Lleno total. Las entradas agotadas desde hacía semanas. Explicó que la última vez que vino, tuvo que suspender porque no se vendió ni una. De esto hace ya siete años. Y siete años dan para mucho. Para el caso de Natalia para grandes discos y para un concierto de más de dos horas y media de duración. Ya en la calle las colas presagiaban algo grande. Compradores de última hora desesperando ante la evidencia de que se iban a quedar a fuera. Dentro, calor humano en un frío día de febrero. Expectación, ansia y júbilo a la que salió al escenario enfundada en un floreado traje rojo para San Valentín, según dijo. Por los gritos y los vítores media Latinoamérica residente en Barcelona estaba allí: Venezuela, México, Perú, celebrando la visita de su hada a quien veneran, protegen, miman, admiran y quieren. No vino con Los Macorinos, los guitarristas de Chavela Vargas, y con quién firma las dos entregas de Musas con las que redescubre el folclore lationoamericano: “están muy viejitos” explicó. Lo hizo con su espectacular banda: teclados, batería, guitarra, bajo más un percusionista/trompetista, además de Natalia a la guitarra, piano y cuatro venezolano.
Impresionantes. Menudos músicos, menudas canciones y menuda artista. Qué voz. Competente en la guitarra, interpretó sola algunos temas, entre ellos una versión de O Pato de Joao Gilberto. Desde el minuto uno la gente cantaba todas y cada una de las canciones, por primerizas o recientes que éstas fueran. El repertorio fue un repaso a toda su discografía con atención especial para temas de Hasta la Raíz ((2015) y también Musas (2017 y 2018) que dejó para los siete temas extras, dos de los cuales interpretó junto a Silvia Pérez Cruz que celebraba su cumpleaños. Es realmente buena. Secreto a voces y manjar digno de sólo pocos elegidos hasta que el estrellato de los Oscar la universalice. Esperemos que ello no le afecte y no le quite ese aire de niña perdida, de niña buena jugando a ser mala y nos siga alegrando la existencia con sus despechos y sus amores no correspondidos. Comunión y magia. El cielo en la tierra. Ella es bonita.
Texto: Josep Barbará
Foto: Xavi Mercadé