Hace veinticinco años, cinco amigos iniciaron la carrera de fondo más complicada de todas: tratar de vivir de la música. En España. Alejados del género de moda. ¡Y cantando en inglés! Suena a chiste, pero es una realidad que se les puso a tocar de los dedos. Abrieron para bandas como Nashville Pussy, Twisted Sister o Motörhead, y cuando estaban a punto para un tercer elepé, su cantante Marc Vanway tuvo que emigrar por motivos laborales. Como tantos otros. Por suerte, en 2016 formalizaron su regreso a los escenarios con un sold out jugado en casa, la sala Rocksound, y este es el EP que les confirma con la misma, sino más, energía que antes. Fuerzas renovadas con el fichaje de Paul Redwood a la guitarra solista, presentan cinco canciones a cargo de David Palau en lo que es la mejor producción que se les recuerda. Con influencias desde Backyard Babies a Europe y un sonido cercano a la buena época de Bon Jovi o Velvet Revolver, pasando por Guns N’Roses, derrochan energía en «Bad Way», donde su estribillo es toda una declaración de intenciones. Se acuerdan también de Nikki Sixx (Mötley Crüe) en «Gotta Get Away», mientras que «Live Laugh Love» es puro optimismo y «Serenna» tal vez la canción más difícil que han escrito. No es raro que a golpe de hard-rock traten temas como el amor propio o la resurrección, pues eso es lo que han hecho: renacer. Si es que hubo un día en que fueron ceniza.
BORJA FIGUEROLA
