Encuentros

The Strypes, a la tercera va la vencida

 

El jovencísimo cuarteto irlandés vuelve a tomar las riendas de su carrera tras un segundo álbum mediatizado por el inesperado éxito de su debut, Snapshot. Hablamos con ellos de Nick Lowe y Wilko Johnson, y del flamante Spitting Image. Lo tienen claro… Nos visitan para presentar sobre las tablas el material de su nuevo álbum. Serán tres conciertos para amantes del pub-rock y la nueva ola más roquera. Estas son las fechas: 2 de febrero, Kafe Antzokia, Bilbao; 3 But, Madrid; y 4 Apolo, Barcelona.

 

 

El jovencísimo cuarteto irlandés vuelve a tomar las riendas de su carrera tras un segundo álbum mediatizado por el inesperado éxito de su debut, Snapshot. Hablamos con ellos de Nick Lowe y Wilko Johnson, y del flamante Spitting Image. Lo tienen claro…

 

Parafraseando el título de un disco en la memoria de todos, “demasiado pronto, demasiado deprisa” sería una sentencia que resumiría adecuadamente la corta y meteórica carrera de estos niñatos que dinamitaron la escena musical británica hace cuatro años con Snapshot (Virgin, 2013) arrebatado exabrupto de R&B y pub-rock en estado crudo. Seguramente debido a sus rudas maneras, exención de glamour alguno y nulos réditos comerciales, no es raro que el anquilosado orbe pop, en su manifiesta incapacidad de ofrecer progresión alguna, haya obviado revisionar el pub-rock, como ha hecho con otros estilos musicales; sin duda mucho más lo era que esta llegara de la mano de músicos cuya edad oscilaba entre los 15 y 16 años. Con cuatro discos editados en el mismo lapso de años, The Strypes han transitado por las ardientes brasas musicales de su debut, para después dejarnos helados con una secuela, Little Victories (Virgin, 2015), en la que las turbias manipulaciones de la industria musical hicieron acto de presencia, intentando guiar al cuarteto hacia el mainstream pop netamente British. Entre uno y otro se sitúa el reciente Spitting Image, en el que en una progresión más lógica, abrazan parámetros new wave, poniendo de manifiesto que sus músicos de cabecera siguen siendo más Elvis Costello que Arctic Monkeys, a Dios gracias.

Recién aterrizados de una gira por Japón, donde cuentan con una fiel y numerosa parroquia de seguidores, Evan Walsh, batería de la banda y compositor de la mayoría de los temas, responde al cuestionario rutero.

Antes de entrar en materia con el nuevo disco, repasemos vuestra trayectoria, eráis muy jóvenes cuando comenzasteis, casi unos Beach Boys o Jackson 5 irlandeses, ¿hubo influencia de vuestro entorno familiar para que os dedicarais a la música?

Sí que la hubo, todos crecimos tocando música, venimos de familias relacionadas con la música a diferentes niveles, por lo que respirábamos este ambiente desde la cuna y con el tiempo tuvimos claro que ese era nuestro objetivo, ser músicos profesionales. Antes de formar la banda ya tocábamos juntos, yo toco la batería desde que tenía tres años, Josh y Pete son guitarristas desde los cinco y creo que Ross ha cantado siempre, por lo que me hace gracia pensar que somos una especie de Jackson 5, aunque sin la parte del baile [Risas].

¿Existía escena pub-rock en Cavan en aquel entonces? Es un tipo de música poco asociada a un teenager del siglo XXI, nada tiene que ver con lo que escuchaban vuestros compañeros de instituto, imagino…

Realmente la escena musical de Cavan es muy similar a otras muchas ciudades irlandesas, las bandas de ciudades tan pequeñas como la nuestra tienen que irse a Dublín para adquirir alguna notoriedad. Nuestros gustos musicales eran poco habituales entre nuestros compañeros de colegio, sobre todo porque nuestras influencias provienen de bandas minoritarias. Pertenecemos a una generación que tiene muy fácil rastrear la increíble historia de la música, con tantas cosas interesantes que escuchar, y teníamos compañeros que estaban tan interesados como nosotros, si bien he de reconocer que para la mayoría de la gente joven la música tiene escasa importancia, más allá de un soniquete de fondo para oír en el móvil.

