias con los Porcos tocando cada grupo canciones del otro. Y no faltaron varias de sus canciones más carismáticas como “Onanismo”, “Bocachanclas”, “El pico” o “Compadre”, el tema con el que abrieron su actuación. Doce años sin tocar para volver por esta causa es la mejor razón para reunirse. Tras ellos llegaba el turno de unos Kaótiko que arrastra muchos seguidores por el norte. Los antiguos Kaos Etílico llegaban de Agurain y no pueden ocultar que beben de fuentes muy cercanas. Su Punk Rock es deudor claro de La Polla Record (no en vano se marcaron una versión de “No somos nada”) y otros como Parabellum, con unas letras muy trabajadas y con un trabajo melódico destacable.

El volumen de Kaótiko fue más que poderoso, ideal para corear himnos punks de segunda o tercera generación. “El preso 2023”, “Oh Caroline!!” y la coreadísima “En el barrio de latón”, que formó el primer Circle Pit de la noche en las primeras filas, donde no hubo cuartel. Y si los alaveses elevaron el volumen, los asturianos Desakato lo hicieron con el nivel de agresividad. La mezcla de dos voces (la totalmente melódica de su guitarrista junto a la contundencia rozando el hardcore de su vocalista) hace de este grupo asturiano una bomba en directo. El Rock Asturiano tiene en los de Llaneza a un extraordinario maestro de ceremonias, especialistas en volver loca a su audiencia, con temas que son un puñetazo social y musical. Empapar de sudor al sala era su objetivo y bien que se cumplió con creces. “Cuando salga el sol”, “Octubres rotos”, “Cacería” o la intimista “Cada vez” (porque una cosa no quita a la otra) dejan claro que Desakato son pura actitud.

Y más de diez veces han compartido escenario con Porco Bravo, que se enfrentaban a un reto anímico brutal. Manu, su vocalista, dejó claro que estaba pasando por unos días más duros que los del fallecimiento de su compañero y hermano, justo un año más un día después de aquello, como las condenas en las cárceles pero esta mucho peor porque nunca se escapa de esto. Pero durante aproximadamente hora y media se sudó y se lloró sobre el escenario. Más de veinte canciones con invitados de postín para dejar claro que el Pulpo era muy querido, que es realmente lo importante. Cebu, el guitarrista fundador de la banda, Fito (sin Fitipaldis), Boni (Barricada) o Podri (vocalista de Rat-Zinger, que cantó un himno a uno de los más grandes, “Lemmy”) se sumaron a los Porcos para presentar sus respetos de la mejor manera que saben y que, seguramente, a Pulpo le hubiera gustado.

No faltó el espectáculo de Manu el Gallego, cantando encima del público con la bengala encendida metida allá donde la espalda pierde su nombre, surfeando sobre una tabla llevada en volandas, grapándose la lista de canciones al pecho y prendiéndola fuego para luego graparse la cara. En estas situaciones de tanta carga emocional el dolor físico ayuda a sobrellevar el que es más profundo. Con “Brindaremos juntos”, la canción compuesta por Pulpo, hubo más de una lágrima entre los que la tocaban, un tema compuesto por él antes de fallecer, el que tocó más dentro a todo el mundo en la sala Santana. Sonaron otros clásicos, “Donante de cerebro”, “Corre”, “Bicho raro”, o “Terrorista”, para acabar con “Eléctrica actitud” y “La piara”. Y en eso se resume todo. Una piara eléctrica de rockeras y rockeros homenajeando a uno de los suyos. Ha sido el último concierto de Porco Bravo en un tiempo. Pero volverán. Y sólo como ellos saben, liderando a una piara que respira Rock´n´Roll.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

 

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