Tomen nota, exploradores de los abismos de la música negra. En Finlandia se escondía, hasta hace pocos meses, un auténtico diamante en bruto. Insultantemente joven y dotada de una voz estremecedora, Ina Forsman apunta a futura estrella del género, a poco que la industria musical conserve un punto de lucidez.
Reúne todos los ingredientes necesarios para forjar una carrera en condiciones: primeros conciertos siendo una adolescente, un buen número de veteranos de la escena nórdica rendidos a sus encantos, epatante participación en uno de esos (vomitivos) concursos televisivos que parecen constituir la fórmula infalible para conectar con el público generalista y, fundamental, una capacidad expresiva que borra de un plumazo todo lo anterior. Capacidad que le permite atacar un viejo blues de Nina Simone (<<I Want a Little Sugar in my Bowl>>) como si fuera una veterana, participar en la composición de diez de los once temas de esta tarjeta de presentación… y fichar por Ruf Records, sello especializado al que no se le escapa nada. En su álbum homónimo hay mucho blues arquetípico, cierto, pero es en las partes donde el piano y el saxo reinan, logrando crear atmósfera de night club, cuando su voz se desarrolla con toda su potencia. Gira nacional programada, no le pierdan la pista…
Texto: Elmo Lewis
