Encuentros

Lendakaris Muertos, «Nos tomamos el cachondeo muy en serio»

Cuando no existan los echaremos de menos. Hacen de sus canciones pequeñas obras subversivas, cargadas de humor, inteligentemente explícitas, a la la vez que engañosamente críticas. Quizás se trate de la banda punk más estimulante de la escena nacional, y la intensa relación que han conseguido forjar con sus seguidores a lo largo de los años, y su irreverencia apuntada con mirilla de precisión, les convierte por derecho propio en una banda especial y carismática. Y además son buena gente.

Habladnos un poco del disco. ¿Qué encontrará diferente respecto a lo que habéis hecho hasta la fecha en él quien se acerque a este «Podrán cortar la droga pero no la Primavera»?

Aitor: Es un poco difícil de contestar. Creo que quien se compra un disco de Lendakaris tiene claro lo que quiere escuchar, igual que cuando te compras un disco de AC/DC o Los Ramones, donde ya sabías lo que había y no querías otra cosa. La diferencia de este disco quizás es que es más inmediato porque lo compusimos y grabamos en agosto mientras girábamos por Sudamérica. Siempre hacemos las canciones rápido, pero tan rápido como éstas no las habíamos hecho antes, alguna tenían un mes de vida antes de grabarla. Todo muy inmediato. Lo que salía se grababa.

Jokin: Más fresco imposible.

Podrán cortar la droga pero no la primavera es vuestro 8º disco de punk, denuncia social, un disco de verdades… ¿aún quedan cosas por las qué luchar y de las que quejarse?

Jokin: Sí, yo creo que cada vez es más fácil, te lo ponen a huevo. Hay mil temas para escribir canciones.

En el disco hay varios temas que giran en torno a la sociedad ultra alienada a través de la tecnología. ¿Creéis que vivimos en una sociedad más atontada que antaño?

Aitor: Sí, si que es cierto. Y nos incluimos nosotros incluso. Pero yo creo que , sin parecer agorero, que el tema de los móviles es muy adictivo. En una época la gente podía estar preocupada por las drogas, pero al final las drogas las toma una parte importante de la sociedad, pero es sólo una parte. Pero con los móviles estamos todos, algunos más que otros. Si ves a los chavales jóvenes y adolescentes, o a los que tenemos hijos, como me dijo un padre hace poco “a los pocos chavales que no tienen móvil, ya les hacen bullying directamente”. Y yo le dije, y a los que tiene móvil también les hacen bullying con el móvil. Estamos todos jodidos. No es que sea una plaga, pero está muy extendido. Y está todo el mundo igual, por todos los países. El mundo de la tecnología, los móviles, las redes sociales están muy bien, a las bandas nos sirven, y son muy útiles para los trabajos, pero me da la sensación de que está muy desbocado.

Antes vivíamos en una sociedad más humana…

Jokin: To creo que sí. Han cambiado mucho las relaciones personales. Las cuadrillas de chavales están en la calle y cada uno a su película. ¿no hablan? ¿Hablan por el móvil? Pero si estáis al lado. Es como si la gente estuviera más a lo suyo, sin que le moleste nadie.

Y ese título, “versionado” del “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, de Neruda al margen de la ironía implícita, esconde algún tipo de broma, homenaje o vínculo artístico con el poeta, o es una broma?

Aitor: Es una broma, como todo lo que hacemos, pero sí que tiene detrás algo más. Luego está sujeto a interpretaciones de cada uno. La primavera puede ser una metáfora de una revolución o un alzamiento, como por ejemplo fue la Primavera Árabe. Generalmente nuestras letras y nuestros títulos aunque sean de coña tienen un mensaje más o menos subliminal oculto. Una vez nos dijeron que éramos un grupo “subliminalmente antisistema”, y nos gustó.

Una pregunta comprometida. Vuestra relación de amor y oda a las drogas es broma, postureo, o reivindicáis cierta tolerancia y libertad personal en la decisión de su uso y consumo. ¿Os preocupa que se os malinterprete?