¿Qué sonaba en el tocadiscos de vuestras casas? ¿Eran vuestros padres o hermanos mayores aficionados al R&B?

Por increíble que parezca en ninguna de nuestras casas había tocadiscos, aunque mucha gente piensa que somos unos frikis de los vinilos y el rollo vintage; casi todo lo que oíamos ya venía en formato CD, en descargas o viendo You Tube. En nuestras casas sonaba mucha música en la radio, y la mayoría de nuestros familiares tocaban algún instrumento, por lo que el caldo de cultivo estaba allí.

Como fue asimilar el éxito de aquel fabuloso Snapshot, parece que no se os fue mucho la cabeza, mantuvisteis los pies en el suelo, una actitud muy madura para vuestra juventud.

Pues fue un auténtico torbellino, y pienso que los cuatro estábamos flipando y un poco asustados por lo que nos vino encima. Nuestra intención era pasárnoslo bien tocando, en ningún momento hubo objetivos comerciales, pero de repente nos encontramos que con 16 años tuvimos que dejar la escuela, firmar un contrato discográfico y grabar un disco a todo meter. Quizás por eso Snapshot capturó la energía espontanea que irradiábamos en aquel momento, energía que también se trasladó al escenario. Pienso que manejamos todo aquello bastante bien, a pesar de nuestra juventud mantuvimos los pies en la tierra en todo momento, con una actitud descreída y cínica, por lo que no nos impresionó toda la maquinaria de la industria musical, teníamos claro que queríamos hacer las cosas a nuestra manera y mandar a la mierda todo lo demás.

El mismísimo Wilko Johnson os manifestó su apoyo, subiéndose con vosotros al escenario a interpretar clásicas como «She Does It Right», imagino que aquello fue como soñar despiertos. Algún consejo os daría el viejo doctor.

Joder, aquel día en Canvey Island fue una experiencia increíble, compartir escenario con una de nuestras mayores influencias, fue la culminación de un sueño, Wilko es un músico fascinante. Cualquiera pensaría que el día que se encuentre con alguno de sus héroes este le va a dar algún consejo útil, pero lo cierto es que no nos dijo apenas nada, toco increíblemente con nosotros y eso fue todo, ¡ya sabes que es un tanto excéntrico también!

Que ocurrió con el segundo disco, Little Victories, a que se debió esa mutación tan radical que dejó a muchos fans un tanto descolocados, ¿quizás presiones de la compañía discográfica?

He de reconocer que hubo demasiados factores que contribuyeron al cambio de sonido en este segundo álbum, demasiada gente dando su opinión, y eso lo fastidió todo, el resultado de ese disco nos dejó muy descontentos, por lo que para Spitting Image pusimos todo nuestro empeño para volver a manejar la situación y hacer las cosas a nuestra manera, de esta manera el disco es el resultado de nuestra natural progresión, en ese sentido elegir a Ethan Johns ha sido un acierto total.

Ya que lo mencionas, ¿cómo ha sido trabajar con él como productor, cuál ha sido su aportación musical?

Trabajar con él es disfrutar, escucha la opinión de todos y saca lo mejor de cada músico. Teníamos escritas unas veinticinco canciones, y su labor de depuración y elección final fue de gran ayuda. Es un músico entusiasta, muy pasional y con gran sentido del humor, por lo que currar con él es muy fácil.

En la portada creo ver un velado homenaje a Nick Lowe, hubo algún intento de contar con él como productor, imagino que es una de vuestras referencias musicales.

