Para quien no les conozca, son una banda canadiense que llevan más de una década revisando la tradición folk norteamericana a través de un filtro en el que, a pesar de su origen, posiblemente tiene más influencia My Morning Jacket o Joanna Newsom que The Band o Neil Young. Su habitualmente plácida música tiene subidones de intensidad, cortesía de algunos nerviosos guitarrazos, junto a momentos evocadores, casi cristalinos, en los que a veces asoma el particular uso del arpa en las manos de Sarah Page y alguna slide guitar temblorosa. Queen Of The Breakers bebe de la tradición folk, desde luego. Ahí están los tres primeros temas, con la sobrecogedora «Defibrillation» a la cabeza, para corroborarlo. A partir de ahí el disco crece como un escenario al que los músicos van saliendo de uno en uno, y al cruzar su ecuador ya hemos tenido la oportunidad de catar su faceta más roquera en canciones como «Kompromat», desatándose completamente en «It Came to Me», un blues-rock de alta graduación. Las dos partes de «Hideous Glorious» preparan el terreno para el cierre con «Ready for War», una bonita balada de folk-rock con unos juegos vocales excelentes y una dulce melancolía que recuerda a momentos similares de la última década protagonizados por bandas como Band Of Horses, His Golden Messenger o The Cave Singers. Interesante descubrimiento.
FIDEL OLTRA
