Discomático

Bert Jansch – A Man I’d Rather Be Part I/II (Earth Recordings)

Es una pena que Bert Jansch no haya llegado a disfrutar en vida del aluvión de reediciones de su obra que nos viene llegando en los últimos tres o cuatro años. A pesar de su fama de huidizo y alérgico a los focos, sin duda le hubiera encantado el cariño con el que el sello Earth Recordings está tratando su legado discográfico. En estas dos cajas de cuatro CDs o LPs se recogen sus ocho primeros discos en orden cronológico, anotadas por Bill Leader, productor de muchos de ellos, y con los textos que originalmente acompañaban los discos, algunos del propio Jansch, más las consabidas fotos inéditas. En la primera están los cimientos de su posición como referente de la guitarra acústica. Los austeros Bert Jansch y It Don’t Bother Me, editados en 1965, deslumbraron más allá del mundo del folk y llegaron a capitostes del rock como Neil Young o Jimmy Page, que además de admirarlos no se cortaron en plagiar sus hallazgos, una entente de folk, blues y jazz sostenida por una técnica deslumbrante.

En Jack Orion ya se atreve a expandirse en compañía de John Renbourn (casi diez minutos de desparrame acústico en el tema titular), con el que compartiría el relajado y casero Bert & John, con distinguida visita al repertorio de su querido Charles Mingus. A partir de Nicola, ya en la segunda caja, llegan los cambios, con puntuales arreglos pop (guitarras eléctricas, cuerdas) denostados en su momento pero que hoy suenan sensatos y precursores de nuevas rutas. Birthday Blues deja notar su estancia en Pentangle, con parte del grupo animando el ambiente, menos apesadumbrado de lo habitual.

Al contrario, Rosemary Lane quizá sea la reacción al grupo, una vuelta a su versión más sobria y esencial, un prodigio de técnica instrumental y sensibilidad compositiva. La caja se cierra en 1973 con Moonshine. Seleccionando un repertorio compuesto de temas tradicionales y originales casi a partes iguales, Jansch brilla cuando se acerca al territorio renacentista que frecuentó su amigo Renbourn, y por supuesto cuando se queda solo con su guitarra. Lo mejor, sin embargo, llega con las piezas largas que muestran un grupo que suena tan inspirado, o quizá más, como Pentangle en sus últimos discos.

 

Texto: Carlos Rego

 

 

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