Rutas Inéditas

Al fín, el Alice Cooper Group volvió a los escenarios – Gira UK

 

Esta vez no era una pequeña reunión de amigos en el restaurante del Cooper mayor para celebrar la vida y milagros de Glen Buxton (1997). Tampoco un evento patrocinado por Jägermeister y emitido vía satélite a la Battersea Power Station de Londres (2011), allá donde sobrevoló el cerdo inmortalizado en el Animals de Pink Floyd. En la ceremonia de inducción al rock and roll hall of fame (2011) no estábamos invitados, pues dudo que la mayoría de fans hubiesen podido ahorrar doce mil dólares desde que se anunció el ingreso en el salón hasta la performance (solo cinco meses de diferencia). Michael J Fox sí lo hizo y me supo mal saber que su enfermedad no le ha permitido viajar hasta Inglaterra para ver estos shows. El actor aprendió a tocar la guitarra con Pretties For You. Fascinante.

En cuanto a eventos navideños organizados por la fundación benefactora-religiosa de Coop en Phoenix, tampoco los contaremos. Los supervivientes del Original Alice Cooper Group han actuado ahí en un par de ocasiones, pero las dificultades para acceder al evento son alto complicadas. 2017 ha sido bueno con los fans de la banda. Esta vez sí. Uno podía comprar un ticket y entrar al recinto sin más dificultad que esa. Digamos, a medias, que ésta ha sido la primera reunión oficial del ACG, o como les llama Alice, los OG’s (los originales).

EL CAMINO

En marzo de 2013, de la mano de 66 rpm, publicamos mi primer libro sobre Alice Cooper, Por Un Billón De Dólares, un primer tomo dedicado íntegramente a la banda original (el segundo, basado en la carrera solista del cantante, anda ya en camino). Eso propició que la hija de Michael Bruce, residente en Madrid, acabase contactando con nosotros para una posible aparición de su padre en torno al libro. Sucedió. Con mi banda de acompañamiento, Schizophrenic Spacers, Michael ofreció su primer show en más de una década y el único hasta la reformación del ACG. Ese pequeño pero importante detalle llevó a Alice a declarar que «parece que Michael vuelve a querer hacer algo, pues está haciendo actuaciones en España». Dennis Dunaway, por su parte, se mostró muy amable al posar con la caratula de mi libro en las redes. Pero un evento empujó casi de forma definitiva a que el entorno de Cooper decidiese llevar esta mini reunión a cabo; el revuelo levantado alrededor de la reunión en la tienda Good Records de Dallas, coincidiendo con la sesión de firmas del libro publicado por Dennis: Snakes! Guillotines! Electric Chairs!

Me topé con Christopher Todd Penn varias veces a lo largo del tour británico. En el primer encuentro no pude reprimirme: «Parte de que esto haya sido posible es gracias a ti». «Hombre, no lo creo, pero me siento halagado». Christopher es el dueño de Good Records; les reunió en su tienda enfrente de unos afortunados, pero tuvo la brillante idea de publicar un single (con el consentimiento de la organización de Cooper y mezcla sonora del propio Bob Ezrin) con dos temas de esa actuación y el artefacto fue el producto que más rápido se haya vendido en la historia de los Record Store Black Friday, la versión otoño del Record Store Day. Esto, sumado a la colaboración de los cuatro en Welcome 2 My Nightmare años antes, y ahora en el nuevo álbum de Alice, Paranormal, eran indicativos de que la reunión debía suceder sí o sí.

«Bien, honestamente, nunca pensé que esto fuese a suceder», me comenta Si Halley, responsable de sickthingsuk.co.uk, la web más interesante y exhaustiva sobre Alice y su entorno. «Me sorprendió tanto como a cualquiera cuando Dennis (Dunaway) empezó a dar señales, dando a entender que habría algo así como actuaciones en Inglaterra. Pero cuando se confirmó oficialmente me sentí encantado, en parte porque se lo mucho que Dennis quería que esto sucediese. En cierto modo, Alice ha estado reconectando con su pasado recientemente: Welcome 2 My Nightmare, la aparición en Good Records y finalmente su nuevo álbum. Seamos honestos, ninguno de ellos es joven. Necesitaban hacerlo ya o de otro modo hubiese sido demasiado tarde. Tristemente es tarde para una reunión completa, pues perdimos a Glen (Buxton) hace unos años, pero es la mejor versión de la banda que podíamos tener».

