Algiers se presentaron con su flamante nuevo disco bajo las manos y se encontraron con un Razz a medias que no hacía justicia a las grandes crónicas de sus dos pasos previos por Barcelona. El concierto empezó extático, ruidoso y carnal. Entregados pero poco conectados con la grada, fueron desgranando los temas de su último disco The Underside of Power, un artefacto político creado para echar gas lacrimógeno a conciencias aturdidas. Cuando uno oye el tema «Walk like a Panther» en directo, con el discurso del pantera negra Fred Hampton dirigiéndose a su hijo: “But when I leave you remember I said, with the last words on my lips, I am a revolutionary” (Cuando te deje, recuerda que te dije con las últimas palabras en mis labios, Yo soy un revolucionario) se le hiela el alma. Esto es una declaración de principios, un «Mr. Self Destruct» del góspel, metralla para poner armaduras a las almas. Y ellos defendieron esta energía de apocalipsis político con solvencia, energía y mucha precisión. El trabajo de Ryan Mahan, con su bajo deslizándose como una serpiente funk y sus cachivaches ruidosos miraban de tu a tu a un Franklin James Fisher alienado con su Wurlitzer y su voz. Opino que si le quitara un poco de filtros distorsionados a sus cuerdas vocales y dejara entrever un poco más su alma, seguramente conseguiría conectar mucho más con su público. De todas formas, fue un gran concierto de los de Atalnta.
Texto: Andreu Cunill Clares
Foto: Fernando Ramírez
