Encuentros

Travellin’ Brothers, el blues del Nervión viaja hasta Nashville

Los vascos se han consolidado, tras década y media de carrera y más de mil actuaciones a sus espaldas, como una de las formaciones punteras dentro de la escena europea del blues. A su calidad como instrumentistas y compositores añaden una concepción global del espectáculo que hace que sus conciertos se cuenten por triunfos. Han viajado hasta los estudios Alex The Great de Nashville para dar forma a 13 Avenue South y han confiado en las expertas manos del reputado productor Brad Jones para llevarlo a buen puerto. Una grabación en que manifiestan, una vez más, su versatilidad a la hora de encarar el género, huyendo de encasillamientos, conocedores de que la libertad estilística es la mejor medicina contra la rutina y el estancamiento.

Interrogamos a Aitor Cañibano, guitarrista y una de caras visibles del proyecto Travellin’ Brothers, para charlar sobre el pasado y el presente de la banda.

Lleváis en activo desde el año 2003. ¿Si volvemos la vista atrás como valoraríais la trayectoria de la banda hasta el momento? ¿Esperabais llegar hasta donde estáis ahora? No olvidemos que se habla de vosotros como una de las más brillantes formaciones de blues y aledaños de la actualidad…

La verdad es que este grupo lo montamos con las ideas muy claras, ya teníamos todos cierto bagaje a nuestras espaldas, sabíamos lo que queríamos y lo que buscábamos. Ahora bien, llegar hasta donde estamos, no lo hubiéramos imaginado ni en nuestros mejores sueños. Hemos trabajado mucho y hemos insistido más y creemos haber hecho las cosas siempre bien pensadas, apostando mucho y fuerte y en algunos momentos nos ha acompañado la suerte y hemos estado en el momento justo y en el lugar adecuado, pero como te decía, siempre buscándolo y trabajándolo. Pero creo que lo más importante, ha sido precisamente cuando hemos pasado por malos momentos, que los ha habido, en esos instantes hemos estado siempre unidos y remando todos a una, como una familia que somos, creo que esa es una clave muy importante en el éxito de nuestra trayectoria.

Decís que el Nervión y la industrialización que lo rodea ha influido en vosotros y en vuestra obra… ¿De qué manera?

Bueno, nosotros somos de Leioa, ya sabes la margen derecha, en el extrarradio de Bilbao, pero todos hijos de familias trabajadoras a las que no les sobraba un duro para que sus hijos tuvieran caprichos, por lo que todo lo que hemos necesitado para iniciarnos en la música, nos lo hemos tenido que currar y comprar nosotros mismos, nada de lo que tenemos ha sido por generación espontanea como sucedía en muchos casos con grupos de esta margen, en los que con abrir la boca y pedir ya era suficiente. Nosotros tenemos mucho de trabajo y de saber lo que cuestan las cosas y, por tanto, a eso nos referimos con la influencia de una ría de Bilbao, que ha respirado trabajo y sacrificio en sus márgenes industrializados cuando nosotros empezábamos.

Empezasteis como una banda de blues, pero, paso a paso, habéis ido incorporando de manera natural elementos provenientes de toda la música de raíces norteamericana: Jazz, Swing, Gospel, Country… ¿Evolución necesaria para no caer en el estancamiento? A veces la escena del blues es demasiado purista y no ceo que sea demasiado bueno para el género…

Es cierto que en nuestros inicios estábamos más centrados en el blues digamos más ortodoxo, pero era algo natural, el que inició la banda fui yo y el que empujaba al principio era yo, que quizás sea el más blusero. A medida que los demás han ido cogiendo peso en la banda, hemos ido conjugando los gustos de todos de manera natural y creo que ha sido una evolución lógica y paulatina. Hoy en día somos una banda de blues contemporáneo, es decir, bebemos y nos inspiramos en las raíces más autenticas del género, pero dándole nuestro estilo propio abarcando todas las músicas surgidas del blues y de raíz americana, es lo que más nos llena y enriquece nuestro estilo.

No somos una banda purista ni lo queremos ser, nos encantan los clásicos, pero no somos de imitar, no nos gustan las bandas tributo y a veces en el blues cuando la gente se empeña en imitar a los grandes, a efectos, se convierte en una banda tributo, y escuchar a alguien imitando hasta el acento de un viejo bluesman esclavo del siglo pasado, desde su casa en la Moraleja, con el que no tiene absolutamente nada que ver, resulta un poco ridículo, pero bueno… Nos parecen bien los homenajes a los grandes, pero con el estilo propio de cada uno, eso sí que lo hacemos y nos encanta.

Una cosa que me llamó mucho la atención desde la primera vez que os vi en directo es que siempre habéis tenido un gran sentido del espectáculo. No solo la música si no involucrar al público en el concierto, fomentar la complicidad con la audiencia, la sensación de que hay que divertir y entretener además de tocar buenas canciones. Algo no muy común en todas las bandas… ¿Lo teníais claro desde el principio?