«Creo que todos esperábamos ver shows de la banda después de la inducción en el Hall OF Fame», responde a mi pregunta Christopher. «Estaba en el noveno cielo cuando tocaron en la tienda como parte conmemorativa del libro de Dennis, con la aparición sorpresa de Alice y la inesperada reacción de la audiencia. Además, tocaron «School’s Out» a la noche siguiente con la banda actual de Alice, que andaba abriendo para Mötley Crüe, y fui testigo también de ello. De hecho, llevé a la banda en mi coche a ver a Alice Cooper y vi esa canción desde muy cerca. Amo que esto haya sucedido finalmente, especialmente por Dennis y Michael (Bruce)». Christian Strandell, a quien conocí en esa actuación que hicimos junto a Michael Bruce hace cuatro años y antiguo escriba de la revista sueca Sweden Rock Magazine (vinculada al festival), relata lo siguiente: «¡Llevaba años esperando esto! Descubrí a Alice (solista) con Hey Stoopid en 1991, y poco después de esa gira compré el recopilatorio The Beast Of Alice Cooper y una copia del vídeo documental Prime Cuts. Esos dos lanzamientos me hicieron ver que Alice Cooper, de hecho, era una banda al principio. Y esa banda estaba detrás de la mayoría de las mejores canciones. Con el tiempo me introduje más y más en cada uno de ellos, intentando aprender y saber sobre sus respectivas carreras. Puedes decir que he estado esperando este momento los últimos 25 años».

¿Personalmente? Es algo que pedía a Alice en cada entrevista. Supongo que él no lo recordaba de una a otra, por lo que podía lanzar la pregunta indiscretamente. La única vez que tuve motivos reales (basándome en algo más que el deseo personal) fue cuando le entrevisté en Toulouse después de la edición de Welcome 2 My Nightmare. Ahí participaron los protagonistas en tres cortes, siendo lo mejor del álbum: «I’ll Bite Your Face Off», «A Runaway Train» y la espeluznante «When Hell Comes Home». Su respuesta fue, cuanto menos, sorprendente: «¿Porqué no hacer doce nuevas canciones para un próximo disco con la banda original? Tenemos que componer esas canciones en el estudio, con Bob (Ezrin), y grabarlas totalmente en directo. Es una gran idea». Por supuesto, Paranormal, su siguiente obra, cuenta tan solo con tres canciones de los OG’s, aparte de dos cortes supremos co compuestos solo con Dennis («Fireball» y «The Sound Of A»). Pero ¿gira? Parecía que Michael andaba más cerca del retiro y muy lejos de verse girando de nuevo, acuciado ello por un evidente sobrepeso y problemas en las rodillas. Dennis seguía teniendo el deseo y Neal me comentó en las puertas de su oficina en Connecticut que «Alice está tardando mucho en hacerlo. Todavía puedo tocar una hora y poco en buenas condiciones. Soy el batería, por santo dios. Tengo que hacer un sobre esfuerzo. Pero no tengo ni idea de qué nos deparará el futuro».

REUNIÓN EN NASHVILLE

Fue el primer show en el que un fan regular podía comprar una entrada y presenciar un show (mini) de la banda original. Sucedió el pasado 14 de mayo en el Andrew Jackson Hall at Tennessee Performing Arts Center de Nashville. ¿Porqué ahí y no en Detroit, Chicago o Los Angeles? Hoy día la industria musical estadounidense se centra en esa ciudad y los estudios de Bob Ezrin se encuentran ahí. Alice y la banda se hallaban dando los últimos retoques a Paranormal aún cuando ya habían iniciado el tramo actual de Spend The Night With Alice Cooper, la gira actual, la misma que llevó al cantante al marco del Rock Fest hispano. Resumiendo, Alice, al fin, trajo de vuelta a Mike, Dennis y Neal; en sus palabras: «Es nuestro modo de homenajear a todos los tipos de la industria que nos han apoyado». La cosa funcionó del siguiente modo: Alice hizo su show regular junto a su banda actual, pero para cuando le guillotinaron el cuello, cayó un telón con la moneda/broche y la billetera de piel de serpiente que adornaban la caratula de Billion Dollar Babies, y en lugar de la banda actual aparecieron los OG’s. Atacaron cuatro canciones con Ryan Roxie haciendo las veces de Glen Buxton y luego el grand finale con toda la familia junta (la actual y la original) en la interpretación de «School’s Out». Ese día corrieron lagrimas. Pero la gran pregunta, ¿cuando se efectuará la siguiente reunión? La respuesta llegó tan solo un par de semanas más tarde. Los viejos integrantes eran añadidos al tour británico de Alice anunciado previamente. Cinco fechas, cinco ciudades. El sueño quedaba más cerca que nunca.