Aitor: Generalmente en nuestras canciones que hablan sobre drogas a la gente que no tiene relación con las drogas y que no tiene relación con el grupo, por ejemplo gente mayor, piensan que hacemos apología de las drogas; en cambio esas mismas canciones a la gente que toman drogas, por ejemplo speed, del que hablamos mucho, piensan que criticamos el uso de las drogas. Se da esa doble lectura. Igual podría preocuparnos que después de escuchar nuestras canciones chavalillos empiecen a tomar drogas porque les parece atractivo al escucharlo en esas canciones. Aunque lo dudo. Pero sí que hay también una crítica implícita en esas letras; nunca sabes qué va a hacer la gente cuando escuche tus canciones.

Creéis que se lanza un mensaje confuso…

Aitor: No lo había pensado nunca. Lo había pensado quizás con las canciones políticas, que quizás te preocupa más que te acusen de apología de esto o lo otro, pero no con las que tratan sobre las drogas. Empezamos a hablar de las drogas desde el primer disco. Y empezó de coña porque nadie hablaba de forma igual tan abierta de las drogas. Todo el mundo sabe que se toman drogas pero nadie lo decía, excepto los que fuman marihuana que hacen una apología completamente abierta porque está socialmente mejor visto.

Da qué pensar, ahora que lo dices. Quizás un chavalillo joven que no tenga aún mucha capacidad de crítica…

Jokin: …podría ser, pero yo creo que no…

Vosotros habéis elegido el camino de la ironía y un cierto humor para la denuncia. ¿Lo hacéis porque creéis que es la mejor forma de llegar a la gente o simplemente porque os apetece expresaros de esa forma?

Aitor: Ambas. Nos gusta dar los mensajes así, nos lo pasamos bien, nos ha funcionado. Si tuviéramos unas letras como otros grupos punkis seguramente no estaríamos aquí, seríamos uno más. Una de las cosas que nos diferencia son las letras y cómo tratamos los temas.

¿Es más fácil hacer punk como el de Lendakaris cuando se tiene 20 años en lugar de cuarenta y pico?

Jokin: Esa es buena pregunta. La verdad es que yo pienso que no. Cuando la música te sale de dentro no es más difícil tengas 25, 35 o 50. Lo que está claro es que en un grupo cuantos más discos, cada vez es más difícil hacer canciones buenas. Cada vez hay que superar tu propio listón, y cada vez es más difícil.

Aitor: Es de las mejores preguntas que nos han hecho… En el grupo somos todos mayores, no somos ni veinteañeros ni treintañeros. Sí que tenemos todos la pasión por la música. A todos nos gustan diferentes tipos de música, pero para tocar preferimos la caña. En el disco anterior sí que bajamos premeditadamente la velocidad, porque ya nos conocemos, llevamos muchos años juntos, y en directo nuestro batería, el Potxeta tiende a acelerarse, pero en el estudio tiende a ralentizarse. Antes tenía la claqueta al grabar y si estaba a 120 le decíamos al del estudio que la pusiera a 130 sin decírselo al Potxeta. Así él pensaba que iba a 120 pero iba un poco más rápido. Pero en Cicatriz en la Matrix, después de ensayar las canciones decidimos bajarlo al grabar, porque en el anterior sí que íbamos muy rápidos. Aunque luego en directo las aceleres, que eso gusta, al final si escuchas el disco en casa o en el coche, si es todo muy acelerado se podría hacer pesado. Tenemos gente que nos escucha de todo tipo, no sólo chavales que quieren caña.

Lo que sí que es cierto es que las letras que hacemos tienen mucho que ver con la edad. No sé si un chaval de 18 o 20 años lo podría hacer, pero las letras son más de lo que parece, aunque parece que sólo hablen de drogas y protesta política. Yo cuando tenía 20 años no tenía esa capacidad de análisis, la verdad.

Jokin: De todas formas, si no pudiéramos, ya habríamos bajado el pistón en los discos, haríamos canciones más lentas quizás. En los conciertos tocamos 40 canciones.

 ¿Y es también más difícil de escuchar punk como el vuestro conforme nos hacemos mayores? ¿Los de 40 pierden las ganas de divertirse, o están menos comprometidos?

Jokin: Yo creo que eso depende más de la actitud de cada uno. Hay gente que conforme va cumpliendo años igual ya ni escucha música en casa. Creo que es un nivel personal de cada uno. También va por épocas, unas en las que escuchas mucha música y otras en las que ni escuchas. En lo de ir a conciertos sí que creo que influye la edad. También hay mucha gente de 40 que va a los conciertos pero ya no está en las primeras filas, los ve más tranquilo.