Sí, desde luego, hemos visto miles de conciertos y desde nuestros inicios sabíamos que teníamos que aportar algo más que buena música y nos fijábamos en aquellas bandas que intentaban hacer algo más, para aprender de ellos. Cuando hicimos nuestra primera gira por USA, lo vimos claro, pudimos presenciar en directo a muchas bandas americanas y ver que para ellos la música no era lo único, que hacían de un concierto una gran experiencia vital para los espectadores, y no te hablo de grandes recintos, eso les daba igual. En nuestros propios conciertos allí vimos que la reacción ante nuestro show era muy buena, por lo que nuestra autoestima y confianza crecieron muchos enteros y a partir de ahí, nos decidimos a explotar esa faceta mucho mas y realizar espectáculos cada vez más ambiciosos en lo visual, que ya son marca de la casa. También es cierto que no todo el mundo vale, nosotros lo sentimos así y es algo natural para nosotros, no tenemos que forzarlo, y tener un cantante como Jon que es todo un showman, ayuda mucho.

Hablando de directos… Podéis tener diversas encarnaciones, el sexteto clásico, la Little Band con el añadido de la sección de vientos o la Big Band con toda la exuberancia posible… Queda claro que ir con una u otra formación va muy ligado al presupuesto, pero… ¿Con cuál os sentís más cómodos? Imagino que cada una tendrá sus características propias…

El formato principal, con el que nació, creció esta banda y con el que realizamos la mayor parte de conciertos es el sexteto. Ese es el formato natural y con el que estamos más cómodos y con el que más disfrutamos. El último disco está grabado en sexteto y así vamos a girar, aunque en algunos conciertos incorporaremos otro teclista y una corista para reflejar bien lo que está grabado en el disco. Creo que cada formación tiene su momento y no renegamos de la Little Band o de la Big Band, hemos disfrutado mucho y nos han dado muchas alegrías, incluso mucho prestigio en el caso de la Big Band, por ejemplo, pero con este nuevo disco, no es el momento de estas formaciones, aunque a lo largo de la gira haremos algún concierto con estos formatos.

Continuando con las giras… Pasáis de pequeños clubes a salas de más aforo, de actuaciones más modestas a formar parte de los carteles de los mejores festivales de blues…

Yo creo que lo bueno es combinarlo todo, nosotros cuando, digamos, dimos el salto hace unos cuantos años a los grandes festivales, no abandonamos los clubes, tuvimos humildad e inteligencia para saber combinar ambos y se ha demostrado que fue un acierto. Esto nos permite no echar de menos ninguno de nuestros hábitats y disfrutar en los clubes de la cercanía, del calor y del contacto con el público, y disfrutar también de las grandes audiencias, ver miles de personas cantar y bailar tus canciones, es algo muy grande.

Diría que obtenéis más repercusión fuera del estado y que, incluso, os contratan más allende nuestras fronteras… ¿A qué creéis que es debido? ¿A la perenne falta de cultura musical de este país y a su desinterés por el rock, blues y derivados? ¿Era un objetivo que trabajar por vuestra el de proyectaros hacia el mercado foráneo?

Es cierto que trabajamos mucho en Europa y que incluso viajamos de vez en cuando a USA, pero aquí tenemos y hemos tenido mucho trabajo siempre, nos hemos recorrido el país de una punta a la otra, infinidad de veces, hemos estado en todos los festivales del genero del país, en algunos de ellos hasta en cuatro y cinco ediciones, por lo que no nos podemos quejar. En los últimos 4 o 5 años es cierto que trabajamos casi más en Europa, pero eso es bueno e intencionado, en nosotros pocas cosas son al azar, nos viene bien dejar crecer la hierba por estos lares para poder pasar a cortarla cada cierto tiempo.

Si que vemos que en los últimos años hay una moda o un revival de la música negra en España, pero parece que solo engloba al soul, bandas con traje y corbata con una chica al frente, negra a poder ser… y señores hay algo mas, el blues es la música negra por excelencia, nos resulta curioso que se deja el blues o el jazz primigenio de Nueva Orleans fuera de este circuito, pero las modas son así y así se irán y lo demás perdurara.

El anterior disco, One Day in Norway (2016), lo grabasteis en Noruega. Todos tocando juntos en una sesión y para adelante. Ahora habéis hecho las maletas y habéis recalado en Nashville para este 13th Avenue South. ¿Qué buscáis allí?

La decisión de ir a Nashville tiene más de una razón, en el momento en el que nos encontramos, entendíamos que era el mejor momento para hacerlo, estamos en plena forma, y nuestro sonido es el mejor de nuestra carrera.  Las canciones que teníamos pensábamos que merecían una gran apuesta y buscábamos una producción y un sonido autentico, propio de este estilo que creíamos que solo allí podríamos encontrar. Y, por último, buscábamos una experiencia vital, nos apetecía mucho el reto y la experiencia en lo personal y, por suerte, en este momento nos podíamos permitir este capricho.

Y escogéis a un productor de renombre, nada más y nada menos que Brad Jones. ¿Qué esperabais de su trabajo? ¿Contentos con el resultado?

