Segundo trabajo de los de Linares en esta nueva etapa que se están concediendo después del largo silencio que siguió al parón que hicieron en 2001. Tras el anterior Big Ear (2015) pretendían retomar todo donde lo dejaron, adaptando el sonido de entonces a los nuevos tiempos, pero diferencias internas terminaron con la sustitución del cantante de siempre por un nuevo fichaje. Automatics han vuelto a grabar en Villar Music, el estudio de Santiago Villar en Guarromán, Jaén, despachando un disco en el que muestran que su fuente de inspiración sigue siendo el pop-rock indie inglés que abanderaba The Jesus & Mary Chain. Añaden, eso sí, maneras a lo Black Rebel Motorcycle Club con las guitarras de «Ruido Negro», y atrapan cuando sus canciones estallan de repente en una cascada de efectos y melodías como los de «Ninette». Ha mejorado su inglés y recuerdan a Los Planetas en algunas de las canciones compuestas en castellano («Sebastián»). Su nuevo disco tiene muy buena música, con temas llenos de la tensión eléctrica de siempre, dejando bien claro con pequeñas maravillas como «El Fin de los Días» de lo que son capaces. Vuelve el noise-pop, vuelven Automatics.
TOMÁS GONZÁLEZ LEZANA