Buena entrada y mejor ambiente para presenciar la única fecha en España de una de las bandas con más solera dentro de la escena black metal germánica. Sus conciertos tienen fama de ser todo un ritual sacrílego y parece ser que había muchas ganas de comprobarlo. Antes de los protagonistas de la noche tenía la misión de caldear el ambiente (mucha falta no hacía la verdad) los gerundenses Old Blood. Un trío que practica un black metal de manual tanto a nivel estético como musical, pero que poco pudieron hacer antes de los cabezas de cartel. Son una banda correcta pero que de momento poco aportan, tienen las enseñanzas del género bien aprendidas pero su música peca un poco de lineal, todo bien hecho pero sin sobresaltos. Tampoco ayuda su estática actitud escénica que si bien en algunos casos es una virtud en ellos les lastra un poco. Entretuvieron, pero todavía les falta rodaje.
Y llegó el turno de Darkened Nocturn Slaughtercult, y se desató el infierno. Porqué lo de esta banda está más cerca de una liturgia blasfema que no de un concierto a uso. Con el telón corrido y la banda estática sobre el escenario, con la vocalista y guitarra de origen polaco Onielar de inmaculado blanco dio comienzo la liturgia. Y tras el inicio con «Omnis Immundus Spiritus» ya no hubo marcha atrás. La cantante se encargó de bañar en sangre a ella misma y también a la audiencia mientras descargaban rabiosas canciones tan vieja escuela como «In The Hue Of Night» o «Slaughtercult». Y digo vieja escuela porqué en directo sonaban más como una mezcla de Motörhead, Bathory y Venom que no a black metal al uso. La fiesta no paro durante los setenta minutos de concierto, logrando la banda que la audiencia acabara totalmente imbuida por el espectáculo. Una mezcla de riffs matadores y canciones devastadoras aunadas con una imagen que combina el corpse paint, la sangre y maneras de ritual todo comandado por esa demoníaca presencia de la vocalista/guitarrista. Nada que objetar, y entre canciones tan endiabladas «Bearer Of Blackest Night» o «Nocturnal March» se llegó al final con la imprescindible «The Dead Hate The Living». Las caras de satisfacción de la audiencia lo decían todo, había sido una gran noche. Una insana ceremonia que pocos rivales tiene a día de hoy sobre las tablas. Sangre, sudor, entrega y black metal. Nada podía fallar.
Texto: Xavi Martínez
Foto: Sergey Kurkin