Estamos encantados, creemos que hemos acertado de pleno, teníamos varias opciones, por suerte todas con un gran interés en trabajar con nosotros, finalmente nos decantamos por la opción de Brad Jones y ha sido un lujo. Es un gran músico, un gran productor, un psicólogo de músicos y hemos trabajado muy a gusto, tanto en la parte de producción como en la de grabación. El resultado creemos que es insuperable, y hemos grabado el mejor disco que podíamos hacer y para el que nosotros en este momento estamos capacitados, estamos muy, muy contentos.

Según tengo entendido lo grabáis también tocando todos al alimón en vivo… Le habéis cogido el gusto a esa fórmula…

Cierto, hemos grabado todos a la vez, pero es algo que hemos hecho siempre, en todos nuestros discos, lo que ocurre es que, en los anteriores, después de grabar todos juntos, se regrababan las voces, los solos, vientos y metales… En los dos últimos discos y sobre todo en este último, hemos grabado absolutamente todos y todo a la vez, incluyendo la voz, los solos y todo lo que hiciera falta (risas). Tanto Brad como el estudio se prestaban a ello, trabajan con esa filosofía y ha encajado muy bien con la nuestra por lo que ha sido un disfrute de grabación.

Participan numerosos invitados, entre otros el guitarrista Alex Schultz, también Earl Thomas pone su garganta igual que Etta Britt… ¿Qué aportan esas colaboraciones? ¿Os gusta trabajar con otros músicos?

Ha sido un autentico lujo trabajar con estos grandes músicos, tanto Earl Thomas como Alex Schultz son grandes músicos contrastados de talla internacional a los que admiramos y con los que por suerte estos últimos años hemos entablado una buena amistad. El disco tanto por las canciones, como por la ejecución de estas, creemos que es muy bueno, y las aportaciones con tanta clase de ambos han sido la guinda del pastel, ¡son unos cracks!

A Etta Britt no la conocíamos personalmente, pero como somos muy fans de Delbert McClinton ya sabíamos que era una voz increíble y cuando Brad nos comento para que fuera la corista, nos hizo mucha ilusión, en el estudio confirmo nuestras expectativas e hizo un grandísimo trabajo. El resto de los que han participado son músicos de gran reputación en Nashville, que le han dado un toque final de color y calidad al disco, ha sido un placer trabajar con todos ellos y todo esto nos enseña y nos enriquece para seguir creciendo.

Será publicado en vuestro propio sello discográfico, Magnolia Records, que creasteis para editar el citado One Day in Norway. ¿Qué razones os llevaron a crearlo? ¿No es añadir todavía más trabajo y dedicación a las de preocuparse del día a día de la banda?

Así es, bastante más trabajo (Risas), pero cuando uno trabaja para sí mismo, la ilusión y la dedicación que pone en el asunto no es comparable a la que otros harán por ti. Puedes tomar las decisiones que creas más acertadas y más interesantes para el proyecto sin tener que dar explicaciones a nadie, cuando aciertas, la satisfacción es doble, y cuando fallas, te la comes con patatas, agachas la cabeza y a currar de nuevo para volver a acertar, no hay más. Como te decía antes, el trabajo no nos asusta, es algo que va en la filosofía de la banda.

Para finalizar, soy un gran aficionado al género, pero la verdad es que no veo muy alentador el panorama presente. Veo, escucho, mejor dicho, demasiados guitarristas preocupados por epatar con su técnica, mucha digitación y poco sentimiento, y escasos artistas que ofrecen realmente algo que enganche con frescura. El blues continúa viviendo de los referentes del pasado e incluso diría que hay un problema de público. En Barcelona, donde resido, las Jam Sessions suelen estar llenas y, en cambio, artistas como Boo Boo Davis, Delta Moon o Doghouse Sam & His Magnatones se las ven y se las desean para vender entradas… ¿Cuál es vuestra opinión?

Este es un tema polémico y complicado. En cuanto a los nuevos artistas yo creo que sí que los hay, pero claro, el blues y las músicas de raíz tienen una gran historia y es inevitable que los grandes mitos aparezcan una y otra vez y se establezcan comparaciones. En nuestra opinión, es hora de darse cuenta de que estamos en otra época y que, sin olvidar a los grandes mitos, hay que dejar hacer a las nuevas generaciones que aporten su savia nueva sin entrar en comparaciones, si no estaremos perdidos en el día de la marmota sin poder salir.

Sobre el otro tema, nosotros somos de canciones, nos gusta escuchar buenos temas y ver buenos y espectaculares conciertos, que nos transmitan, no somos muy de Jam Sessions, por lo menos de las preparadas, nos encantan las improvisadas después de los conciertos o festivales, en los camerinos, en los hoteles y compartir con músicos de otros países y culturas, pero las organizadas que son sustitutivas de conciertos, en las que además, suele ser un tema de ver quien la tiene más grande, no nos mola nada. Parece que en las grandes ciudades están floreciendo y quitando espacio a los conciertos y es una pena, pero nosotros ya tenemos bastante con sacar adelante nuestro proyecto, como para meternos en jardines de estos. Cada uno sabrá lo que hace y es libre de ir a una jam o ir a un concierto, nosotros desde luego elegimos los conciertos.

Manel Celeiro

http://travellinbrothers.com/

https://travellinbrothers.bandcamp.com/

 

 

 

 

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