11 DE NOVIEMBRE: LEEDS

¿Leeds? Conocía la existencia de la ciudad solo por el imprescindible directo de los Who. Dato suficientemente atractivo para planear algún día una visita. Pero no es ese el caso; hoy toca aquí, en el First Direct Arena, mi banda favorita. Los nervios afectan a la expedición trasladada a Inglaterra desde días antes. The Tubes son la primera banda en saltar al escenario. Es también un momento especial. Los de San Francisco me atrajeron siempre por esa puesta escénica atrevida, corrosiva, cabaretera, divertida y satírica. Su último momento de esplendor fue hace mucho tiempo, pero la luz brilla en su propuesta. Fee Waybill es uno de los frontman más especiales que haya visto nunca; un tipo único, de una personalidad insólita. Entretuvo, cantó realmente bien (nadie diría que Fee sigue siendo fontanero cuando baja del escenario) y, ohh, sacó el altar ego de Quay Lude, un andrógino personaje embutido en unas plataformas de muchos centímetros, peluca despampanante, dildo en la entrepierna y gafas glitter que ya hubiese querido Elton John en sus días de glam y cabelleras. Nunca fueron los mejores escritores de canciones; siempre pensé que en cada disco de los Tubes (salvando el debut) había un par de canciones desechables. Pero en directo, esa mezcla cabaretera de rock, intelectualidad y cara dura, es vibrante: «TV Is King», «What Do You Want From Live», «I Was A Punk Before You Were A Punk», la inevitable «White Punks On Dope», una venenosa versión del «I Saw Her Standing There» beatleniano… Tenían que haber visto la cara de Fee saliendo del escenario con las plataformas de medio metro mientras se apoyaba en la espalda de Prairie Prince. En plan, «un paso en falso y me mato». Verles es amarles.

The Mission fueron la banda siguiente. Su elección fue errónea desde el primer momento. The Tubes tiene muchos puntos en común con Alice Cooper, no solo en lo personal (varios miembros originales de los Tubes vivían en Phoenix y Dick Christian, manager original de Coop, lo fue también de formaciones primerizas que germinaron en The Tubes), sino en lo musical y lo teatral. ¿Pero The Mission? No solo viven su hora más baja, sino que cualquier otro acto en representación del país hubiese dado más enjundia al triple cartel. Desde Arthur Brown a Adam Ant, pasando por Zodiac Mindwarp o Siouxsie Sioux. The Mission, con esa marchitada mezcla de pop, gótico y new wave, convenció exclusivamente a sus pocos fieles. El resto corrió hacia lavabos, bares y zona de fumadores.

A las nueve y veinte de la noche saltó a escena la banda actual de Alice Cooper. Segundos después aparecía el jefe y se situaba debajo de una fuente de artificios envuelto en una capa negra para llevarnos a «Brutal Planet». La banda suena bien, tal y como demostró en Rock Fest, pero Nita Strauss ha tomado absolutamente el control del escenario. Corre de un lado a otro, posa para los fotógrafos, toca como si todavía estuviésemos en la época de Trash y lo peor, ha relegado a músicos que se han dejado la piel por Alice, caso de Ryan Roxie, Chuck Garric o Tommy Henriksen, a meros comparsas. Todo ello permitido por Alice, claro, pero innecesario de todas todas. Entre su tocada y la del batería Glen Sobel, llevan la música de Coop a un pantano heavy totalmente innecesario castrado de rock y menos aún de roll. Robert Coyne, hijo del legendario Kevin Coyne y músico a su nombre con varios discos, presenció el show de Wembley y lo resumió así: «Alice estuvo de maravilla, pero no me vuelve loco su banda actual, por lo que no acabé de disfrutar mucho del primer set. El batería, técnicamente es genial, pero está muy encorchetado. La chica hizo de ello un show de Metal 80’s, desafortunadamente… Todo ello no hizo más que agrandar el contraste con el set de la banda original».

