Discomático

Van Morrison – Versatile (Caroline–Music As Usual)

Solo los más grandes van por libre y sienten una única atadura con el público, un único compromiso: compartir esa libertad cuándo y cómo les plazca. Paradigmático es el caso de Bob Dylan, degustando el tiempo y cantando con voz castigada al amor, revisitando los standards que popularizó Sinatra en Shadows in the Night (2015), y a contracorriente una vez más en Fallen Angels (2016), para terminar —hasta próximo aviso— de rememorar el ‘’cancionero americano’’ en un álbum triple, Triplicate (2017).

Si Dylan hace lo que quiere, Van Morrison es otra leyenda que está hecha de esa misma pasta, con una producción al alcance de muy pocos. En 2016 firmó uno de los mejores discos del año, Keep Me Singing, hace apenas tres meses nos golpeó con Roll with the Punches, piezas fundamentales de la historia del blues y el soul, y ahora nos regala Versatile —su álbum de estudio 38—, un puñado mágico de standards del jazz vocal que lo empujaron a cantar y marcaron sus primeros pasos, un traje que le sienta eternamente joven a sus 72 años.

Estamos ante una masterclass más del León de Belfast como intérprete y arreglista, clase y elegancia por los cuatro costados. Temas que imaginamos escuchando por primera vez a un pequeño George Ivan Morrison, pegado a una vieja radio en la Belfast de posguerra, ante los que quedó prendado para siempre. Respeta cada pieza y la hace suya a fuego lento, fraseando como nadie en «Bye Bye Blackbird», el «I Get a Kick out of You» de Cole Porter o el canto al desencanto del matrimonio en «Makin’ Whopee».

Además, en estas dieciséis piezas encontramos seis composiciones propias que brillan como clásicos, desde la inicial «Broken Record», con Van demostrando en esa repetitiva frase que le corre el swing por las venas, a una «Take It Easy Baby» con regusto a blues, piano efervescente y una insinuante sección de vientos que nos atrapa, o la energía contenida de «Only a Dream», que seguro explota e ilumina como fuegos artificiales en directo.

En este homenaje jazzístico le acompañan grandes músicos, como su habitual teclista y director musical Paul Moran, Dave Keary a las seis cuerdas, Jeff Lardner a la percusión o James Galway, que suma su flauta a una mística versión de «Affirmation», de José Feliciano, donde serpentea junto al saxo alto de Sir Morrison, omnipresente y esencial en toda la obra.

Puede que haya perdido pasión, pero sigue siendo inimitable, la voz a batir. En Versatile vuelve a demostrar que pocos respetan y aman la música tanto como él.

 

DAVID PÉREZ

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