Has acertado, era fácil [Risas], Nick Lowe es uno de nuestros héroes y Jesus of Cool uno de nuestros discos favoritos de todos los tiempo, por lo que tuvimos claro fijarnos en esa referencia a la hora de currar en la portada, y además la composición de temas para el álbum ya tenía una clara inclinación new wave, por lo que todo encajó de maravilla. En cuanto a la segunda parte de tu pregunta, lo cierto es que nunca le hemos ofrecido producirnos, creo actualmente ya tiene bastante con trabajar en sus propios discos.

¿Os empapasteis de los clásicos de aquella época mientras grababais el disco? Se aprecian rastros de Brinsley Schwarz y Graham Parker, entre otros…

Sí que hubo muchas influencias de las que mencionas rondándonos la cabeza mientras preparábamos el disco, pero no de una forma premeditada, esos artistas han sido referencia para nosotros desde hace mucho tiempo. Quizás al principio nos inclinamos más hacia el blues, pero ahora no pudimos resistirnos en recrear ese estilo que tanto tiempo nos ha acompañado. Concretamente de Brinsley Schwarz nos atrae esa combinación de sutilidad y fuerza que tienen sus temas, algún toque de saxo como el de «Great Expectations» viene directamente de ellos; y de Graham Parker la tensión que tienen sus grabaciones, especialmente sus discos con The Rumour, me viene ahora a la memoria Squeezing Out Sparks.

En este nuevo disco trabajáis de manera notable las armonías vocales, cuidando mucho este aspecto desde la inicial «Behind Closed Doors».

Lo ideal es que a esa pregunta te respondiese Josh, que es el que se ocupa de la mayoría de las letras y por tanto de la parte armónica, aunque es obvio que los coros han ocupado un lugar preponderante en nuestros nuevos temas, que son más cercanos a la sutilidad del pop que a la rudeza R&B. En cuanto al significado de los temas he de decirte que la mayoría hablan de la vida en una pequeña ciudad y de las responsabilidades que gente tan joven como nosotros tenemos que afrontar para decidir algo tan complicado como que camino queremos seguir en la vida.

Como confeccionáis actualmente el repertorio en vivo, después de tres discos tan poco homogéneos.

Pues es una labor emocionante y un tanto jodida, la verdad, aunque hemos de focalizarnos en nuestro último disco que estamos promocionando, pero sin desatender viejos temas, sabemos que parte de nuestros seguidores se engancharon a nosotros con Snapshot y vienen a los conciertos a oír el viejo material, dejarlos sin «Blue Collar Jane» sería una autentica putada, estos primeros temas volvieron loca a mucha gente y queremos darles lo que piden. En todo caso vamos variando regularmente el set-list para mantener sacarle todo el jugo a nuestro repertorio y no repetirnos demasiado.

Un periodista indiscreto os preguntó acerca del viciado entorno del rock’n’roll, si teníais alguna adicción, a lo que respondisteis que solo a las galletas Digestive Chocolate: ¿mantenéis ese funcionamiento tan sano?

Pues en lo que a mí respecta sí que mantengo lo que se podría llamar una vida sana, ni Pete ni yo bebemos apenas, y los otros dos no mucho más de lo que pueda beber una persona normal en cualquier otro oficio. Cuando estás de gira no tenemos mucho tiempo para desbarrar, salimos por ahí a dar una vuelta para conocer la ciudad y divertirnos, pero lo cierto es que girar es un curro muy duro y demanda tener la cabeza en su sitio. Me sorprende la cantidad de gente que nos pregunta sobre este tema y espera una respuesta irresponsable, tengo en mente la cantidad de artistas que admiro que han caído en adiciones tremendas y la han palmado, una pena. Nos tomamos este tema muy en serio, conozco a no pocos que se han creído eso del ‘’rock’n’roll way of life’’ y se han convertido en unos completos perdedores.

¿Continuáis viviendo en Cavan, como es la vida en un pequeño pueblo del Ulster?

Sí, todavía vivimos con nuestras familias en Cavan, sigue siendo el sitio donde somos más felices y mejor lo pasamos, es un pueblo muy pequeño con mucha paz y un modo de funcionar muy relajado, pero nos gusta. No está muy lejos de Dublín por lo que es fácil acercarse allí para ver un concierto o lo que sea. Personalmente echo de menos mucho de menos mi casa cuando estoy tirado en algún país remoto, siempre pienso que ¡como en casa en ningún sitio!

 

Bo Diddley y Brinsley Schwarz veraneando juntos en Canvey Island veraneando

No es raro que cuando la entrevista se realiza mediante el envío de un cuestionario las respuestas sean frías y breves. Justo el contrario es el caso de The Strypes, que en su colaboracionista verborrea me han obligado a una exhaustiva labor de poda para constreñir sus alargadas respuestas al formato de entrevista al uso.

Máxima expresión de este entusiasta labia se manifiesta cuando inquiero acerca de sus influencias musicales y de que bandas y artistas han moldeado personalidad. La lista que me sueltan daría para mucho más espacio del que disponemos, y abarca desde pioneros como Howlin’ Wolf, Jerry Lee, Bo Diddley o Chuck Berry, incluye lógicamente a los padres fundacionales del pub-rock, algunos favoritos de los lectores de esta revista (Flamin’ Groovies, The Sonics, Johnny Thunders) y alguna que otra sorpresa, caso de Squeeze o Fountains Of Wayne.

Su trabajo más contundente y el que los puso en el punto de atención mediático, Snapshot, bebe directamente de la imparable trilogía con la que debutaron Dr. Feelgood, como denotan no pocos detalles: el single «Blue Collar Jane» es un torbellino de ritmo imparable, adornado con unos toques finales de armónica que nos traen a la memoria al gran Lee Brilleaux, mientras que esas ráfagas de ametralladora/guitarra eléctrica son deudoras de su posterior mentor Wilko Johnson, como también sucede con «Mystery Man». Tampoco creo que sea casualidad que una de las versiones incluidas en su debut sea «I Can’t Tell» de Bo Diddley, que también aparecía en Malpactrice de los doctores. Otra de los temas prestados en dicho trabajo es el clásico «You Can’t Judge a Book by the Cover» atribuido asimismo al hombre de la guitarra rectangular. Es una canción versionada hasta el infinito, pero nada más oírla me recordó a la que grabaron Yardbirds con Jeff Beck a las seis cuerdas, otras de sus bandas de cabecera.

Pasaremos de puntillas por Little Victories, donde como ya se reportó en esta revista y reconocen ellos mismos en esta entrevista, las muchas expectativas creadas por una banda tan joven hizo que muchos quisieran meter los hocicos donde no les correspondía, con penosos resultados. Un día tonto lo tiene cualquiera.

Prueba de que lo anterior no fue más que un mal paso lo evidencia Spitting Image, en el que las aromas de la efervescente new wave británica toman cuerpo en trece temas briosamente poperos. Si bien algunos de los nombres sagrados de dicho movimiento están muy presentes en este nuevo cancionero, sin ir más lejos Elvis Costello sobrevuela la inicial «Behind Closed Doors», o ese desnudo brío tan propio de Graham Parker toma cuerpo en «A Different Kind of Tension», me llama positivamente la atención que se hayan fijado en una de las más notables, y menos reconocidas, bandas de aquellos años, y me refiero a Brinsley Schwarz. Ese murmullo de tensión interior que hacían inconfundibles sus temas está presente en «Easy Riding», mientras que detalles tan sutiles propios de la banda donde militó Nick Lowe se manifiestan en la bonita guitarra acústica que inicia «Great Expectations», así mismo en sus sutiles arreglos de saxo. Un punto a su favor.

 

Texto: Manuel Borrero

Foto portada: Dena Flows (Azkena 2016)

 

 

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