En cualquier caso, hubo buenos momentos. Siempre es un placer cuando Coop recupera una gema perdida en el tiempo y en este caso el premio se lo llevó «Pain», la bella canción de Flush The Fashion, el primero de sus discos pertenecientes a la ‘época de ceguera’, era que le llevó a publicar cuatro discos que no recuerda haber grabado. «Department Of Youth» también sonó de fabula. Bueno, cualquier canción en la que Nita no hacía una performance particular y Sobel no practicaba el doble bombo. En cuanto a la chica y su forma de tocar, la mayoría de acérrimos con los que tuve el placer de compartir unos minutos comparten la misma opinión: no entienden su puesto en la banda. Pero al resto de público ‘general’ parece encantarle. Así que habrá que esperar a que reciba una buena oferta de alguna banda angelina.

Como sucedió en Nashville, Alice pasó por la guillotina después de haber sido agasajado por la enfermera sádica que interpreta cada noche su esposa Sheryl, y bum; la banda ataca con «I Love The Dead», da el último golpe y las luces del pabellón se apagan. Hay unos compases de cambio de sonido, algo que presagia algo diferente, se encienden los focos y ahí están Mike Bruce, Neal Smith, Dennis Dunaway, Ryan Roxie (en lugar del añorado Glen Buxton) y Alice Cooper con un vestuario diferente bajando las escalinatas centrales. El telón de Billion Dollar Babies está al fondo.

Michael Bruce ha perdido muchísimo peso y se le ve feliz y en forma. Toca con ese tono tan reconocible e incluso se atreve a solear y cambiar cosas aquí y allá. Dennis está feliz por vivir esto de nuevo. Y Neal… Él es el sonido, el cambio de una era y otra. El swing, la originalidad, el caminar. Nunca, repito, nunca he escuchado las canciones de Alice Cooper sonar de este modo. Suenan antiguos pero resistentes al tiempo, vintage pero validos, pero sobre todo, cálidos, genuinos y vigentes. Admiro además, que Alice haya elegido a Ryan Roxie para acompañar a los OG’s. Él es quien mejor entiende este concepto de cuantos hay hoy día en su banda. «Aunque Ryan es un gran tipo y un gran guitarrista», enfoca Christian Strandell, «hubiese amado ver a cualquier otro en el puesto de Glen. Está este chico que es un súper guitarrista procedente de New York, Nick Didkovsky, que ha tocado antes con los chicos del Alice Cooper Group. Conoce TODAS las partes de Glen, tiene el mismo sonido, e incluso se parece un poco a él. Así que Nick hubiese sido perfecto para el papel».

El mini set será el mismo para los cinco conciertos: «I’m Eighteen», «Billion Dollar Babies», «No More Mr. Nice Guy», un pedazo de «Hello Hooray», y luego «School’s Out» ya con todos los músicos de ambas formaciones en el escenario. Como hemos comentado, hay cambios aquí y allá. En «Eighteen» Alice vuelve a alargar el final como hacían en el tour de Billion Dollar Babies (I’m 21, I’m 22…) y la banda se enfrasca en una subida de intensidad electrizante. «Billion» fue caótica, pero sucia y corrosiva. Cada noche habrá un pequeño caos aquí y allá, independientemente del tema. «Aunque no todas las canciones sonaron 100 por 100 apretadas y el sonido no fue del todo perfecto, el sentimiento impreso en general fue enorme», rememora Christian. «Y eso es lo que cuenta. Hubiese sido cool ver a Alice tocar la harmónica en «Eighteen», y por supuesto, me hubiese encantado escuchar MÁS canciones, pero al final me fui muy satisfecho. «Muscle Of Love» fue bestial».