Aitor: La evolución natural de una persona es madurar. Que no quiere decir que los que van a los conciertos sean inmaduros. Además si tienes familia e hijos tienes otras prioridades que ir a conciertos. Está claro que es más fácil que a un concierto nuestro vaya gente de entre 20 y 30 años, que uno de 40 o 50. Es ley de vida.

¿Grabáis para tocar o tocáis para grabar?

Jokin: Lo de pasarnos 3 meses grabando no es nuestro caso (risas). A nosotros nos gusta grabar, sí. Pero lo que realmente te gusta es tocar, y tocar en directo. Y te gusta grabar porque lo que quieres es hacer temas nuevos para compartirlos y que la gente escuche el trabajo que has hecho. Claro que te hace ilusión. Los discos los grabamos en un mes o mes y poco, con todo el proceso.

Aitor: El anterior, Cicatriz en la Matrix, lo grabamos en 6 días. Para mi es un coñazo. Desde que empezamos a hacer las canciones hasta que está grabado, pasa un mes o mes y medio. En el estudio estamos lo mínimo posible. Cuanto terminemos, mejor. Además creo que la música lo pide. Cuando leo que Metallica -que me gusta mucho- se ha pasado 5 meses en el estudio, y están un mes probando la caja o la batería, creo que eso debe ser hasta malo. Ellos hacen otro tipo de música, y es diferente, pero la nuestra no lo pide. También hay grupos que sacan un disco para alimentar una gira, que no lo veo mal, pero no es nuestro caso. Hay algunos grupos grandes de fuera que me gustaría ver pero no voy, porque me pongo en la piel del cantante y creo que deben estar pensando en la lista de la compra de mañana. Es su trabajo, lo entiendo, es respetable.

Jokin: Yo no lo entiendo eso. Tocar no es estar poniendo tornillos en una fábrica. Salir a tocar y que te pongas nervioso es lo mejor que hay en el mundo. Y aunque no tuvieras la misma ilusión, tienes que tener un respeto por la gente que está ahí pagando por verte a ti. Yo cuando pienso que a una firma de disco viene gente a verte a ti, me pongo cachondo.

¿Qué opinión os merece de los que dicen que el punk es un estilo de menos valor que otros, y especialmente en España?

Aitor: A grupos como nosotros siempre nos han tomado menos en serio. Está claro que la música que hacemos es más sencilla pero nosotros somos un grupo que llevamos años juntos, creo que tocamos bien, estamos engrasados. Cada músico sabe tocar su instrumento. El punk lo puede hacer cualquiera y eso es bueno. Pero lo puedes hacer bien o mal, y creo que nosotros lo hacemos bien. Intentamos cuidar la afinación, nuestros instrumentos. Nos lo curramos, y queremos hacerlo bien.

Jokin: Cuando los Ramones estaban en vida y tocaban decían que eran muy malos y que sólo tocaban con 3 acordes. Ahora que se han muerto todos o casi, son Dioses, les hacen tributos y los tratan de musicazos. Al final es cuestión de hacer buenas canciones, cada uno en su estilo. Si es tan fácil hacer esas canciones tan buenas, ¿por qué no las hacías tú? Para tocar en un grupo punk no hace falta ser un virtuoso, pero también hay algún virtuoso que no se comen un rosco. Conozco guitarristas muy buenos, virtuosos, pero cuando se ponen a hacer temas propios no se aguantan ni ellos, aunque toquen la de Dios.

Aitor: Detrás de Lendakaris hay un trabajo muy serio. Aunque cantemos en cachondeo, nos lo tomamos muy en serio. Y lo hemos hecho siempre.

¿Habéis recibido críticas por no ser suficientemente “puros” -dentro de lo esnob que es la palabra en sí y el contrasentido que supone- como banda punk por aquellos que se dedican a dar el “carné de punky”?

