Cuestión de suerte, quizás es cosa de esa inquebrantable fe hacia ese ser todopoderoso que protagoniza el libro más vendido de la historia y a la que nuestro protagonista se agarró pasada su segunda recaída en el alcohol y las drogas, allá por 1983. Para alguien que ha jugado con la muerte en el escenario desde todos los ángulos posibles, fuese guillotina, horca o silla eléctrica, resulta punzante que estemos celebrando casi sus cincuenta años de carrera, un nuevo y recomendable álbum (Paranormal) y la vuelta a los escenarios junto a sus antiguos camaradas del original Alice Cooper. Porque Alice ha sobrevivido a Bowie, Lou, Lemmy, Allman, Petty y tantos iconos coetáneos y otros mucho más jóvenes, sin saber a ciencia cierta cómo o porqué. Cuente lo que cuente, solo hay una cosa valida, algo que posiblemente forme parte de esas ganas de seguir adelante, ese algo que le mantiene con vida y con el fuego en llama viva: la pasión que imprime en todo lo que hace y la revitalización de su figura, quizás acrecentada por esa baja de nombres que ya son historia. Algún día quedarán los Stones y Alice. Ya lo cantaba hace un par de trabajos: «Soy el último hombre en la tierra, explícame cuál es el merito/ ¿Soy un mendigo o un rey? No tengo problemas, el tiempo no existe, la eternidad es mía/ Tengo mucho de todo”.
Disfrutemos del vídeo de «The Sound of A».
SM