Resultaba divertido ver a la banda unida bajo la plataforma de Neal. Una y otra vez, Dennis, Michael y Ryan formaban un triangulo, algo así como Neil Young con los Crazy Horse, pero a favor de no perderse y mantener la intensidad. Ryan hizo un buen trabajo uniendo cabos. Él está acostumbrado a dirigir las bandas de Alice, sus más de veinte años en la banda (con idas y venidas) le avalan. Coop, mientras tanto, miraba a la banda y sonreía. Entre tema y tema descansaban y Alice golpeaba el bastón contra el suelo en un gesto de impaciencia por empezar el siguiente tema. «Siendo honesto, ver finalmente a la banda original en un escenario grande es algo que nunca imaginé antes», puntualiza Si Halley. «Esto era real. El cambio con la banda actual se hizo de forma brillante: simple pero efectivo. Ver la cara de felicidad de cada uno de ellos cuando atacaban con «I’m Eighteen», tuvo que sacar una lagrima de cada uno de los fans de Alice Cooper. Fue un momento histórico y espero que no sea la última oportunidad de vivirlo».

12 DE NOVIEMBRE: GLASGOW

Hoy nos perdimos el show de los Tubes. Problemas de logística. En cuanto al recital de Cooper pre OG’s, lo más destacable fue ver a Alice saliéndose del personaje para encararse con un tipo de las primeras filas durante «Women Of Mass Distraction». Ya con la banda original en el escenario, y sentimientos al margen, se podía apreciar que cada noche iban mejorando. Estos tipos no han tocado juntos de forma regular en cuarenta y tres años. Si suenan así de bien con tan solo dos recitales, no quiero imaginar si preparasen una gira en toda regla. Seamos realistas, son gente mayor, y no tengo ni idea de si serían capaces de aguantar el ritmo de gira de Alice actualmente. Pero la musicalidad que exhibieron fue de un nivel muy alto y no me cabe duda de que con la necesaria preparación, la banda estaría lista para encarar una gira de veinte ciudades. «No veo porqué no, aunque todavía creo que una gira propiamente dicho, no parece probable», remarca Si Halley. «La vida en la carretera es dura y ninguno de ellos es joven. ¡Hice siete shows en nueve días y estoy agotado! No sé cómo Alice y la banda actual pueden hacerlo todos los años. Sin faltar el respeto a nadie, creo que sería muy duro para la banda original mantener el calendario de Alice, pues él es una fuerza de la naturaleza y nunca ha dejado de hacer esto. Dudo, por otra parte, que ésta sea la última vez que les veamos juntos, pero serán shows selectos aquí y allá, no un tour entero. De todos modos, ¿quién sabe qué puede pasar en el futuro?».

En Glasgow sonaron más apretados, pero un poco de caos, de poro y de aristas por pulir, es siempre necesario. «Muscle Of Love» fue esta vez la canción maquillada. Han añadido un fragmento a la parte central instrumental de la canción y fue ahí donde salieron de milagro. Emocionante de todos modos. Tanto como la imagen final. Hoy se quedaron solo Alice, Mike, Dennis y Neal al borde del escenario saludando a los fans. El cantante tuvo incluso un recuerdo para Glen Buxton. A Dennis lo presentó como «el mejor amigo que he tenido desde los quince años». La noche anterior fue «mi amigo de la escuela superior y todavía mi amigo de la escuela superior».

«Fue una extraña coincidencia que una de las luces de escenario se prendiera fuego justo después de que Alice mencionase a Glen Buxton», recuerda Christian. «¿Quizás estaba ahí en espíritu?». Chico afortunado el amigo Christian: fue uno de los encargados de lanzar los globos gigantes frente a las 13.000 personas durante los solos de guitarra de «School’s Out». Continúa ahora Christopher Todd Penn. «Estos días han sido una experiencia catártica, una gama de emociones. La banda ha sonado mejor y mejor en cada show y su confianza brillaban como la luz del sol. Mi momento favorito de cada show ha sido la atómica introducción a «I’m Eighteen» y cómo Alice presentaba a sus amigos de adolescencia durante el finale de «School’s Out».

14 DE NOVIEMBRE: BIRMINGHAM Y FINAL.

Mezcla de excitación y tristeza. El presupuesto no alcanza para seguir con los conciertos de Manchester y Londres, pero hoy queda otro cartucho y eso es lo importante. ¿Será ésta la última vez que veamos a nuestra banda favorita en vivo? Pensemos que no. Sea como sea, The Tubes vuelven a ofrecer otro show delirante, entrañable y divertido. Los tipos han tenido el valor de variar su set de cabo a rabo. Desearía que Alice hiciese lo propio en sus giras: cuatro canciones de diferenciación por concierto y cambio de orden en las conocidas. Ojalá alguien se atreva a traer a los Tubes por aquí y podamos disfrutarlos en sala. Suelen hacer giras europeas. Nada excesivo, seis o siete fechas, pero las hacen. Importante.

Por emoción de principiante, Leeds fue algo mágico, pero hoy el ACG suena mejor que nunca. Alice no puede disimular su felicidad, es algo que salta a la vista, pues incluso tras el maquillaje sus ojos brillan de satisfacción. Mike y Dennis suenan rígidos y los momentos en que la intensidad deriva en una jam, tocan igual que en 1973 o 1971. Neal dirige a la banda desde atrás, y hoy, incluso, los espacios entre tema y tema son mínimos. Algo rueda a la perfección después de tres conciertos y son conscientes. Robert Coyne, desde su visión sobre el bolo en Wembley Arena, comenta lo siguiente: «Oír los bellos detalles al bajo de Dennis detrás del riff principal en el medio de «No More Mr. Nice Guy», los ligados de batería de Neal en «Billion Dollar Babies», entre muchas otras cosas, fue emotivo y maravilloso al mismo tiempo. Estos tipos tienen el mismo toque y la química. Es sorprendente. Me siento orgulloso de haber podido verles tocar juntos. Me encantaría ver en el futuro un show completo o un nuevo álbum, eso sería alucinante. Pero oye, nunca esperé ningún tipo de vuelta de la banda, así que no me quejo».

Cuando Coop, Neal, Mike y Dennis se despiden desde el borde del escenario, nos abordan un puñado de interrogantes. ¿Cuándo será la próxima? ¿Existirá esa posibilidad? ¿Estos mini set han sido un área de prueba como me comentó Alice recientemente? No Business Like Show Business, deben pensar Shep Gordon y Toby Mamis. La reunión ha servido para vender un puñado de tickets extra, pero si no llegan las pertinentes ofertas de festivales y promotores todo quedará en una reunión de colegas aquí y allá. «Por lo que he oído, la cosa ha ido bien y ha sido, más o menos, un éxito», comenta Christian. «Aunque desafortunadamente, creo que las personas que deciden no tienen mucho interés en dejar rodar la bola en torno a una gira con la formación original. Si no una gira, un disco sería mucho más interesante que un nuevo trabajo de los Hollywood Vampires».

2018 será un año excitante para los fans de Alice. El tipo empieza el año grabando un disco con los Vampires junto a Johnny Depp y Joe Perry. Yo, al contrario que mi colega sueco, sí que espero buenas cosas de ese disco. Girará con esa banda a principios de verano y con la suya propia ya ha anunciado varias fechas en torno a primavera en USA (la adicción al trabajo de Alice supera toda lógica). Pero éste será el año del 50 aniversario de Alice Cooper, la banda. Hace cinco décadas, Vincent, Mike, Dennis, Glen y Neal, dejaron de llamarse The Nazz para convertirse en ese desecho incontrolable de basura americana, ese Frankenstein llamado Alice Cooper. Queda la segunda parte de 2018 para celebrar el aniversario como dios manda. Warner ya ha anunciado una box set y reediciones. ¿Y la banda? Bueno, todo se verá. «El Alice Cooper Group son mis Beatles», me comenta Chris Todd. «Estos shows han provocado el entusiasmo de los fans y por ello la demanda para más conciertos. El año que viene es el 50 aniversario de la banda… Remember The Coops». Cruzo los dedos. Todo es posible mientras hay vida. Todos ellos, los cuatro, siguen muy vivos. Siguen excitando. Siguen siendo la mayor amenaza del rock & roll. Simplemente, Alice Cooper.

Texto: Sergio Martos

Fotos: Ted Dave (TEDDAVE.ORG)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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