Aitor: Sí, nos han criticado. Está claro que no somos punkis al uso. El potxeta fue punky. Eso ya nos da un pedigrí (risas)

Jokin: A conciertos nuestros es cierto que no vienen muchos punkis de cresta; no sé si hay mucho aún…

Aitor: Venían más al principio. Luego cuando seguimos nuestro camino natural muchos renegaron de nosotros. Algunos venían a criticarnos. Ahora ya no vienen, lo hacen por internet. Al final evidentemente nosotros estamos metidos en el sistema, la vida que llevamos está en él; y lo criticamos sobre todo porque lo conocemos desde dentro, mucho mejor que algunos de esos punkis. Creo que también es necesario criticarlo desde dentro. Si fuéramos punkis verdaderos como ellos, está claro que no tendríamos estas letras, y supongo que nos habríamos extinguido hace muchos discos (risas). Los que nos critican creo que lo hacen porque dicen que vamos de punkis cuando no lo somos -porque realmente no lo somos-, como si nos aprovecháramos de esa imagen punk para lograr lo que estamos logrando, y eso es erróneo. Si hemos logrado cosas es porque somos como somos. Y todo el mundo sabe como somos. Ni vivimos en una casa ocupada ni estamos en un andamio metiéndonos un chute.

Ahora en nuestros conciertos hay de todo, y eso nos gusta mucho. Al principio sólo había tíos, super jóvenes, punkis y feos, luego empezaron a venir tías (risas). Ahora hay punkis, universitarios, indies, heavies, etc. Mucha gente viene a vernos porque le gustan las letras. Incluso hay gente que nos dice que nunca había escuchado punk pero que se ríen con las letras. Y nos gusta. Por ejemplo, hay grupos de hip hop que hacen canciones con protesta , como Los Chikos del Maiz y también ves a muchos punkis y rockeros en sus conciertos porque les gusta lo que cantan.

¿Ser políticamente incorrectos os ha cerrado puertas?

Aitor: Sí que nos ha pasado, pero no lo hemos notado, creo. Hemos tenido detrás la Asociación de Víctimas del Terrorismo que enviaban una carta a cada sala a la que íbamos a tocar. La tenemos guardada. Era una amenaza velada diciendo que “si usted contrata a este grupo despídanse de subvenciones -sin decirlo, pero se entendía perfectamente-. Luego de ayuntamientos nos han llamado muy poco desde siempre supongo que por el nombre allí en Euskadi, donde hay muchos ayuntamientos de PNV (risas). Pero eso a la larga nos ha ayudado porque cuando vino la crisis el dinero público desapareció y un montón de bandas que cuando nosotros empezamos estaban en lo alto y se hacían las giras de ayuntamientos y fiestas, desaparecieron del panorama. Y nosotros seguimos tocando porque nunca nos habían llamado de ayuntamientos. Sólo íbamos a salas, a festivales o a alguna fiesta concreta. Así que no notamos el bajón, sorteamos bastante bien la crisis.

¿Sois el grupo más malinterpretado del país, por gente que no percibe o entiende vuestro sentido del humor, desde el nombre hasta las canciones?

Aitor: Sí,, si que se malinterpreta, pero está guay eso. Está claro que tienes que llamar la atención de alguna manera sobre todo con la de miles de grupos que hay hoy en día, empezando por el nombre, la portada de los discos, el título de las canciones… Creo que el mejor nombre de un grupo, aunque nunca los he oido, era una que se llamaban Don Simón and Garrafunkel.

¿Cual es el secreto para que tengáis esa relación tan estrecha con vuestros fans que os consideran casi una banda de culto?

Aitor: Pues que guay…

Jokin: ¡Ahora me entero de que somos una banda de culto! (risas) La verdad es que en los conciertos especialmente cuando tocas en una sala que son los que realmente quieren ir a verte, la gente se lo curra un montón: desde disfraces, a un cariño brutal. De ahí a ser una banda de culto, no sé.

Aitor: La relación con la gente se nota sí. Por ejemplo de Morrisey como personaje me gusta porque es un bocazas, una vez le preguntaron por los fans y decía “a mí mis fans no me admiran, a mí mis fans me quieren”. Eso exagerando, claro, no quiero que parezcamos unos chulos, pero la verdad que se nota. Eso me encanta. Llevamos 14 años con el grupo; antes estaba en otros grupos, donde no nos llamaba nadie y tenías que mendigar conciertos, y con Lendakaris pasó todo lo contrario. La verdad que sé apreciar lo que tenemos. Quizás es porque como yo no me drogo, veo las cosas y las aprecio. Igual si hubiéramos vivido eso con 20 años y es lo único que has conocido, te crees Dios. Para ser un grupo de culto nos falta morirnos (risas).

Texto: David Lage

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter