De los siete mil millones de personas existentes en el planeta, solo siete han tenido el prestigio de poseer el apellido Ramone. El último en disfrutar de este gran privilegio ha regresado con su tercer asalto discográfico recientemente. El ex bajista de Ramones, sustituto de Dee Dee, regresa con un nuevo lanzamiento en el que, a diferencia de los anteriores, se equilibran las partes melódicas y guitarreras. No quiero decir con ello que el punk-pop clásico, marca de la casa, desaparece, pero sí aumenta el protagonismo de las melodías más almibaradas. Abre con las incendiarias y pirotécnicas «Let’s Go» y «Yeah Yeah Yeah», dos pildorazos que no rebasan los tres minutos y demuestran el buen estado en el que se encuentra, siguiéndoles las poperas «You’ll Never Make Me Believe» y «Before the Lights Go Out», así hasta el final del álbum, un constante coqueteo de guitarras afiladas y melodías edulcoradas, haciendo de este nuevo trabajo un suculento regalo para los aficionados y fans de la banda extinta de Queens. Un carrusel de punk-pop equilibrado y eficaz. Concluye con el flirteo a sones sureños y country en «Pony».
RAFA GARCÍA-MORENO
