La unión entre sellos, fórmula efectiva que está permitiendo dar salida a muchas novedades discográficas, permite que los riojanos Mutagénicos vuelvan al ataque. Tras su aclamado anterior elepé, han decidido aumentar exponencialmente el número de temas cantados. Acierto pleno, sin duda: en el terreno instrumental se movían con soltura, pero el paso de Alfredo Roto a la posición de líder les aporta un plus de interactividad. Surfean sus letras, siempre cargadas de referencias clásicas bañadas en fuzz y distorsión, y fluye veloz un rock’n’roll militante con referencias a los buenos Dr. Feelgood, a la nueva camada de practicantes de garage —de mucho peso, la aportación a las teclas de Jorge Stereo— y rugoso blues&soul. Sin perder el sentido del humor («Dos Pistolas para un Manco») ni la musculatura —la muestra su base rítmica, sin respiro Pablo Magariños, enorme Santi Pequeño— en ningún momento, realizaron llamada a las Islas Británicas. La respuesta, la aportación de Chuchi Malapersona y su incendiario saxofón, clave en la pegadiza «Mutagenízate», invitación al desenfreno del que, seguro, harán bandera en su conciertos. No es sencillo, dada la proliferación en nuestro país de bandas de similares características, hacerse un hueco y lograr visibilidad. Los de Logroño van camino de lograrlo: el genio loco que aparece en portada mutagenizando a los componentes del grupo ha hecho un buen trabajo, provocan el efecto de recibir una descarga eléctrica. Cantan que Saturno es aburrido, ellos no lo son.
ALFRED CRESPO